Bajar los humos

Masacre. Es la palabra que han utilizado algunos peri¨®dicos para definir lo que ocurri¨® la noche del mi¨¦rcoles en el estadio Hern¨¢n Siles Suazo de La Paz, donde la selecci¨®n de Bolivia venci¨® a la de Argentina por 6 a 1. Y seguramente tienen raz¨®n: es en t¨¦rminos futbol¨ªsticos una masacre, y la prensa deportiva, tan dispuesta a lo rotundo y superlativo, se limita a reflejarlo. Diego Maradona, el entrenador de la albiceleste, tambi¨¦n tir¨® de lirismo y dijo: "Cada gol, un pu?al en el coraz¨®n". Si sus palabras tuvieran algo que ver con la realidad, no estar¨ªa ya para contarlo. Por duro que se tenga el coraz¨®n, seis pu?aladas son muchas pu?aladas.

Hubo pol¨¦mica cuando nombraron a Maradona, El Pelusa, para que se hiciera cargo de la selecci¨®n. A quienes criticaron que se pusiera al frente del equipo a alguien con tan poca experiencia como entrenador, Maradona les respondi¨® con otro ataque de lirismo, de lirismo herm¨¦tico: "Hablan de experiencia y el agua caliente ya est¨¢ inventada".

El agua caliente ya est¨¢ inventada: eso debe significar que la selecci¨®n de Messi, Ag¨¹ero, T¨¦vez, Gago, Heinze, Maxi y todas esas grandes figuras tienen por fuerza que masacrar a la selecci¨®n colocada en el pen¨²ltimo lugar de la tabla de clasificaci¨®n suramericana para el Mundial 2010. Ocurri¨® al rev¨¦s. Con picard¨ªa se puede ganar un partido definitivo (El Pelusa utiliz¨® la mano para marcarle un gol a Inglaterra en M¨¦xico en 1986, y lo atribuy¨® a la voluntad divina), pero cuando se vive en la estratosfera lo que conviene es que a uno lo bajen de las nubes. Bolivia ha tenido que hacerle ese servicio al mundo entero.

Se tem¨ªa que los caprichos y la falta de disciplina de Maradona fastidiaran a la albiceleste. Pero empez¨® con prudencia, manteniendo al equipo t¨¦cnico y, despu¨¦s, ganando a Venezuela 4 a 0. El primer disgusto lo trajo Riquelme: dijo que no estar¨ªa en la selecci¨®n del Pelusa porque no compart¨ªa sus c¨®digos. Ahora ha llegado el segundo, con la peor derrota sufrida por Argentina en sus 107 a?os de historia (junto al desastre ante Checoslovaquia en el Mundial de Suecia). Messi le ha echado la culpa a la altura, pero por muy arriba que se juegue, seis pu?aladas siguen siendo muchas pu?aladas.