La paralizaci¨®n del proyecto revela la escasa influencia de Fabra en el Consell

El presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, Carlos Fabra, despliega su poder entre Almenara y Vinar¨°s. Pero m¨¢s all¨¢, su influencia es m¨ªnima, al margen de la capacidad de maniobra que el PP valenciano le deja para hacer y deshacer, dada la necesidad de los votos castelloneses, que fueron los que permitieron y permiten que Francisco Camps siga al frente de la Generalitat y del PP auton¨®mico. Fabra propone, parece que dispone, vocifera y luego, siempre desde una actitud pol¨ªticamente correcta ante el "amigo Carlos", el Consell decide sobre proyectos e ideas en los que el l¨ªder provincial trata de embarcar a la Administraci¨®n auton¨®mica.

El anuncio de la paralizaci¨®n del parque tem¨¢tico Mundo Ilusi¨®n es buena muestra de ello. Carlos Fabra enarbolaba, desde 1999, el proyecto de construcci¨®n en Castell¨®n del parque de la magia y el circo que se iba a convertir en "la guinda de la atractiva oferta tur¨ªstica de la Comunidad Valenciana". Pretendi¨® que la Generalitat se volcara en su idea despu¨¦s de que, un a?o antes, la misma Administraci¨®n hiciera o¨ªdos sordos al proyecto del aeropuerto, para el que tampoco obtuvo el respaldo financiero de ning¨²n Gobierno. "Completar¨¢, junto con Terra M¨ªtica, en la provincia de Alicante, y la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en la provincia de Valencia, la oferta tur¨ªstico-tem¨¢tica de la Comunidad Valenciana", dijo el Consell en 2003. Pero nunca hubo ni la celeridad que Fabra ha reclamado para las autorizaciones ni la inversi¨®n que, d¨ªa tras d¨ªas, anunciaba procedente de la Generalitat.

Fabra quiso, el martes, adelantar la noticia de la paralizaci¨®n del parque para que, al menos, pareciera que hab¨ªa sido una decisi¨®n consensuada. Mundo Ilusi¨®n era, adem¨¢s, uno de los puntos de atracci¨®n para el buen funcionamiento de otra de las ideas de Fabra, el futuro aeropuerto, que se ejecuta con inversi¨®n privada ya que ninguna Administraci¨®n quiso financiarlo. El aeropuerto se inaugurar¨¢, pero su funcionalidad ya se ha limitado a ser solo punto de origen para enlazar con aeropuertos internacionales. Su puesta en marcha tambi¨¦n dejar¨¢ herencia porque la Generalitat se comprometi¨® a pagar 6 euros por cada uno de los viajeros que no completen las previsiones de uso iniciales, que sit¨²an el n¨²mero de usuarios en unos 600.000, unas previsiones que, ahora, se ven poco factibles.