Barrichello ya no baja la cabeza

Parec¨ªa realmente emocionado cuando hablaba con la prensa de su pa¨ªs ayer por la tarde en el circuito de Melbourne. El brasile?o Rubens Barrichello se ha transformado. Tiene 36 a?os y la misma ilusi¨®n con la que comenz¨® a competir en la F-1 en 1993 a los mandos de un Jordan. Lleva 16 temporadas y un palmar¨¦s adornado con nueve victorias, todas ellas con Ferrari; 62 podios, 13 pole positions y 268 grandes premios disputados. Sin embargo, asegura que hasta ahora no hab¨ªa conseguido la situaci¨®n so?ada: tener un coche ganador, como el Brawn, sin la obligaci¨®n de correr para otro piloto.

Eso es lo que le ocurri¨® en Ferrari entre 2000 y 2006, cuando Michael Schumacher era su implacable jefe de filas. Las ¨®rdenes de equipo eran tan evidentes que en 2002 se vio obligado a ceder el paso al alem¨¢n en las ¨²ltimas curvas del Gran Premio de Austria bajo la amenaza de ser despedido si no se doblegaba a la exigencia de la escuder¨ªa. Barrichello baj¨® la cabeza como tantas otras veces. Pero se dej¨® pasar de forma tan clara que el p¨²blico reaccion¨® con silbidos y la FIA prohibi¨® taxativamente ese tipo de ¨®rdenes. Todo sigui¨® igual. Barrichello pod¨ªa ganar carreras, pero nunca obstaculizar el camino de Schumacher hacia el t¨ªtulo.

"He esperado mucho para esto", confiesa el eterno segund¨®n de Schumacher

Ahora, sin embargo, todo es distinto. Aunque correr¨¢ con el n¨²mero 23 -el superior al de su compa?ero, el brit¨¢nico Jenson Button, a pesar de haber acabado delante de ¨¦l en la pasada campa?a-, hay garant¨ªas de que los dos recibir¨¢n el mismo trato en el seno del equipo.

"Es la situaci¨®n que siempre he esperado", confiesa Barrichello, cuya imagen en Brasil es la de un perdedor; "he tenido que esperar mucho tiempo para volver a contar con un coche ganador sin tener la obligaci¨®n de correr para Schumacher". ?sa fue la raz¨®n fundamental que le llev¨® a pedir la rescisi¨®n de su contrato con Ferrari y saltar a Honda. "Pero Honda nunca pudo ofrecerme la posibilidad de ganar", agrega.

Al final de la temporada pasada, sus circunstancias eran casi desesperadas. Honda le rindi¨® un homenaje con una matinal de golf en Barcelona para celebrar su gran premio n¨²mero 267, que le convert¨ªa en el piloto que m¨¢s carreras hab¨ªa disputado, por delante del italiano Ricardo Patrese. Pero, m¨¢s que a una celebraci¨®n, aquello son¨® a una despedida. Barrichello acab¨® su contrato en 2008 y Honda no le ofreci¨® la renovaci¨®n. Estaba sin equipo cuando Ross Brawn decidi¨® comprar el equipo japon¨¦s y lanzar el suyo propio. Incluso, m¨¢s que el suyo, el nombre que estaba sonando para acompa?ar a Button era el de Bruno Senna, sobrino del gran campe¨®n brasile?o.

"Han sido unos meses de incertidumbre y nervios", reconoce Barrichello; "estuve con mi familia y me sent¨ªa c¨®modo. Pero, al cabo de unas semanas, notaba ya la necesidad de volver a coger un volante. Siempre mantuve el contacto con Brawn y siempre me dio esperanzas. Por eso me mantuve en forma y perd¨ª cinco kilos. Cuando tuvo que decidir, me eligi¨® a m¨ª". Lo que no pod¨ªa imaginar el brasile?o era que aquel Honda que concluy¨® el campeonato anterior en la ¨²ltima posici¨®n llegara a transformarse en el primero de la clase en esta pretemporada.

"Cuando Brawn comenz¨® a hablar de la posibilidad de tener un motor Mercedes o Ferrari, pens¨¦ que el equipo pod¨ªa ser muy competitivo", dice Barrichello. "Esperaba estar entre los seis primeros. Pero nunca imagin¨¦ esto. El equipo tiene mucho potencial. Y el coche est¨¢ muy bien dise?ado. Para m¨ª, es todo legal", concluye.

Por primera vez, Barrichello cree que puede ganar el t¨ªtulo mundial y lavar as¨ª la imagen de segund¨®n que le ha perseguido durante tantos a?os.