Y el s¨ªndrome de Di¨®genes lleg¨® al ordenador
La man¨ªa de almacenar basura aterriza en el 'e-mail' - Algunos se enganchan a sus recuerdos y convierten el buz¨®n en un trastero digital
Si usted no suele borrar los correos electr¨®nicos que le van llegando tenga cuidado, porque la cosa puede ir a m¨¢s. El volumen de e-mails est¨¢ creciendo de manera desorbitada, tanto por el spam como por la moda de socializar, y est¨¢ provocando una epidemia entre los usuarios: el s¨ªndrome de Di¨®genes. Cuentas de correo desbordadas a las que no se puede hincar el diente si no se tienen dos horas por delante, con una sensaci¨®n generalizada de que el e-mail nos supera y nos hace perder un tiempo precioso. Es cierto.
Millones de personas trabajan conectadas al e-mail, para comunicarse incluso con quien est¨¢ frente al ordenador de al lado. Si a la cantidad de los mensajes que env¨ªan y reciben le a?adimos el correo no deseado, nos encontramos con que la direcci¨®n de correo tiene que soportar una cantidad de mensajes que, en la mayor¨ªa de los casos, resulta imposible ir borrando sobre la marcha. "Lo primero que hago al llegar al trabajo es mirar los e-mails e intento borrar los m¨¢ximos posibles, pero me llevar¨ªa demasiado tiempo valorarlos uno a uno, por lo que se me van acumulando", dice Alicia, que trabaja en una empresa de servicios de comunicaci¨®n y cuya cuenta de correo la avisa de vez en cuando de que necesita una limpieza, la ¨²ltima vez con m¨¢s de 11.000 mensajes acumulados.
Cada uno proyecta su personalidad en la gesti¨®n del correo
Las nuevas opciones t¨¦cnicas permiten que se ahorre tiempo
Una trabajadora: "No borro casi nada, tardar¨ªa demasiado en valorarlo"
"Todo lo hago funcionar seg¨²n reglas", afirma una cliente organizada
La mayor¨ªa prefiere el 'e-mail' al tel¨¦fono o el cara a cara
El correo basura es una de las mayores preocupaciones de los internautas
Sobre las causas de esta sobrecarga de mensajes, Fernando Garrido, vicepresidente del Observatorio para la cibersociedad, revela el que puede ser uno de los principales motivos de que la mayor¨ªa de bandejas de entrada parezcan trasteros abandonados: "El usuario tiene la percepci¨®n de que su capacidad de almacenamiento es infinita, por lo que tan s¨®lo elimina correos de coordinaci¨®n (quedar en un sitio a una hora) o spam". Pero el correo corre el riesgo de reventar. "Conozco a gente que ha perdido todos los e-mails porque se le ha saturado la cuenta, y es una papeleta de cuidado", cuenta Alicia.
Seg¨²n Contactlab, una empresa especializada en correo electr¨®nico, los espa?oles reciben diariamente 350 millones de mensajes, una media de 23 cada uno. El rey sigue siendo Hotmail, que es el favorito del 70% de los internautas, seg¨²n este estudio.
Garrido va m¨¢s all¨¢ y profundiza en la relaci¨®n con el correo electr¨®nico, culpable de que las cartas hayan pasado a mejor vida: "El valor de los e-mails est¨¢ en su valor como configuradores de recuerdos personales, de la historia de cada uno en la Red. Sobre todo en las cuentas personales los motivos son los mismos que los que hacen a los adolescentes guardar los SMS". "?Por qu¨¦ voy a borrar los e-mails? Es como guardar las cartas que te enviaban por correo, es algo a lo que puedes recurrir, para buscar a un antiguo amigo o acordarte de alguien, no tiene nada de malo", afirma Carmen, que utiliza el correo electr¨®nico para trabajar pero tambi¨¦n como una fuente para almacenar recuerdos.
Ya sea por nostalgia, por falta de tiempo o por simple dejadez, la sobrecarga de las bandejas de entrada es un hecho. Otra raz¨®n, a la que apunta el doctor en Psicolog¨ªa Guillermo Fouce, es que las personas estamos entrenadas tradicionalmente en la acumulaci¨®n de conocimientos: "Tienen que cambiar las pautas de comportamiento, hay que cambiar hacia el saber d¨®nde buscar".
Enrique Dans, profesor de sistemas tecnol¨®gicos del Instituto Empresa y experto en lo relacionado con el correo electr¨®nico, confirma la nueva tendencia al s¨ªndrome de Di¨®genes. "La capacidad de las cuentas de correo es cada vez mayor, y tambi¨¦n tienden a ser m¨¢s f¨¢ciles de gestionar, as¨ª que es l¨®gico que seamos cada vez m¨¢s como Di¨®genes". Dans elabor¨® hace tiempo una clasificaci¨®n sobre los usuarios del e-mail, que divid¨ªa en: "El auditor", que lo guarda y clasifica todo; "el dotado de memoria selectiva", a quien alguna vez le revent¨® el correo y ahora s¨®lo guarda lo que considera importante; "el sentimental", que conserva todo lo que considera emotivo; "el vivalavirgen", que no guarda absolutamente nada; y "el di¨®genes", que guarda todo, servible o inservible.
Para Dans, los diferentes tipos van encamin¨¢ndose hacia el di¨®genes porque el s¨ªndrome se ha vuelto sano. "Las herramientas de b¨²squeda son cada vez m¨¢s potentes. Es muy importante el papel de los filtros sociales, que a la hora de eliminar correos toman como referencia lo que otros usuarios han establecido que era basura, por lo que es m¨¢s eficaz; se podr¨ªa decir que hemos encontrado el orden en el caos".
Ha llegado la hora del desorden, pues. El profesor afirma que lo malo no es tener la bandeja del correo llena, sino llena de basura. Y no s¨®lo el spam. Ahora ataca una nueva especie, el bacn: se trata de notificaciones que quieres ver, pero no en cualquier momento, explica Dans. Van desde los avisos de redes sociales a los comentarios en blogs. [Spam era una marca de jam¨®n enlatado que usaba Monty Python en un sketch; y, siguiendo con el chiste, llega bacn, pronunciado como bacon en ingl¨¦s].
No borrar los correos electr¨®nicos tiene relaci¨®n tambi¨¦n, seg¨²n Dans, con la proliferaci¨®n de nuevos dispositivos. "Antes se volcaban muchos mensajes al ordenador, porque se saturaban los correos. Ahora, la gran capacidad de las cuentas se suma a la necesidad de poder gestionarlo desde la PDA, el m¨®vil u otro ordenador: ahora quiere tenerse todo a mano desde cualquier lugar". El 12% de los usuarios, seg¨²n Contactlab, mira ya su correo desde dispositivos m¨®viles.
Pero no todo el mundo piensa igual. Muchos expertos siguen estableciendo fuertes correspondencias entre la bandeja de entrada y el car¨¢cter de cada uno. Para Jeffrey Zaslow, columnista de The Wall Street Journal, la bandeja de entrada de alguien es como su armario personal: "Te puede decir c¨®mo de desordenada o cuidadosa es la persona, lo que considera valioso para guardar y lo que no, o cu¨¢les son sus prioridades".
Jos¨¦ Miguel Bol¨ªvar, autor del blog Optimainfinito sobre productividad, tambi¨¦n considera que a la hora de gestionar el correo la personalidad se proyecta en la Red. Establece dos categor¨ªas: "Los clasificadores y los encontradores". Los primeros son, seg¨²n Bol¨ªvar, gente ordenada que sabe perfectamente d¨®nde tiene cada cosa, en contraposici¨®n con los encontradores, que utilizan la opci¨®n de buscar: "La tendencia est¨¢ cambiando, de archivar se pasa a etiquetar, que sirve para optimizar la b¨²squeda, m¨¢s pr¨¢ctico que las carpetas porque permite clasificar cada correo con m¨¢s de una palabra clave, como si estuviera en varias carpetas", explica.
Adem¨¢s, Bol¨ªvar asegura que, entre quienes tienden a borrar o a guardar, hay una relaci¨®n impl¨ªcita con la seguridad personal: "Lo mejor es, como siempre, la moderaci¨®n; pero en el extremo est¨¢n los inseguros, que tienen miedo a borrar por si lo necesitan en un futuro, y los muy seguros que se tiran a la piscina y lo borran todo, con el riesgo de pillarse los dedos". Alicia asegura que el e-mail, que considera su principal herramienta de trabajo, "es la prueba fehaciente de los acuerdos a los que llego, asuntos que me aprueban, etc¨¦tera; para borrarlos tendr¨ªa que perder demasiado tiempo valorando su importancia, no me compensa".
A pesar de las quejas y el posible estr¨¦s, nadie duda de las bondades del correo electr¨®nico, que por algo es la herramienta m¨¢s utilizada de Internet, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de la Asociaci¨®n de investigaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n (AIMC) sobre comportamiento de los internautas. El 96,4% de los encuestados declararon haber mirado el correo el d¨ªa anterior, un 68% varias veces. El Estudio de la Sociedad de la Informaci¨®n en Espa?a 2008 corrobora que para el 85% de los internautas el e-mail es su medio de comunicaci¨®n m¨¢s habitual por Internet. Seg¨²n Garrido, el correo es en muchos casos "el principal elemento de identidad en la Red: un canal para acceder a servicios [redes sociales y casi cualquier programa que requiera registrarse para acceder]
como un DNI digital".
Admitido que los internautas dejan huella en su cuenta de correo, habr¨ªa que ver cu¨¢ntas. Porque el 80% de los usuarios tiene m¨¢s de una, y el 11% llega a tener m¨¢s de cuatro direcciones. ?Es posible llevar al d¨ªa cuatro cuentas de correo? ?Cu¨¢nto tiempo se necesita? Para Dans, la cuesti¨®n no es cu¨¢nto tiempo se usa el e-mail sino cu¨¢nto tiempo se pierde gestion¨¢ndolo. "Hay dos escuelas sobre el uso del correo electr¨®nico, la de la atenci¨®n permanente y la de revisarlo varias veces al d¨ªa; los j¨®venes suelen ser m¨¢s de la primera, est¨¢n acostumbrados a estar pendientes de varios temas a la vez y no les molestan las peque?as interrupciones".
Lourdes Ibiricu, trabajadora de una empresa de gran volumen, es todo un ejemplo de gesti¨®n del e-mail. "Lo tengo abierto constantemente y me suena una alarma cada vez que entra un mensaje, es una de mis principales herramientas de trabajo y me ocupa al menos una cuarta parte de la jornada". A¨²n as¨ª, podr¨ªa perder mucho m¨¢s tiempo si no hiciera uso de todas las opciones de mantenimiento autom¨¢tico que le proporciona el programa (borrar correos antiguos, clasificarlos tal como llegan seg¨²n el destinatario...): "Tengo que guardarlo todo porque no s¨¦ si lo puedo necesitar al cabo de dos a?os, as¨ª que todo lo que me llega se copia en una carpeta del ordenador para que no se me sature el correo; algunos se borran de forma autom¨¢tica y otros los limpio cada cierto tiempo. Todo lo hago funcionar seg¨²n reglas".
?ste es un problema a?adido: poca gente conoce las herramientas que le ofrece el correo. Jos¨¦ Miguel Bol¨ªvar, asesor de empresas, es muy consciente de ello: "Las empresas invierten en software pero no en formaci¨®n, luego tienen programas con cientos de opciones que resultan in¨²tiles porque la gente no sabe usarlas".
El correo electr¨®nico, tan indispensable, puede volverse un arma de doble filo si el usuario no se maneja con cierta organizaci¨®n. Ibiricu, que presume de tener una bandeja impecable y no estresarse con el e-mail, admite: "Cuando voy a estar fuera unos d¨ªas dejo un aviso de que no voy a estar y los que van a mi grupo de trabajo se me borran autom¨¢ticamente pero, a¨²n as¨ª, el d¨ªa que vuelvo estoy cinco o seis horas para verlo".
Al correo no se le puede dejar solo. En un descuido de pocos d¨ªas la cuenta de alguien que trabaje con ¨¦l puede engordar del orden de 400 o 500 mensajes. No obstante, la mayor¨ªa de los usuarios son fieles a la tecla y prefieren el e-mail a otros medios, ya sea la comunicaci¨®n personal o el tel¨¦fono. Ibiricu afirma que el correo electr¨®nico es m¨¢s eficaz: "A veces el tel¨¦fono puede parecer m¨¢s r¨¢pido, pero para m¨ª no, porque entre que si te tienen que pasar con la persona en cuesti¨®n, te presentas, si lo conoces te pregunta por tu vida... es mejor el correo, adem¨¢s as¨ª se pueden hacer varias cosas a la vez". Alicia tambi¨¦n prefiere que las comunicaciones con sus compa?eros se hagan por correo electr¨®nico: "A veces hablamos, pero el e-mail es mejor porque no molestas a la gente, simplemente se lo env¨ªas y cuando est¨¢ libre te responde, as¨ª el trabajo es m¨¢s fluido".
?Puede mermar el e-mail las relaciones entre compa?eros de trabajo? Fouce cree que "es demasiado arriesgado decir que tiene un efecto negativo, pero lo que s¨ª es cierto es que las relaciones han dado un giro de 180 grados". Para el psic¨®logo, profesor de la Universidad Carlos III, esta pauta se repite tambi¨¦n en clase: "Hay alumnos que no se hablan en clase pero s¨ª lo hacen por e-mail". Por otro lado, la tendencia a pensar que las comunicaciones por correo electr¨®nico ofrecen m¨¢s seguridad tambi¨¦n es discutible, seg¨²n Fouce. "La seguridad en la Red depende de con qui¨¦n est¨¦s conectado, es m¨¢s posible que te puedan espiar las conversaciones por Internet que por tel¨¦fono o en persona".
Fouce es de los que apuntan al reflejo de la personalidad en las nuevas tecnolog¨ªas, "como no podr¨ªa ser de otra manera, ambos aspectos interact¨²an. Si en su vida alguien es obsesivo, lo plasmar¨¢ ordenando los mensajes y tratando de tenerlo todo bajo control; o si se tiene tendencia paranoide, pensar¨¢ que los mensajes tienen contenidos ocultos". La inquietud por no poder responder r¨¢pido los e-mails o la incapacidad para borrar por no saber separar lo ¨²til de lo in¨²til tambi¨¦n tiene su origen, seg¨²n el psic¨®logo, en la personalidad del cibernauta.
"El spam es una pesadilla, porque a pesar del filtro todos los d¨ªas me llegan correos, que si irse de vacaciones, dar clase o alargarse el pene, es horrible", dice Ibiricu. Tom¨¢s Albadalejo, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y miembro de un grupo de trabajo que estudia temas relacionados con el correo electr¨®nico, afirma que "la proliferaci¨®n de spam
[casi el 10% de los encuestados por la AIMC dice recibir m¨¢s de 100 a la semana] est¨¢ haciendo que mucha gente abandone su correo institucional y los reciba todos en una cuenta personal m¨¢s libre del acoso de los virus".
El correo ha de ser una herramienta ¨²til, pero no un estorbo. Parece necesario, visto lo visto, hacer algunos ajustes para evitar que se nos contagie el s¨ªndrome de Di¨®genes.
Reglas para mejorar el uso del 'e-mail'
1. Mire todos los mensajes de una sola vez: si va escudri?ando los de su jefe, los privados, los m¨¢s urgentes, los que puede borrar, etc¨¦tera, acabar¨¢ repasando la lista de correos de entrada varias veces, con la consiguiente p¨¦rdida de tiempo.
2. Agr¨²pelos en cuatro carpetas. Por ejemplo, ll¨¢melas as¨ª:
- Por hacer
- Debo
- Me deben
- Leer
3. Juegue al primer toque: los e-mails hay que abrirlos el menor n¨²mero de veces posible. Cuando abra uno:
- Si es in¨²til, b¨®rrelo sin m¨¢s
- Si tiene informaci¨®n que pueda serle ¨²til en alg¨²n momento, p¨®ngalo en la carpeta Leer.
- Si puede contestarlos en menos de dos minutos, no lo retrase ni lo deje para m¨¢s tarde. H¨¢galo ya o le har¨¢ perder el tiempo en otro momento. Si le llevara m¨¢s tiempo, gu¨¢rdelo en Debo
- Si necesita que le confirmen o aprueben algo, p¨®ngalo en el Me deben.
4. Procese las carpetas Por hacer y Debo lo antes posible. No deje que engorden. Y utilice sus ratos libres para gestionar
Leer (y borrar todo lo que pueda una vez haya recogido la informaci¨®n pertinente).
5. Minimice el n¨²mero de e-mails que env¨ªa y recibe. Regla de oro: cuantos menos mande, menos le llegar¨¢n.
6. Haga que su cuenta de correo trabaje por usted. No se autoenga?e pensando que no tiene tiempo para aprender unas cuantas reglas. En media hora puede aprender un par de cosas que le ahorrar¨¢n mucho trabajo.
7. No viva pendiente del correo. M¨ªrelo dos o tres veces al d¨ªa como m¨¢ximo.
Estas reglas han sido elaboradas por Jos¨¦ Miguel Bol¨ªvar, inspiradas en la filosof¨ªa GTD (Getting Things Done), que trata de mejorar la productividad en todos los ¨¢mbitos de la vida mediante un m¨¦todo sencillo y flexible.
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