Los nuevos biocombustibles proceder¨¢n de los desechos
Las plantas de segunda generaci¨®n sustituyen los cultivos por paja o madera
Los biocombustibles primarios -ma¨ªz, palma o ca?a de az¨²car cultivados para su uso energ¨¦tico- pierden fuelle ante una segunda generaci¨®n inspirada en el reciclado. Alemania, el primer productor mundial de biodi¨¦sel antiguo, ha marcado la pauta con la primera refiner¨ªa que saca fuel de la madera. Y el Reino Unido abri¨® en enero un Centro de Bioenerg¨ªa Sostenible para obtenerlo de residuos agr¨ªcolas, desechos le?osos, algas marinas y microbios alterados.
Hay dos problemas con los biocombustibles primarios, uno ambiental -requieren ganar al bosque nuevas tierras de cultivo, lo que agrava el cambio clim¨¢tico- y otro econ¨®mico: pueden alterar los precios, y comprometer el suministro de alimentos como el az¨²car, el sorgo y el ma¨ªz.
El objetivo es lograr gas¨®leo de la parte no comestible de los vegetales
La Uni¨®n Europea revis¨® el a?o pasado su objetivo para 2020, que era cubrir con biocombustibles (de los llamados primarios) el 10% de la energ¨ªa para el transporte. Bruselas mantiene esa cifra, pero ha decidido que se pueda cubrir tambi¨¦n con hidr¨®geno, paneles solares o cualquier otra fuente renovable.
Contra las expectativas de hace unos a?os, y pese al apoyo de muchos gobiernos, incluido el espa?ol, el mercado mundial lleva tiempo acumulando excedentes de biocombustibles primarios. Hay un exceso de oferta, seg¨²n el sector. Repsol, por ejemplo, acaba de congelar la construcci¨®n de una planta en Tarragona que iba a producir 150.000 toneladas anuales.
Al mismo tiempo, sin embargo, la primera refiner¨ªa de segunda generaci¨®n ha nacido en Friburgo: Industrias Choren empezar¨¢ este a?o a producir 13.500 toneladas de biodi¨¦sel a partir de residuos de madera. La empresa se basa en una t¨¦cnica propia llamada Carbo-V que primero convierte la madera en gas, y luego usa el gas para sintetizar el di¨¦sel.
Los residuos le?osos -paja, madera, partes no comestibles de los cultivos- son una fuente potencial muy abundante. Pero digerir la madera ha resultado un problema t¨¦cnico extremadamente dif¨ªcil. Mientras Industrias Choren explota su m¨¦todo qu¨ªmico exclusivo, los brit¨¢nicos se han acordado de una vieja pesadilla de sus costas: el gribble, la versi¨®n marina de una termita.
El gribble de cuatro puntos (Limnoria quadripunctata) es un peque?o crust¨¢ceo. Se conoce en el norte de Europa desde hace siglos por sus destrozos en la quilla de los barcos, y m¨¢s en Inglaterra, donde se comi¨® el muelle victoriano de Swanage. Simon McQueen-Mason, de la Universidad de York, ha identificado las enzimas (catalizadores biol¨®gicos) que digieren la madera en el est¨®mago del gribble.
"Hemos hallado enzimas nunca vistas", dice el cient¨ªfico. "Falta ver si podemos adaptarlas para objetivos industriales". McQueen-Mason coordina el programa de investigaci¨®n sobre el gribble en el Centro de Bioenerg¨ªa Sostenible del Reino Unido. Con una dotaci¨®n p¨²blica de 27 millones de libras (29 millones de euros), el centro es la mayor inversi¨®n brit¨¢nica en investigaci¨®n sobre biocombustibles de cualquier tipo.
Pero sus seis programas cient¨ªficos persiguen un objetivo muy definido a corto plazo: la producci¨®n industrial de bioetanol a partir de paja de cebada. Incluyen el desarrollo de un cereal optimizada para lo que nadie la ha mejorado en 10.000 a?os de agricultura: que tenga una paja m¨¢s energ¨¦tica. Otros laboratorios trabajan con los microorganismos que producen el actual bioetanol primario a partir de cultivos. Quieren crear cepas adaptadas a usar paja en vez de grano.
El pionero privado de la gen¨®mica, Craig Venter, tiene planes m¨¢s ambiciosos para las bacterias. Se ha dedicado en los ¨²ltimos a?os a secuenciar en masa cualquier cosa que saliera del agua, empezando por el mar de los Sargazos. La gran mayor¨ªa de los microorganismos no crecen en los cultivos convencionales, y esta estrategia no los necesita. Venter ha descubierto as¨ª miles de nuevos microbios y millones de nuevos genes.
Entre ellos hay 3.000 genes que fabrican distintos fotorreceptores, las prote¨ªnas especializadas en captar la luz solar. Una de las ideas de Venter es crear una bacteria artificial que lleve toda una gama de esos genes para aprovechar un espectro muy amplio de la energ¨ªa solar. Convirtiendo en hidr¨®geno un 10% de esa energ¨ªa, el cient¨ªfico calcula que una superficie de 13.000 kil¨®metros cuadrados bastar¨ªa para alimentar todo el transporte de Estados Unidos.
Venter ha creado su nueva empresa, Synthetic Genomics, alrededor del concepto de vida sint¨¦tica: un genoma bacteriano que podr¨¢ ser hecho desde cero, a?adiendo una a una las funciones buscadas, y combin¨¢ndolas a la carta. Su gran plan es usar esa vida sint¨¦tica para producir biocombustible. O combustible a secas.
En Oslo no se tira nada, ni siquiera las heces
Oslo tendr¨¢ en septiembre 80 autobuses alimentados por las heces de sus habitantes. Las contribuciones ser¨¢n an¨®nimas. Las dos plantas que tratan las aguas residuales de la capital noruega recoger¨¢n el gas metano que desprende la fermentaci¨®n natural de las deposiciones. Al autob¨²s s¨®lo llega despu¨¦s un metano libre del pasado y revestido de inocencia qu¨ªmica.
La medida ahorra emisiones, porque el carbono del CO2 que se emite al quemar el metano en el autob¨²s proviene de las heces, y por tanto de la comida, y por tanto de las plantas que fijan el CO2 atmosf¨¦rico (el balance neto de carbono es cero). Pero adem¨¢s evita que el propio metano de los detritos se escape a la atm¨®sfera, como ocurre en todas partes menos en Oslo. Y sale 40 c¨¦ntimos m¨¢s barato que el litro de di¨¦sel.
M¨¢s cerca en varios sentidos, el Ayuntamiento de Alicante acaba de instalar 26 contenedores para que los vecinos depongan su fritanga. El aceite refrito sigue sirviendo como fuente de energ¨ªa mucho despu¨¦s de haberse convertido en un peligro alimentario, y deshacerse de ¨¦l resulta un engorro en cualquier caso.
Una ventaja de la fritanga es que no hay que inventar ninguna t¨¦cnica nueva. El biodi¨¦sel actual ya se obtiene refinando aceites. Por lo general, provienen de campos de cultivo -palma, coco, soja, colza y aguacate sembrados con ese prop¨®sito-, pero el m¨¦todo se va aplicando a peque?a escala para reciclar aceites usados. El producto sirve para sustituir al gas¨®leo en los motores di¨¦sel. Y a nadie se le ha ocurrido venderlo.
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