Medidos con lupa
Las empresas exigen cada vez mayor rendimiento a sus empleados
Bajo presi¨®n. As¨ª podr¨ªa definirse el ambiente laboral actual en muchas empresas espa?olas. Con la ca¨ªda de ingresos y la amenaza de despidos y expedientes de regulaci¨®n, los responsables de recursos humanos en algunos sectores comienzan a tomar medidas internas para salir del bache. La m¨¢s urgente, aumentar la productividad de sus plantillas, una de las grandes asignaturas pendientes del mercado laboral espa?ol. Desde aplicar estrategias de motivaci¨®n a utilizar sistemas de evaluaci¨®n m¨¢s precisos y frecuentes. Ya no se puede escurrir el bulto. Toca trabajar m¨¢s pero, sobre todo, mejor.
"Hemos dado un toque de atenci¨®n a todos los mandos intermedios y administrativos. Las reuniones deben ser m¨¢s cortas, involucrar a menos personas y la gente debe ser m¨¢s puntual", explica Jos¨¦ Ram¨®n Vivar, director de recursos humanos del grupo hospitalario privado Xanit, con 600 empleados. Cada vez m¨¢s directivos de personal se enfrentan al mismo tipo de decisiones: redefinir procesos de trabajo y proveer formaci¨®n en aspectos como gesti¨®n del tiempo o trabajo en equipo para lograr plantillas m¨¢s eficientes. "Al menos hemos conseguido reducir las actas de reuniones de nueve folios a uno", agrega.
Las reuniones se acortan y mejora la gesti¨®n del 'e-mail' y de la agenda
Mejorar la productividad implica primero medirla. Seg¨²n datos de IE Business School, el 83% de las compa?¨ªas espa?olas dispone de un sistema de revisi¨®n del rendimiento, aunque s¨®lo el 51% de los empleados es medido por objetivos concretos. En opini¨®n de Cristina Sim¨®n, profesora de la escuela, ¨¦ste es precisamente el primer obst¨¢culo en cualquier organizaci¨®n. "Obtener datos asociados al capital humano es complejo. El ratio de EBITDA/plantilla media anual es lo m¨¢s adecuado, y aun as¨ª sigue siendo una m¨¦trica financiera. Por eso los sistemas de evaluaci¨®n son males necesarios, son inc¨®modos, pero trasladan la visi¨®n de la empresa al d¨ªa a d¨ªa del trabajador".
Para muchos expertos, son la ¨²nica v¨ªa de medir el rendimiento, recompensar a los m¨¢s eficaces y reconducir a los que no lo son. Pero la crisis econ¨®mica est¨¢ alterando las prioridades. "Aumenta la presi¨®n por demostrar resultados muy r¨¢pido, las empresas se vuelven cortoplacistas y no modifican los criterios de valoraci¨®n. ?stos deben cambiar acorde a la estrategia de la compa?¨ªa", explica Francisco Loscos, profesor de ESADE.
En Microsoft Ib¨¦rica, una de las empresas con mejor reputaci¨®n en gesti¨®n de personal, reconocen no haber alterado su sistema. "Tal vez tengamos que ser m¨¢s rigurosos, estableciendo cuotas y objetivos m¨¢s duros, pero hasta ahora seguimos en la misma l¨ªnea", dice Esther P¨¦rez Bravo, responsable de gesti¨®n de diversidad de la compa?¨ªa. Su f¨®rmula es una combinaci¨®n de comunicaci¨®n y formaci¨®n. "Adem¨¢s de los planes de desarrollo y evaluaci¨®n profesional, explicamos a los trabajadores c¨®mo deben afrontar el d¨ªa a d¨ªa, c¨®mo gestionar bien el correo electr¨®nico para no perder tiempo, eliminar viajes si no son necesarios, organizar las agendas o preparar bien las reuniones con antelaci¨®n. Todo esto ha generado mucha satisfacci¨®n".
La relaci¨®n entre motivaci¨®n y productividad es directa. Para contentar a los empleados, algunos directivos abogan por establecer flexibilidad de horarios. "Les permitimos empezar y terminar la jornada cuando quieran", explica Jos¨¦ Miguel Bol¨ªvar, director de personal de
LifeTech, una empresa de biotecnolog¨ªa con 6.000 empleados entre Europa y EE UU, 100 de ellos en Espa?a. "As¨ª hemos conseguido reducir el absentismo a cotas baj¨ªsimas, por debajo del 1%. Eso s¨ª, cuando das libertad, la gesti¨®n del mal desempe?o es crucial. Al primer incumplimiento de objetivos, tienen un aviso. Si ocurre una segunda vez, algo va mal".
Pese a las buenas pr¨¢cticas, las medidas de impulso a la productividad siguen sin reflejarse en los datos. Espa?a sigue a la cola de Europa, seg¨²n Eurostat. Entre 2001 y 2007, la producci¨®n por hora trabajada aument¨® el 8% en la UE de los 15. En nuestro pa¨ªs, el 5,8%, s¨®lo por delante de Italia. "Influyen los aspectos culturales. En Europa y EE UU suelen empezar la jornada a las ocho y dedican media hora a comer. En Espa?a hasta pasadas las nueve no arrancamos, hacemos descansos para el caf¨¦, y comidas de hora y media. Perdemos tiempo y la carga de trabajo entre la ma?ana y la tarde est¨¢ descompensada", dice Bol¨ªvar. Loscos coincide: "Siempre hemos sido un pa¨ªs de p¨¦rdida de horas y costes laborales altos, es decir, productividad cara".
Ante el mayor escrutinio del rendimiento, los expertos aconsejan ser pr¨¢cticos y pedir orientaci¨®n a sus responsables directos. La comunicaci¨®n entre empresa y plantilla suele reducirse en ¨¦pocas de crisis. "Si esto ocurre, hay que presionar al jefe para que proporcione directrices, saber qu¨¦ espera de uno y qu¨¦ condiciones del negocio han cambiado para adaptarse. De lo contrario trabajaremos a ciegas", explica Cristina Sim¨®n.
La iniciativa propia es tambi¨¦n recomendable. Evitar h¨¢bitos laborales nocivos, como dejarse llevar por la inmediatez y la urgencia, es un comienzo. "Hay que defenderse del email y del m¨®vil", a?ade. "Es importante planificar espacios en los que cierras el correo y haces el trabajo concentrado y sereno. Se debe organizar bien el tiempo, crear listas de tareas, abordarlas de principio a fin y tacharlas. Intentar hacer todo a la vez no funciona".
Trabaje mejor
Liberar la mente para trabajar mejor. Es el mantra de David Allen, un reconocido experto mundial en productividad, autor del best seller Getting things done (GTD) (Trabajar con eficacia), publicado en el 2001. En los ¨²ltimos a?os se ha convertido en una aut¨¦ntica Biblia para la gesti¨®n eficaz del tiempo
en compa?¨ªas americanas,
y ahora comienza a aterrizar t¨ªmidamente en las empresas espa?olas.
Recomienda apuntar todas las tareas para vaciar la mente de estr¨¦s y concentrarnos en ellas una por una. De esta forma ganaremos perspectiva y control sobre nuestro d¨ªa a d¨ªa y podremos ser m¨¢s eficientes. Para conseguirlo, Allen estipula un proceso de trabajo en cinco fases: anotar las tareas, establecer sus requerimientos, organizarlas por prioridades, revisar los posibles cambios y ejecutarlas.
Jos¨¦ Miguel Bol¨ªvar, director de personal de Life- Tech, reconoce ser un fiel seguidor de las t¨¦cnicas de GTD: "Te ayudan a organizarte, el cerebro es bueno para pensar, pero muy malo como agenda". En Microsoft ya las incorporan dentro de sus pol¨ªticas de gesti¨®n. Seg¨²n su representante, Esther P¨¦rez, "a¨²n no se conocen bien en Espa?a, pero progresivamente se van extendiendo a m¨¢s ¨¢mbitos". -
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