Y Cachamu¨ª?a no era Superman
La Biblioteca Nacional elige un libro vigu¨¦s para conocer la Guerra de la Independencia
"Cachamu¨ª?a, destruyendo la puerta de la Gamboa, y arrancando de cada tajo de su cortante hacha una astilla, y de cada golpe una tabla, nos parece uno de aquellos gigantes de la mitolog¨ªa, de fuerza extraordinaria, de indomable fiereza, que se atrevieron a hacer la guerra a los dioses y pretendieron escalar el Olimpo". El relato, publicado por Abc en 1930, es s¨®lo una m¨¢s de las hip¨¦rboles que desde finales del siglo XIX y hasta bien entrado el XX convirtieron en un superhombre a Bernardo Gonz¨¢lez del Valle, alias Cachamu¨ª?a por el lugar de Pereiro de Aguiar en el que hab¨ªa nacido. Lo mismo que Mar¨ªa Pita para los coru?eses, Cachamu¨ª?a era para los vigueses un h¨¦roe mitol¨®gico, un "h¨¦rcules", pero un desconocido. Y con eso se conformaron todos, antes y despu¨¦s de 1932, cuando se trasladaron sus restos desde Pereiro (de Aguiar) hasta Pereir¨®, el cementerio municipal de Vigo, en el que se le levant¨® un mausoleo.
Est¨¦vez descubri¨® en los archivos de Trasariz que era primo del h¨¦roe
En la tertulia se reun¨ªa con Leopoldo Dur¨¢n, el confidente de Graham Greene
Hasta 1999, cuando Emilio Est¨¦vez saca a la luz su primer libro gordo sobre el personaje (Cachamu¨ª?a, Comandante de Armas y Gobernador de Vigo, publicado por el Instituto de Estudios Vigueses), la mayor¨ªa de los locales lo imaginaban como esa talla en granito de la Plaza de la Independencia que hoy, d¨ªa de la Reconquista, se sembrar¨¢ de flores: un musculado maromo de pecho descubierto tirando abajo una puerta que a su lado, por peque?a, parece una gatera.
A principios de los 70, Est¨¦vez Rodr¨ªguez, vigu¨¦s de Xub¨ªn (Cenlle) empez¨® a escarbar en los archivos de su parroquia, Trasariz, porque sospechaba que era primo lejano del mito. La madre de Cachamu¨ª?a hab¨ªa sido la heredera de la casa hidalga de este ¨²ltimo pueblo orensano, y Est¨¦vez confirm¨® sus suposiciones. Trabajaba en una notar¨ªa y lo que m¨¢s le gustaba en esta vida era explorar. Explorar esos papeles amarillos donde pueden vivir una vida entera las polillas. Se convirti¨® en un asiduo de Simancas y seguir el rastro de Bernardo Gonz¨¢lez del Valle le llev¨® m¨¢s de treinta a?os.
Al cabo del tiempo, despu¨¦s de muchos art¨ªculos public¨® dos libros. El segundo (El coronel Cachamu¨ª?a, tambi¨¦n del Instituto de Estudios Vigueses, 764 p¨¢ginas), acaba de ser elegido por la Biblioteca Nacional entre una veintena de vol¨²menes de toda Espa?a. Son, para esta instituci¨®n gobernada por el Ministerio de Cultura, las obras "fundamentales" sobre la Guerra de la Independencia cuando se cumplen dos siglos de la expulsi¨®n de los franceses. En El coronel Cachamu¨ª?a se cuenta todo sobre sus campa?as militares, su vida pol¨ªtica y familiar. Es la historia de un hombre de carne y hueso que no tiene nada que ver con Superman; que primero luch¨® en los Pirineos sin poder impedir la invasi¨®n, y despu¨¦s se arranc¨® la espina que le qued¨® clavada inaugurando, en Vigo, la expulsi¨®n de los gabachos de Espa?a.
Pero, seg¨²n Est¨¦vez, tambi¨¦n espant¨® a los franceses de Bobor¨¢s y San Clodio, donde dej¨® prisioneros a cargo de los vecinos. Y organiz¨® tropas en Pontevedra y en Santiago, donde se hab¨ªa casado dos a?os antes, siendo ya padre de una ni?a. Despu¨¦s dirigi¨® el Batall¨®n do Ribeiro, as¨ª que en Pazos de Arenteiro tambi¨¦n se celebran las haza?as del que, sin embargo, ha pasado a la historia como h¨¦roe de Vigo.
Hab¨ªa una tertulia, en la ciudad, a la que siempre asist¨ªan Est¨¦vez y su amigo Leopoldo Dur¨¢n, nacido en Avi¨®n y confidente de Graham Greene. Mientras uno informaba a los presentes sobre las ¨²ltimas peripecias de Cachamu¨ª?a descubiertas en los archivos madrile?os, el otro avanzaba alg¨²n cap¨ªtulo de las memorias que el brit¨¢nico le hab¨ªa encomendado escribir. Est¨¦vez y Dur¨¢n murieron con diferencia de meses, el primero en 2007 y el segundo ya en 2008. A los dos les qued¨® documentaci¨®n in¨¦dita, porque en los ¨²ltimos tiempos ya no fueron capaces de trabajar. Est¨¦vez exploraba entonces la vida de la mujer de Cachamu¨ª?a, la compostelana Josefa Ballesteros, vecina de la r¨²a do Vilar, de una casa que sigue ah¨ª, cerca de O Toural. Hay pilas de papeles en "el cuartucho" en el que le¨ªa, y su viuda, Mar¨ªa Luisa, busca a alguien que retome su trabajo.
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