Los centros de salud instalan el 'bot¨®n del p¨¢nico' para evitar agresiones
Un dispositivo en los ordenadores pide ayuda si un profesional se ve en peligro
Un diagn¨®stico no compartido, una espera demasiado larga, una supuesta atenci¨®n deficiente o la negativa a conceder una baja laboral pueden hacer saltar la chispa entre el paciente y el m¨¦dico. El usuario no escucha lo que quiere o¨ªr y se pone nervioso, levanta la voz. Y lo habitual es que episodio termine con amenazas y e insultos contra el personal sanitario por parte del paciente y sus familiares o, en el peor de los casos, con la agresi¨®n f¨ªsica. Para prevenir esa situaci¨®n, varios centros de salud de Guip¨²zcoa y ?lava han empezado a utilizar un dispositivo conocido como el bot¨®n del p¨¢nico.
En las pantallas de los ordenadores de esos centros aparece un incono con el mensaje de "SOS". Si se pulsa con el rat¨®n en caso de riesgo, permite al usuario de esa terminal (m¨¦dico, enfermera o administrativo) enviar una se?al de ayuda al resto de equipos inform¨¢ticos que se encuentren encendidos en ese momento en el centro. En sus pantallas aparece entonces el n¨²mero de la consulta donde hay problemas, con lo que la plantilla puede acudir r¨¢pidamente en ayuda de su compa?ero en problemas.
"Se producen m¨¢s incidentes de los que se denuncian", seg¨²n los sindicatos
"Las medidas para reforzar la seguridad siempre son bien recibidas"
De momento, la iniciativa no se ha generalizado al conjunto de los centros de Osakidetza. Comenz¨® a instalarse en Guip¨²zcoa y se ha extendido a los centros de salud de ?lava. Seg¨²n los sindicatos del sector, en la mayor¨ªa de los casos la v¨ªctima de los insultos, amenazas, coacciones o maltrato f¨ªsico es una mujer. Los pacientes no aceptan las explicaciones o el diagn¨®stico que se les da. Otras veces pierden los nervios porque entienden que no se les da suficiente informaci¨®n o porque reclaman que se les haga una prueba. "Se producen m¨¢s incidentes de los que se denuncian finalmente", aseguran las centrales.
Para Alfonso Casi, jefe de unidad del centro de salud de Lakuabizkarra, en Vitoria, el bot¨®n del p¨¢nico supone un complemento a otro tipo de medidas de seguridad que ya existen en los centros. "Disponemos de un manual de seguridad que nos indica c¨®mo encauzar las situaciones cuando se vuelven complicadas. B¨¢sicamente, se trata de emplear la psicolog¨ªa con el paciente. Y si esto no funciona y la actitud resulta muy agresiva, hay que salir de la consulta. Desde luego el bot¨®n del p¨¢nico es un buen dispositivo para pedir ayuda", apunta.
Maite G¨®mez, m¨¦dico de familia en el centro de salud de San Mart¨ªn, en Vitoria, aplaude la iniciativa porque "es una medida de apoyo". "Sabes que no est¨¢s sola", apunta, aunque opina que debe afinarse a¨²n m¨¢s para resultar verdaderamente pr¨¢ctica. "Si estoy trabajando con un programa tengo que minimizarlo para que aparezca la pantalla donde est¨¢ el icono. Debe estar m¨¢s accesible".
Ella no ha sufrido la violencia f¨ªsica de ning¨²n paciente, aunque ha tenido que soportar a algunos "maleducados". "Los casos de violencia son excepcionales, al menos en nuestro centro de salud. S¨ª recuerdo que el a?o pasado a una compa?era le volcaron la mesa por una cuesti¨®n de recetas, pero son situaciones muy puntuales".
Las caracter¨ªsticas del barrio donde se ubica el centro o el servicio del que se trate, como los de urgencias de los hospitales, influyen notablemente a la hora de que se produzcan incidentes. "En nuestro caso", explica Casi, "la poblaci¨®n del barrio ayuda a que se cree un buen clima de trabajo. Pero en otros lugares la situaci¨®n cambia y el personal sanitario vive m¨¢s intranquilo. Las medidas de seguridad siempre resultan bien recibidas".
Un fen¨®meno creciente
Un estudio encargado por el Consejo de M¨¦dicos del Pa¨ªs Vasco (que agrupa a los tres colegios territoriales) recoge que el 39,5% de los m¨¦dicos que trabajan en la comunidad aut¨®noma ha sufrido alg¨²n tipo de agresi¨®n verbal o f¨ªsica a lo largo de su vida profesional. Este tipo de abusos aumenta alrededor de un 3% anual desde hace 20 a?os.
Seg¨²n este estudio, el perfil del agresor se corresponde en el 80% de los casos con el de un hombre de una edad media de 40 a?os, de origen nacional que ejerce la violencia en la consulta m¨¦dica, aunque uno de cada tres incidentes es protagonizado por el acompa?ante del paciente. La v¨ªctima de la agresi¨®n es en el 52% de los casos un hombre con una edad media que ronda los 46 a?os, generalmente m¨¦dico de familia y con una dilatada experiencia profesional, que habitualmente supera los 20 a?os.
Las causas de la agresi¨®n suelen ser las exigencias no satisfechas del paciente (32,7%), por la administraci¨®n de tr¨¢mites como bajas o recetas (18,7%), las esperas (14,4%) y, en menor medida, otros motivos como que el m¨¦dico es transmisor de malas noticias, discrepancias sobre la necesidad de un ingreso o que el paciente pretenda saltarse su turno para ser atendido.
En el 43% de los casos denunciados ha habido condena para el acusado, con penas de multa e incluso de c¨¢rcel. "Es preciso cortar este tipo de comportamientos", subraya el presidente del Sindicato M¨¦dico de Euskadi (SME) y del Colegio de M¨¦dicos de ?lava, Kepa Urigoitia.
"Hacen falta vigilantes"
Para Kepa Urigoitia, presidente del Sindicato M¨¦dico de Euskadi (SME), cualquier medida de protecci¨®n que se aplique en los centros es "un paso" adelante, pero afirma que el dispositivo "resulta insuficiente" en la actualidad. "Hay que contar con medidas que garanticen algo m¨¢s que la buena voluntad de los compa?eros que acudan a ayudar. Si suena una alarma en la calle, se llama a la polic¨ªa. Pues aqu¨ª es lo mismo".
Seg¨²n Urigoitia, en algunos centros de salud se impone la necesidad de contratar vigilantes de seguridad. "No s¨¦ si resulta factible, pero hay varias zonas conflictivas que precisan de una figura de disuasi¨®n. En esos barrios es necesario que la seguridad del personal sanitario corra a cargo de profesionales y no de la buena voluntad de los compa?eros". De lo que se trata, seg¨²n el presidente del SME es de que la administraci¨®n sanitaria baje "m¨¢s a la arena".
Osakidetza ha reforzado en los ¨²ltimos a?os su apoyo a la plantilla ante el aumento de las agresiones. Es el caso del protocolo de actuaci¨®n ante estos episodios. Como medidas destacadas, Osakidetza cuenta con una comisi¨®n de seguimiento de las agresiones al personal y ofrece a la plantilla un asesoramiento jur¨ªdico integral, que incluye la defensa legal de las denuncias contra los agresores ante los tribunales de justicia.
Adem¨¢s, existe un protocolo suscrito entre los colegios de m¨¦dicos del Pa¨ªs Vasco y la Fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco que protege m¨¢s a los facultativos a la hora de presentar una denuncia.
Funcionamiento
En la pantalla base de los ordenadores de los centros de salud aparece el bot¨®n del p¨¢nico una vez que el usuario ha entrado con su contrase?a. En caso de que se produzca una situaci¨®n de riesgo, el usuario activa el dispositivo con el rat¨®n, enviando una se?al de ayuda al resto de los ordenadores del centro que se encuentren encendidos en ese momento. Para evitar falsas alarmas, una vez pulsado debe ser confirmado el lanzamiento de la alerta.
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