Irresponsabilidad e inexactitud
Todav¨ªa estoy perplejo, desde que he le¨ªdo el reportaje Puig Antich dispar¨®. En ¨¦l se afirma, como si de una revelaci¨®n se tratara, que Salvador Puig Antich dispar¨® su arma contra los polic¨ªas que trataban de detenerle. ?Eso es noticia? Deber¨ªa saber el periodista que firma el art¨ªculo que ni Puig Antich, ni ninguno de los abogados que le defendieron en la ¨¦poca, ni tampoco los que solicitaron recientemente la revisi¨®n del caso que supuso su ejecuci¨®n, ninguno de ellos, digo, neg¨® que hubiera disparado. Eso s¨ª, lo hizo despu¨¦s de recibir en la cabeza siete u ocho golpes con la culata de una pistola por parte de un agente.
Lo que la familia de Puig Antich ha sostenido siempre, como sus abogados y ¨¦l mismo, es que la bala o balas que acabaron con la vida de un polic¨ªa pudieron haber salido del arma de otros agentes. De hecho, Francesc Barjau, el primer m¨¦dico que examin¨® el cuerpo del agente muerto, vio m¨¢s impactos en el cuerpo que balas salieron del arma de Puig Antich.
As¨ª pues, ?qu¨¦ aporta de nuevo el testimonio de Jean Marc Rouillan como para que un medio de referencia como EL PA?S -al que se presupone rigor y exactitud- titule de esa manera, alarmista, afirmando que hay "nuevos datos de un caso controvertido"? ?Olvida el periodista que los tribunales militares que le condenaron a muerte no aceptaron el testimonio de Barjau? ?Olvida que la Sala de la Militar del Tribunal Supremo, que ha denegado la revisi¨®n, no consider¨® relevantes las palabras del ayudante de Barjau, el doctor Joaqu¨ªn Latorre, en el mismo sentido? ?Olvida que el cuerpo del agente muerto fue trasladado a una comisar¨ªa para practicarle una autopsia oculta? ?Olvida que las pruebas de bal¨ªstica fueron hechas desaparecer?
No se trata de glorificar la figura de Puig Antich, sino de saber si, incluso con la espantosa legislaci¨®n de una terrible dictadura, deb¨ªa ser ejecutado. Es obvio que no.
Lo cierto es que, como ha reconocido alguno de los ministros del Gobierno franquista que dio luz verde a la carnicer¨ªa, "necesitaban dar una lecci¨®n" despu¨¦s del atentado que acab¨® con Carrero Blanco. Para ello, Salvador fue la cabeza de turco perfecta. Tanto como el alem¨¢n Georg Welzel, que tambi¨¦n fue ejecutado ese d¨ªa como "la torna" (el complemento) de Salvador, con la falsa identidad del polaco Heinz Ches, algo que el r¨¦gimen franquista tambi¨¦n ocult¨®, como que ten¨ªa una familia, una nacionalidad, una identidad. Desde estas l¨ªneas pido m¨¢s rigor, precisi¨®n y contextualizaci¨®n, para que quien lea pueda entender.
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