40 al d¨ªa alcanzar¨¢n la Gloria
Hoy comienzan las visitas gratuitas al P¨®rtico, oculto por andamios desde junio
La ascensi¨®n a la Gloria ser¨¢ con casco y a trav¨¦s de un andamio, se organizar¨¢ en grupos de a diez y saldr¨¢ gratis. Sin embargo, hacerse un hueco entre estos bienaventurados tendr¨¢ su dificultad. El cielo, al menos visto desde abajo, parece bastante grande, pero s¨®lo tiene sitio para los que lo merecen. En este caso, el m¨¦rito estar¨¢ en apuntarse en una lista de espera y echarle paciencia. Hoy, desde las diez de la ma?ana, se puede hacer la reserva en un mostrador instalado en la cripta de la catedral de Santiago o a trav¨¦s de una p¨¢gina de Internet (www.fundacionbarrie.org). Quienes m¨¢s madruguen, si se adelantan a la avalancha, subir¨¢n hoy mismo.
Los que aspiren a ascender al P¨®rtico de la Gloria, oculto desde hace ya diez meses por una estructura met¨¢lica que ocupa toda la base del atrio (85 metros cuadrados) y toda la altura (10 metros), tendr¨¢n que esperar a ser convocados. Los dem¨¢s visitantes de la catedral se deber¨¢n conformar con vislumbrar, desde abajo, la poca piedra labrada que asoma por los resquicios de un andamio que ayer el de¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz, defini¨® como "un espantajo".
El de¨¢n defini¨® el andamio del P¨®rtico como "un espantajo"
El ¨¢ngel lleva en brazos cuatro almas y tiene los ojos azules
La excursi¨®n a ese cielo que imagin¨® el Maestro Mateo entre 1168 y 1188 seguir¨¢ una r¨ªgida pauta y casi estar¨¢ cronometrada. El comit¨¦ cient¨ªfico que supervisa las restauraciones que est¨¢ financiando la Fundaci¨®n Pedro Barri¨¦ de la Maza en la catedral no ha abierto m¨¢s la mano: ser¨¢n cuatro las visitas diarias, a las 10.45, 12.30, 15.15 y 16.30 horas, siempre fuera de las misas y habr¨¢ una en la que tendr¨¢n prioridad los peregrinos reci¨¦n llegados. En total, 40 personas al d¨ªa subir¨¢n por la (c¨®moda) escalera plateada, acompa?adas por dos empleadas de la fundaci¨®n. Una, la gu¨ªa, delante, y otra cerrando la fila india.
Porque aunque el andamio es ancho, por las plataformas hay que avanzar alineados, sobre todo desde el momento, todav¨ªa sin fecha, en que empiecen los restauradores a trabajar en las esculturas. Ayer, en la primera visita guiada para la prensa, las trabajadoras de la Barri¨¦ hablaban bajito, apenas pod¨ªan o¨ªrse entre s¨ª, y ped¨ªan a los periodistas que no levantasen la voz. La tourn¨¦e deber¨¢ ser en adelante sigilosa, porque las vibraciones pueden da?ar el patrimonio y volver locos los monitores de medici¨®n ambiental que se van a instalar "en unas semanas". De hecho, para que los aparatos lo tengan en cuenta, las gu¨ªas deben dar parte de la visita en el momento de subir y una vez que ya todos los turistas han bajado.
Hablar, lo que se dice hablar (en gallego, castellano e ingl¨¦s, los idiomas que se pueden escoger para el recorrido), s¨®lo se puede en la cripta de la catedral, de donde partir¨¢n las visitas. All¨ª ver¨¢n primero una pel¨ªcula de 15 minutos en la que se habla del P¨®rtico, del conjunto simb¨®lico que forma con la cripta y la tribuna, y de las actuaciones pasadas, presentes y futuras de la Barri¨¦ en la catedral.
Los asistentes saldr¨¢n con la sensaci¨®n de que, si no fuese por la fundaci¨®n del Banco Pastor, la bas¨ªlica compostelana estar¨ªa ¨²nicamente de la mano de Dios. Ahora est¨¢ invirtiendo 3 millones de euros en proteger el P¨®rtico, restaurar las pinturas de la Capilla Mayor, acondicionar la cripta y reordenar los museos. Pero antes rescat¨® la parte del coro p¨¦treo de Mateo que no se perdi¨® en cimientos y muros de las casas vecinas. Y mand¨® construir dos r¨¦plicas en madera de los instrumentos medievales que aparecen reproducidos en piedra en el P¨®rtico. Una de estas colecciones se pueden ver metidos en vitrinas en la cripta, y su m¨²sica se oye a lo largo del v¨ªdeo.
Luego, los visitantes subir¨¢n por una de las dos escaleras de caracol por las que acced¨ªan a la catedral desde el Obradoiro los peregrinos antiguos. La otra est¨¢ tapiada y ¨¦sta se ha abierto al p¨²blico, en el siglo XX, en raras ocasiones. Arriba, en el P¨®rtico, podr¨¢n estar entre cinco y ocho minutos y ver¨¢n los detalles de las im¨¢genes frente a frente, pero a dos metros de distancia. La visita completa, seg¨²n las gu¨ªas, durar¨¢ "en torno a una hora".
De momento, los al¨¦rgicos al polvo mejor que se abstengan. Sobre los relieves se acumula una capa de mugre centenaria. Cuando desaparezca esta suciedad, los colores (blanco, negro, rojo, azul y dorado), modificados desde la inauguraci¨®n del P¨®rtico por al menos tres policrom¨ªas superpuestas, tambi¨¦n se apreciar¨¢n mejor. No se ha decidido a¨²n hasta qu¨¦ fase de la restauraci¨®n se seguir¨¢n permitiendo las visitas, pero parece evidente que las mejores ser¨¢n las ¨²ltimas. Entonces no har¨¢ falta pegar la nariz a la del ¨¢ngel que porta cuatro almas del purgatorio al cielo para caer en la cuenta de que no s¨®lo tiene cejas y pesta?as, sino tambi¨¦n los ojos de un azul transparente.
Ya nadie espera que el P¨®rtico y la Capilla Mayor est¨¦n listos para el Xacobeo 2010. El de¨¢n confes¨® ayer que tiene un "sue?o" recurrente: que el Papa viene en 2011 y lo inaugura todo.
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