Detenido un cabecilla del 'cartel de Ju¨¢rez', hijo de El Se?or de los Cielos
Vicente Carrillo Leyva era uno de los 24 criminales m¨¢s buscados de M¨¦xico
Dicen que antes de irse al otro mundo, lo que sucedi¨® en 1997 mientras un cirujano trataba de cambiarle el rostro por el de una persona decente, Amado Carrillo Fuentes le pidi¨® a su hijo Vicente, su primog¨¦nito, que no se dedicara al negocio del narcotr¨¢fico. Amado Carrillo ten¨ªa por entonces 41 a?os y era considerado el narcotraficante m¨¢s poderoso de M¨¦xico, jefe supremo del temible cartel de Ju¨¢rez. Dispon¨ªa de una flotilla de Boeing 727 para transportar coca¨ªna a EE UU, lo que, adem¨¢s de una inmensa fortuna, le proporcion¨® un apodo majestuoso, El Se?or de los Cielos, nada que ver con los que arrastraban algunos de sus colegas de la ¨¦poca: El Pinocho, El Colocho, El Mosca o El Chapo...
Su hijo Vicente no le hizo caso.
Vicente Carrillo Leyva -que cuando muri¨® su padre ten¨ªa 21 a?os y ahora ya anda por los 32- fue detenido por la polic¨ªa mientras hac¨ªa deporte muy cerca de su casa, en el Bosque de las Lomas de la ciudad de M¨¦xico. Iba vestido con un ch¨¢ndal blanco y llevaba puestas unas gruesas gafas de pasta negra. Viv¨ªa bajo un nombre tan falso como su aparente fachada de probo empresario, pero hab¨ªa descuidado un detalle que a su padre -tan obsesionado con su seguridad que le cost¨® la vida- no se le hubiera pasado por alto. Su esposa, Karina Quevedo, segu¨ªa llam¨¢ndose Karina Quevedo... Y eso, seg¨²n la versi¨®n oficial, fue lo que llev¨® a los guardias hasta su paradero.
Ayer, muy de ma?ana, dos polic¨ªas federales encapuchados y portando rifles presentaron a Vicente Carrillo ante la prensa. La imagen recordaba a otra muy reciente. La presentaci¨®n hace dos semanas de Vicente Zambada, hijo de El Mayo Zambada, uno de los jefes del cartel de Sinaloa. Hay varias lecturas de esas dos detenciones. Por un lado, tanto Vicente Carrillo como Vicente Zambada pertenecen a las nuevas generaciones de narcos. Con el dinero sucio de sus padres ellos viajaron por el mundo y se graduaron en las mejores universidades. Al regresar a M¨¦xico, utilizaron su formaci¨®n para modernizar el negocio, blanquear los grandes r¨ªos de dinero negro. De ah¨ª que sus rostros figuraran en los carteles que la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR) distribuye con el nombre y la recompensa de los 24 criminales m¨¢s buscados.
Hay otra lectura. Da la impresi¨®n de que la Polic¨ªa Federal y el Ej¨¦rcito mexicano siguen subiendo, aunque trabajosamente, por la escalera del crimen organizado. Hace unos meses, las presentaciones que hac¨ªa la PGR de sus detenidos ten¨ªan como estrellas invitadas a sicarios mal encarados acusados de cortar la cabeza de dos docenas de alba?iles que hab¨ªan construido un narcot¨²nel en la frontera o a verdaderos monstruos capaces de cocinar a 300 de sus v¨ªctimas en sosa c¨¢ustica... Esas detenciones se siguen produciendo -como siguen produci¨¦ndose los asesinatos entre bandas rivales-, pero a ellas se han unido las de los lugartenientes de los grandes capos.
Si se tiene en cuenta que el presidente Felipe Calder¨®n ya no est¨¢ solo en esta guerra -precisamente ayer iniciaba su visita a M¨¦xico la secretaria de Seguridad Nacional de EE UU, Janet Napolitano-, cabe suponer que ahora se est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de llegar a la c¨²pula de las organizaciones criminales, all¨ª donde todav¨ªa habitan los nombres m¨ªticos del narcotr¨¢fico. En la cabeza de todos sigue un nombre, el del enemigo p¨²blico n¨²mero uno. Lo reconoci¨® ayer Ariel Moutsasos, un asesor de la PGR: "El Chapo Guzm¨¢n, jefe del cartel de Sinaloa, se ha convertido en un s¨ªmbolo, en una suerte de Bin Laden para los cuerpos de inteligencia y de seguridad. Posiblemente, se encuentre en una zona monta?osa del golfo de M¨¦xico...". Posiblemente. El Chapo, al final de la escalera.
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