S¨®lo uno de cada cinco chiringuitos de la Costa del Sol est¨¢ en regla

Pocos d¨ªas despu¨¦s del acuerdo para la deuda hist¨®rica, las relaciones entre el Gobierno central y el auton¨®mico tienen abierto un nuevo frente, los chiringuitos de la playa, un asunto que puede sonar a banal, pero que afecta a un elemento sustantivo de la oferta tur¨ªstica andaluza y protagoniza una estimable actividad econ¨®mica, con unos 500 millones de euros de producci¨®n anual y en torno a 40.000 empleos, seg¨²n la Junta. La ocupaci¨®n del espacio de dominio p¨²blico mar¨ªtimo-terrestre es tambi¨¦n una cuesti¨®n pendiente de largo recorrido, desde que hace 21 a?os se aprob¨® la Ley de Costas que, de forma gen¨¦rica, proh¨ªbe la ocupaci¨®n de la arena a menos de 100 metros de la orilla. Ahora el Gobierno entiende que ha llegado el momento de solventar definitivamente la cuesti¨®n y poner orden en una situaci¨®n que dif¨ªcilmente se sostiene. Y es que en la Costa del Sol, por ejemplo, s¨®lo el 21% de los establecimientos abiertos tiene una concesi¨®n en regla. El Gobierno estima que en el litoral malague?o hay unos 330 chiringuitos, de los que el 18% tienen una concesi¨®n ya caducada y el 60% se excede en los usos para los que est¨¢n autorizados.

El sector genera 500 millones al a?o y da empleo a unas 40.000 personas

La cuesti¨®n es c¨®mo hacer compatibles el respeto a la ley, la protecci¨®n ambiental de la costa, la actividad de un sector estrat¨¦gico para la econom¨ªa regional y los h¨¢bitos de ocio. Las soluciones posibles se ven con perspectiva muy diferente desde Madrid y desde Andaluc¨ªa. La Junta se ha desmarcado de la l¨ªnea aparentemente severa del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, que invoca el cumplimiento de la ley como ¨²nico camino a seguir, y proponen dar a los chiringuitos un tratamiento de excepcionalidad. No hay discrepancias ideol¨®gicas, sino divergencias territoriales, porque esta aspiraci¨®n de que los chiringuitos permanezcan en la arena de las playas aglutina en Andaluc¨ªa una unanimidad sin fisuras en los ¨¢mbitos institucional, pol¨ªtico, empresarial y sindical. Y el presidente Manuel Chaves dio el mi¨¦rcoles un paso adelante en la reivindicaci¨®n de la singularidad de los chiringuitos. Ante este clamor, la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, confirm¨® el jueves la constituci¨®n de una mesa de negociaci¨®n.

Para la Junta, el camino lo marca la propia ley, que en su art¨ªculo 32 determina que "¨²nicamente se podr¨¢ permitir la ocupaci¨®n del dominio p¨²blico mar¨ªtimo-terrestre para aquellas actividades o instalaciones que, por su naturaleza, no puedan tener otra ubicaci¨®n". La ley prev¨¦ dos f¨®rmulas para poder utilizar espacio en la playa para la venta de comidas y bebidas: autorizaci¨®n y concesi¨®n. Las autorizaciones se refieren a la explotaci¨®n de servicios de temporada y s¨®lo requieren instalaciones desmontables que no pueden exceder de 20 metros cuadrados. Se hacen s¨®lo por un a?o y se otorgan a los ayuntamientos, que abonan un canon. La segunda f¨®rmula es la concesi¨®n, categor¨ªa a la que pertenecen los chiringuitos con instalaciones fijas, que pueden ocupar un m¨¢ximo de 150 metros cuadrados y deben guardar una distancia m¨ªnima entre ellas de 100 metros lineales. Normalmente, las concesiones se hacen por 15 a?os, tambi¨¦n a trav¨¦s de los ayuntamientos. Tras la aprobaci¨®n de la ley y la adaptaci¨®n de paseos mar¨ªtimos, Costas ha exigido la ubicaci¨®n de estos establecimientos en la ribera de los paseos, con acceso desde ¨¦stos.

El presidente de la Federaci¨®n de Empresarios de Playas, Norberto del Castillo, admite que habr¨¢ algunos chiringuitos que deban desaparecer, pero considera que se trata de casos aislados. La federaci¨®n estima que en la costa andaluza hay un millar de chiringuitos, con una mayor concentraci¨®n en la Costa del Sol, donde hay 330, en su inmensa mayor¨ªa estable. En la federaci¨®n est¨¢n representadas 317 empresas, de las que 288 son chiringuitos, 20 concesionarios de hamacas y nueve de servicios n¨¢uticos.