El miedo a la muerte seg¨²n La Fura dels Baus
El grupo estrena en Bruselas 'El gran macabro', inspirada en Brueghel
La aventura oper¨ªstica de La Fura dels Baus no cesa de crecer. El tr¨ªo Carlos Padrissa-Alex Oll¨¦-Jaume Plensa cerr¨® una etapa con la producci¨®n en equipo de El castillo de Barba Azul, de Bartok, en el Palais Garnier de Par¨ªs. Los dos directores que creyeron en la ¨®pera como el camino id¨®neo para una evoluci¨®n de La Fura en el sentido de "obra de arte total" han tomado trayectorias diferentes.
El m¨¢s intuitivo y visual, Carlos Padrissa, se ha decantado por Wagner y Stockhausen como principales focos de inspiraci¨®n, en un campo de acci¨®n que contempla Valencia, Florencia, Viena, Par¨ªs, Venecia y Mil¨¢n. El m¨¢s intelectual y teatral, Alex Oll¨¦, ha iniciado en el teatro de La Monnaie de Bruselas con El gran macabro, de Ligeti, una experiencia ligada en cierto modo a su versi¨®n de La metamorfosis, de Kafka, en un recorrido que le llevar¨¢ a la ?pera de Roma en junio y a la inauguraci¨®n de temporada de la English National Opera de Londres en septiembre, para desembarcar finalmente en el Liceo de Barcelona en 2011. El tr¨ªo Oll¨¦-Padrissa-Plensa s¨®lo trabajar¨¢ en equipo en circunstancias excepcionales.
Todo est¨¢ en su sitio: desde la impulsiva direcci¨®n musical al reparto
Alex Oll¨¦ ha contado con Valentina Carrasco para la direcci¨®n de El gran macabro. Alfons Flores en la escenograf¨ªa, Lluc Castells en los figurines y Franc Aleu en el v¨ªdeo completan el resto del equipo. Para la ¨®pera de Ligeti se ha elegido la versi¨®n revisada por el propio autor para el Festival de Salzburgo de 1997 y posteriormente grabada en disco, bajo la direcci¨®n de Esa-Pekka Salonen, dentro de la edici¨®n Ligeti de Sony.
El fin del mundo anunciado por el personaje de Nekrotzar -el gran macabro- en la obra de Michel de Ghelderode, en la que Ligeti se inspira, es contemplado por La Fura en el sentido personal del miedo a la muerte, m¨¢s desde el cuerpo que desde el alma. Para ello la escenograf¨ªa es una inmensa figura, inspirada en las esculturas hiperrealistas del artista australiano Ron Mueck, que representa a Claudia, una cantante de ¨®pera que siente cercana la muerte, y en cuyo cuerpo, tanto por dentro como en la piel, transcurre la ¨®pera. La alusi¨®n a Brueghel -la ¨®pera tiene lugar en Breughelland- se da ya desde la primera escena del v¨ªdeo. La gigantesca figura de Claudia gira, se contornea y se abre, permitiendo que la acci¨®n se desarrolle desde el sistema digestivo hasta el circulatorio. El sentido del humor est¨¢ presente en este Apocalipsis con final feliz, pues el fin del mundo no acaba de producirse y la esperanza de vida prevalece en la obra, tal y como Ligeti deseaba. En ese sentido la obra adquiere un alcance que no ten¨ªa en la producci¨®n de Peter Sellars de Salzburgo, m¨¢s centrada en la amenaza nuclear. El trabajo esc¨¦nico es de una imaginaci¨®n y una inteligencia delirantes, con una eficacia teatral y un ritmo deslumbrantes.
Musicalmente, todo est¨¢ en su sitio. Desde la impulsiva direcci¨®n musical de Leo Hussain al frente de una imponente orquesta de La Monnaie, hasta un equilibrado reparto encabezado por Werner van Mechelen, Chris Merritt y Barbara Hannigan. En lo que va de a?o este gran macabro es, desde el punto de vista de este cronista, uno de los espect¨¢culos de ¨®pera m¨¢s estimulantes al lado del estreno mundial de Yvonne, princesse de Bourgogne, de Boesmans, en Par¨ªs, o de Partenope, de Vinci, con Florio y Tambascio en Ponferrada (Le¨®n) antes de partir para N¨¢poles.
Babelia
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