"El PNV terminar¨¢ asimilando la situaci¨®n sin amenazar"
"Tengo un gran respeto por el PNV, que, junto al PSE, ocupa un lugar central y esencial en la sociedad vasca. Tambi¨¦n comprendo que no es f¨¢cil de asimilar la posible p¨¦rdida del Gobierno vasco despu¨¦s de 30 a?os, y en ese contexto hay que entender las desafortunadas reacciones de algunos de sus dirigentes. Sin embargo, el PNV tiene que entender que no tiene un derecho natural al Gobierno de Euskadi, y que, si se conforma una mayor¨ªa alternativa en el Parlamento vasco, tendr¨¢ que pasar a la oposici¨®n y reflexionar seriamente sobre los motivos por los que ha perdido la confianza de buena parte de la sociedad vasca".
En el peque?o despacho que ocupa en su condici¨®n de presidente del PSOE en la sede de la madrile?a calle de Ferraz, Manuel Chaves, en mangas de camisa y corbata a rayas, se acomoda en el sill¨®n de cuero negro. Tranquilo, habla pausadamente, como eligiendo con cuidado cada palabra. El tambi¨¦n presidente de la Junta de Andaluc¨ªa ha acudido, como cada lunes, esta ma?ana a la capital para asistir a la reuni¨®n semanal de la ejecutiva federal de su partido, en la que, actualidad obliga, se ha tratado una vez m¨¢s sobre la situaci¨®n pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco. Frente a ¨¦l, una peque?a biblioteca con ejemplares de la revista Cuadernos de Alzate, unos pocos libros sobre la historia del PSOE, entre ellos El exilio de los ni?os republicanos, o un ejemplar de Tres ensayos liberales, de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa. En las paredes, sobriamente decoradas, s¨®lo destacan un gran dibujo que representa a Pablo Iglesias, un grabado del pintor malague?o Evaristo Guerra, al lado del cartel que sirvi¨® para conmemorar los 125 a?os del partido.
"El PNV debe entender que no tiene un derecho natural a gobernar"
"Patxi L¨®pez ser¨¢ un 'lehendakari' que no divida, que no radicalice"
"Deshice las maletas y me llevaron ante Rubial, quien me dio la 'bendici¨®n"
"Mi carrera pol¨ªtica en el partido y fuera le debe mucho a los compa?eros vascos"
"Estamos seguros de que ETA es una banda muy debilitada. Poco a poco se ir¨¢ apagando"
"Patxi L¨®pez es quien est¨¢ en mejores condiciones para liderar la unidad frente a ETA"
"Asuntos personales tuvieron influencia en la ruptura entre la UGT y el PSOE"
"En una reuni¨®n, el 'lehendakari' me record¨® que fui su profesor en Sarriko"
"No es f¨¢cil de asimilar la posible p¨¦rdida del Gobierno vasco despu¨¦s de 30 a?os"
"Nicol¨¢s quiso tener su influencia en las decisiones del Gobierno de Felipe"
"Las aventuras pol¨ªticas de Ibarretxe han provocado m¨¢s divisi¨®n en la sociedad vasca"
"Me siento muy pr¨®ximo a los socialistas vascos, que son un ejemplo para todo el PSOE"
Desde hace tiempo, Chaves se muestra particularmente interesado por todo lo que ocurre en Euskadi y, de entrada, invierte los papeles y pregunta de forma insistente al periodista sobre las consecuencias de los resultados electorales del pasado 1 de marzo. No deja de sorprenderse por las reacciones que han despertado en las filas del PNV, aunque, con su proverbial optimismo, piensa que las aguas volver¨¢n a su cauce. "Estoy seguro de que terminar¨¢n asimilando la situaci¨®n sin alarmar, sin asustar y sin amenazar, ya que otro comportamiento ser¨ªa impropio de un partido democr¨¢tico como es y ha sido siempre el PNV", resalta.
Su especial sensibilidad hac¨ªa lo vasco no es reciente. Su relaci¨®n con Euskadi se inici¨® hace 33 a?os, cuando el entonces joven profesor se traslad¨® a Bilbao para impartir clases de Derecho del Trabajo en la Facultad de Ciencias Econ¨®micas de Sarriko. Con "el visto bueno" de Felipe Gonz¨¢lez y de Alfonso Guerra, y a pesar de que ha aprobado las oposiciones para la titularidad de un puesto en la Universidad de Sevilla, donde no cuenta con plaza, se traslada a la capital vizca¨ªna despu¨¦s de rechazar la posibilidad de instalarse en Santiago, Valladolid o Zaragoza. Chaves ya hab¨ªa tratado con algunos de los veteranos dirigentes socialistas vascos, como Ram¨®n Rubial, Nicol¨¢s Redondo o Eduardo L¨®pez Albizu, Lalo, a los que hab¨ªa conocido a?os antes en reuniones clandestinas como las de Pau, Bayona o Toulouse, y, sobre todo, en el hist¨®rico congreso socialista de Suresnes en donde Isidoro, el sobrenombre que usaba Felipe Gonz¨¢lez, fue elegido nuevo secretario general del PSOE.
"A mi llegada a la estaci¨®n de Abando, la primera persona que conoc¨ª en Bilbao fue a Jos¨¦ Recio, quien me sirvi¨® de gu¨ªa y con el que tambi¨¦n trabaje en su despacho de abogado laboralista, asesorando a la UGT y al partido", recuerda. En esa ¨¦poca, el grueso de la militancia socialista se encuentra en la Margen Izquierda del Nervi¨®n y en el mundo obrero. Son contados los profesores liberales y los militantes en la capital, mientras el partido es casi inexistente en la Margen Derecha, exceptuando el n¨²cleo hist¨®rico de Erandio, en donde la mayor¨ªa de veteranos socialistas han sido represaliados por el franquismo. "Recuerdo que todav¨ªa est¨¢bamos en la clandestinidad y que, nada m¨¢s deshacer las maletas, me llevaron ante Ram¨®n Rubial, quien para todos, despu¨¦s de 21 a?os de c¨¢rcel, era un gran s¨ªmbolo y un ejemplo. Me recibi¨® con su mono azul en su peque?o taller de la Alameda de Recalde, junto al puente de La Salve. Como siempre, habl¨® poco, pero me dio el visto bueno, un poco la bendici¨®n". Y r¨ªe.
Pocas semanas despu¨¦s, Chaves se instala en el centro del barrio getxotarra de Algorta, en la Avenida Basagoiti. Hasta all¨ª se trasladan su esposa, Antonia, y su hijo Iv¨¢n, al que inscribe en la ikastola cooperativa San Nicol¨¢s. En una zona donde no existe el partido, le encargan montar el primer embri¨®n socialista. Ser¨¢ un peque?o n¨²cleo que ir¨¢ creciendo, contando como base con antiguas familias republicanas, j¨®venes profesores y algunos hijos de inmigrantes. Es un mundo dif¨ªcil, a veces hostil, rodeado por familias mon¨¢rquicas o franquistas en Neguri, y de gran influencia nacionalista en las zonas rurales de Getxo, Berango o Sopelana. Crece en esa ¨¦poca la tensi¨®n al paso de la mayor concienciaci¨®n pol¨ªtica, y se inician campa?as como las que piden la amnist¨ªa. Algunas veces, Chaves se tiene que quedar a dormir en Bilbao en una pensi¨®n, porque la principal carretera que une la capital con Getxo ha quedado cortada en Erandio o en el barrio bilba¨ªno de San Ignacio por controles policiales o por barricadas de los manifestantes.
De ese ambiente convulso y tenso no faltan los recuerdos ni las an¨¦cdotas, como una desenfadada que insiste en contar porque le marc¨®. Ocurri¨® cuando, al margen de su actividad pol¨ªtica, acababa de ser nombrado miembro de la ejecutiva confederal de UGT: "Desde peque?o odio el bacalao y desde que llego solo a Bilbao todo el mundo, como queriendo corroborar la hospitalidad de los vascos, se siente en la obligaci¨®n de invitarme a su casa a comer. Todos son militantes del partido y casi siempre me ponen bacalao, que me es imposible comer. Un d¨ªa, ante esta situaci¨®n tan incomoda, le pido a Victor, el secretario del partido, que mande una circular a los compa?eros para que, ante una futura invitaci¨®n, eviten ponerme bacalao, por el que siento verdadera alergia. S¨ª, lo pase muy mal, hasta que se corri¨® la voz".
Al margen de sus clases y su trabajo como asesor jur¨ªdico y sindical, Chaves se dedicar¨¢ tambi¨¦n a impartir cursillos de formaci¨®n, charlas y conferencias a militantes o simpatizantes de la Margen Izquierda en Sestao, Barakaldo o Portugalete. "Despu¨¦s de tantos a?os de silencio, la gente necesitaba que le hablaran, aprender, formarse".
En otro campo pol¨ªtico, el actual presidente andaluz, tendr¨¢ poca relaci¨®n con el nacionalismo. A Juan de Ajuriaguerra y a Xabier Arzalluz les conocer¨¢ m¨¢s tarde y poco. "No era mi ¨¢rea, lo hac¨ªan otros", rememora. Sin embargo, s¨ª mantuvo muchos contactos con el entonces secretario general de ELA y posteriormente con Jos¨¦ Elorrieta, al que conoci¨® en un viaje que hicieron juntos a India en representaci¨®n de ELA y de UGT.Con la central nacionalista la relaci¨®n fue "normal", aunque era una ¨¦poca de mucha competencia. En aquel momento se registr¨® el gran debate sobre la oportunidad o no de participar e infiltrarse en los sindicatos verticales. "ELA estaba mucho m¨¢s cerca de UGT, y UGT de ELA que de CCOO, que era partidaria de entrar en el sindicato oficial del r¨¦gimen y fagocitarlo, como defend¨ªa Ram¨®n Ormazabal, el l¨ªder del PCE vasco, quien acababa de salir de la c¨¢rcel", apunta Chaves. Con los comunistas sus relaciones eran peri¨®dicas y se centraban la mayor¨ªa de las veces en dos personas: Tomas Tueros, de CCOO, y Roberto Lertxundi, por el PCE-EPK.
Esos meses nos acercan a las v¨ªsperas de las primeras elecciones democr¨¢ticas del 15 de junio de 1977. Chaves entra en el s¨¦ptimo puesto de la candidatura socialista por Vizcaya para atraer el voto de los inmigrantes de origen andaluz. Es un prop¨®sito que no se cumplir¨¢, porque el partido decide a ¨²ltima hora colocarle como cabeza de lista por C¨¢diz, acabando as¨ª su larga estancia en el Pa¨ªs Vasco. "Euskadi fue para m¨ª una experiencia muy positiva desde el punto de vista humano y pol¨ªtico. Conoc¨ª y aprend¨ª mucho de los vascos. Hoy puedo decir que incluso mi carrera pol¨ªtica dentro y fuera del partido le debe mucho a los compa?eros vascos, que siempre me ayudaron y empujaron".
Chaves ha vuelto a Andaluc¨ªa y es diputado en el Congreso, pero mantiene estrechas relaciones con sus compa?eros vascos, en particular con el entonces presidente del PSOE, Ram¨®n Rubial, y con Nicol¨¢s Redondo. Son muchos a?os juntos, a?os de clandestinidad, de transici¨®n, de oposici¨®n, del refer¨¦ndum auton¨®mico andaluz y de la llegada al poder de los socialistas en 1982. A partir de ah¨ª, las relaciones con la UGT se ir¨¢n deteriorando y la ruptura con su viejo amigo Redondo resultar¨¢ definitiva tras la huelga general del 14 de diciembre de 1988. Ese desencuentro hab¨ªa empezado a?os antes, cuando Felipe Gonz¨¢lez forma su primer Gobierno y se llega a una situaci¨®n totalmente nueva. Obligatoriamente, se deb¨ªa plantear la cuesti¨®n de la autonom¨ªa de UGT en relaci¨®n con el partido y el Ejecutivo. ?C¨®mo un sindicato puede apoyar al Gobierno? Chaves opina que esa separaci¨®n, absolutamente necesaria, no se hizo bien, y los planteamientos pol¨ªticos se mezclaron con los personales.
"Desde el principio, creo que Nicol¨¢s quiso tener su influencia en las decisiones del Gobierno de Felipe. 'Yo soy secretario general de UGT y t¨² del PSOE'. 'Pero yo tengo que decidir de pol¨ªticas y de estrategias'. ?se fue el gran factor de desuni¨®n, de separaci¨®n y de confrontaci¨®n entre los dos. Mi apreciaci¨®n es que las cuestiones personales tuvieron una gran influencia en la ruptura entre la UGT y el partido en aquella ¨¦poca. Ruptura definitiva con la convocatoria de la huelga general por parte de UGT y CCOO, que me coge siendo ministro de Trabajo". Se le nota todav¨ªa dolido al hablar de esos dif¨ªciles momentos.
No as¨ª cuando recuerda con afecto a Ram¨®n Rubial y a Lalo L¨®pez Albizu, padre de Patxi L¨®pez, que son los dos vascos que m¨¢s le impresionaron: "Con Lalo tuve la suerte de compartir, durante nuestros a?os de diputado, una humilde casita en la plaza de Tirso de Molina. Aprend¨ª mucho con ¨¦l. Era un ejemplo de honestidad y dedicaci¨®n a sus ideales. Adem¨¢s, ten¨ªa buen saque comiendo".
En cuanto a Rubial, destaca la experiencia que le daba su gran conocimiento del partido, su intuici¨®n para captar lo que estaba pasando dentro del PSOE y su sentido com¨²n para resolver los problemas. Sentido com¨²n que trasladaba en pocas palabras; los a?os de c¨¢rcel y de clandestinidad le hab¨ªan ense?ado a ser conciso, directo y claro. Chaves tuvo el privilegio de vivir una gran sinton¨ªa con ¨¦l, tanto a nivel personal como pol¨ªtico. Recuerda que Rubial mantuvo muy buenas relaciones con Ajuriaguerra en el "interior", as¨ª como con varios miembros del Gobierno vasco en el exilio, con quienes se entrevist¨® muchas veces en Francia.
- Despu¨¦s, ya como presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, ?qu¨¦ relaciones ha mantenido con los lehendakaris Ardanza e Ibarretxe?
- "Ardanza iba mucho por Andaluc¨ªa de vacaciones, y algunas veces me llamaba a t¨ªtulo privado y almorz¨¢bamos juntos. Despu¨¦s, con Ibarretxe, al que he conocido como presidente de la Junta, he tenido una buena relaci¨®n, aunque m¨¢s institucional. Hemos coincidido en la reuni¨®n de presidentes auton¨®micos, y tambi¨¦n en una cita que solicit¨® despu¨¦s de su entrevista con Aznar. Entonces yo era presidente de la gestora del partido, antes de nuestro congreso que eligi¨® a Zapatero. Me acuerdo que en uno de esos encuentros, el lehendakari me record¨® que fui su profesor en la Facultad de Sarriko".
- ?Y qu¨¦ tal alumno era?
- "No le recuerdo bien; ser¨ªa muy discreto. Luego he mantenido un contacto normal, correcto, aunque he estado en profundo desacuerdo con su planteamiento soberanista. La ansiedad para lograr ese objetivo le ha llevado a demasiadas aventuras pol¨ªticas y huidas hacia adelante en operaciones no muy bien pensadas, que al final le han llevado a callejones sin salida, que a su vez han provocado m¨¢s divisi¨®n en el seno de la sociedad vasca".
Cuando Chaves se march¨® de Euskadi, los muertos anuales se contaban por decenas; m¨¢s de treinta a?os despu¨¦s, aunque con cifras menores, la escalofriante historia de ETA perdura. Ah¨ª est¨¢n como tr¨¢gico ejemplo los asesinatos de Inaxio Uria o de Isa¨ªas Carrasco. "Siempre que ETA mata sentimos rabia e impotencia. Recuerdo, por ejemplo, el dolor que me produjeron las muertes de Enrique Casas o Fernando M¨²gica, porque eran amigos m¨ªos y les hab¨ªa conocido durante mi estancia en el Pa¨ªs Vasco. Como presidente del partido es insoportable que maten a un militante, pero como persona cualquier muerte es una tragedia, y es muy duro padecerlo".
El presidente del PSOE considera que ETA se encuentra en un proceso de huida hacia adelante y que tiene que reflexionar, porque todos estos a?os de asesinatos y de terrorismo para intentar lograr sus objetivos han sido in¨²tiles y no han servido para nada. "Han fracasado y muchos lo saben. Estoy convencido de que esto acabar¨¢. Siempre que mata parece seguir siendo una banda fuerte y poderosa, pero los que sabemos y conocemos algo estamos seguros de que ETA es una banda muy debilitada. Poco a poco se ir¨¢ apagando, y perder¨¢ apoyo social. Por supuesto, estoy convencido de que acabaremos con ETA, m¨¢s bien pronto que tarde, porque lo que trata es de subsistir".
Terminado el asunto de ETA, Chaves desea volver a la actualidad y abordar la posibilidad de que un socialista llegue a la Lehendakaritza. Conoci¨® a Patxi L¨®pez de ni?o, cuando le llamaban Patxo y era dantzari en un grupo de baile de Portugalete. Se acuerda de las calles empinadas, como la de Coscojales, de la casa de sus padres, de alg¨²n bar del Casco Viejo y de algunos j¨®venes que echaron sus colmillos en el partido y que han representado l¨®gicamente el proceso de renovaci¨®n importante: "Patxi y todos los compa?eros del PSE han logrado un resultado hist¨®rico, fruto de su buen hacer en los ¨²ltimos a?os, de su compromiso por la paz y de su honda conexi¨®n con la sociedad vasca. No hace falta que le diga que me siento muy pr¨®ximo a los socialistas vascos, que son un ejemplo para todo el PSOE. Sus resultados, adem¨¢s, expresan la voluntad de cambio de los vascos y Patxi L¨®pez hace bien en liderar ese deseo de cambio, proponi¨¦ndose como lehendakari. Si logra la investidura, estoy seguro de que ser¨¢ un gran presidente, en todos los ¨®rdenes, un lehendakari que no divida, que no radicalice, que no coloque a la sociedad en un callej¨®n sin salida. Estoy seguro de que Patxi es el que est¨¢ en mejores condiciones para liderar la unidad frente a ETA".
Manuel Chaves
Hijo de militar, Manuel Chaves (Ceuta, 1945) conoci¨® a Felipe Gonz¨¢lez a finales de los sesenta y colabor¨® con ¨¦l como abogado laboralista. Fue catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla, tras haber pasado por Euskadi como profesor de la Facultad de Ciencias Econ¨®micas de Sarriko en 1976 y 1977. En esos a?os desarroll¨® una intensa labor de militancia en el PSOE y en la UGT, de cuya ejecutiva es miembro durante diez a?os. Elegido diputado por C¨¢diz en las generales de 1977, ocupar¨¢ su esca?o hasta 1986. Su estrecha amistad con Nicolas Redondo, facilitar¨¢ su nombramiento como ministro de Trabajo (1986-1990). Ese a?o deja el Gobierno para hacerse cargo de la Junta de Andaluc¨ªa, que preside desde entonces, cargo que comparte con la presidencia del PSOE.
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