"Si Ian Curtis levantara la cabeza..."
La Habitaci¨®n Roja interpreta las tormentosas canciones del l¨ªder de Joy Division
El mismo d¨ªa que una cuerda de tender la ropa parti¨® la traquea de Ian Curtis para acabar con su vida en Macclesfield (Inglaterra), a miles de kil¨®metros de all¨ª, en L'Eliana (Valencia), Jorge Mart¨ª, cantante de La Habitaci¨®n Roja, descubr¨ªa el pop gracias a una actuaci¨®n de Santiago Auser¨®n en el revolucionario programa infantil La bola de cristal. Era 1980. Jorge contaba ocho a?os. Ian Curtis se ahorc¨® a los 23, en la cocina de su casa, justo cuando su grupo, Joy Division, despegaba, y sin ser consciente de que se convertir¨ªa en el mito rom¨¢ntico del pop m¨¢s influyente. La ¨²ltima noche de su vida, Curtis se puso su pel¨ªcula favorita (la atosigante Stroszet, de Werner Herzog), eligi¨® como banda sonora un disco de Iggy Pop (de t¨ªtulo nada casual, The Idiot) y se colg¨®.
Tras su muerte, el cantante brit¨¢nico se convirti¨® en un mito del pop
Anoche, en la sala Moby Dick, los dos, Jorge e Ian, se conectaron por la mejor v¨ªa posible, la de las canciones: La Habitaci¨®n Roja interpret¨® enterito (10 canciones) y por orden, el primer disco de Joy Division, Unknown pleasures, una fiesta que sirvi¨® para anunciar que el pr¨®ximo 7 de abril se estrena en los cines Control, la estupenda pel¨ªcula que sobre la agitada vida de Ian Curtis ha dirigido Anton Corbijn.
El p¨²blico, que llen¨® la sala (unas 200 personas a nueve euros) se declaraba con el coraz¨®n partido: a partes iguales entre La Habitaci¨®n Roja y Joy Division. Treinta?eros compart¨ªan sudores con j¨®venes seguidores de Joy Division con la lecci¨®n bien aprendida. Como Pablo Mart¨ªnez, de 19 a?os, y Pablo Chocr¨®n, de 18. A los dos les faltaban unos a?os para nacer cuando su ¨ªdolo se suicid¨®. Visten con gabardinas sobre una percha escuchimizada y lucen flequillo. Clones de Ian. "Fue el gran rom¨¢ntico del pop, el m¨¢s influyente. Sus letras son una revelaci¨®n, un choque", dicen. Desde cl¨¢sicos como The Cure o U2 a grupos actuales como Interpol o The Killers, todos reconocen que la m¨²sica de los de Manchester les inspira. Epil¨¦ptico, esquizofr¨¦nico, bipolar y genial, Curtis pag¨® su precocidad en todo. En lo musical fue un incomprendido que se adelant¨® al alter-punk y al gotismo; en lo personal se cas¨® muy joven y fue padre con s¨®lo 22 a?os. Cuando falleci¨® apenas pod¨ªa vivir de la m¨²sica: trabajaba en una oficina de empleo. Despu¨¦s de su fallecimiento, sus discos comenzaron a venderse a sacos y su leyenda se agigant¨®.
All¨ª arriba, los chicos de La Habitaci¨®n Roja se mostraron escrupulosos con el homenajeado. Nada de iniciativas arriesgadas: las canciones tal y como las concibi¨® Curtis. Lo m¨¢s dif¨ªcil fue adaptarse al particular tono vocal del m¨¢rtir. "He tenido", relata Jorge despu¨¦s de la experiencia "que cantar mucho m¨¢s grave. Pero creo que ha salido bien". La relaci¨®n de La Habitaci¨®n Roja con Joy Division es por contagio. El grupo reconoce que no fue muy fan de los de Manchester hasta hace unos a?os.
El concierto tuvo su nota de humor negro. Cuando el grupo termin¨® el ¨²ltimo acorde del disco y enfil¨® el camerino, un grupo de espectadores core¨®: "?Que se ahorquen, que se ahorquen!". A alg¨²n curtismaniaco no le pareci¨® bueno el chiste. La fiesta se cerr¨® con una propina que no se incluye en el Unknown pleasures y que sin duda es su canci¨®n m¨¢s famosa, Love will tear us apart. Fue emocionante ver a la sala entera bailar y corear la canci¨®n de principio a fin. Alguien dijo: "Si Ian Curtis levantara la cabeza y viniera a un local de Madrid, un martes y en 2009, lleno y coreando sus canciones... flipar¨ªa".
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