La OTAN a los 60

La Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte cumpli¨® 60 a?os ayer en Estrasburgo y Kehl -Alemania-, festejada por los l¨ªderes de sus pa¨ªses miembros, entre los que se estrenaba en Europa, tras asistir a la cumbre del G-20, el presidente estadounidense Barack Obama. Pero la Alianza, pese a su optimismo, tiene que responder a graves interrogantes sobre su futuro.

Entre su creaci¨®n en 1949 y la extinci¨®n del comunismo sovi¨¦tico, a finales de los a?os ochenta, cab¨ªa alabar o criticar a la Alianza, pero no llamarse a enga?o. Hab¨ªa nacido para proteger a Europa occidental de la URSS, y aun cuando alguno pensara que su mera existencia amenazaba m¨¢s la paz que la consolidaba, nadie en su sano juicio habr¨ªa negado que sin Mosc¨² no habr¨ªa hecho ninguna falta la OTAN. Y cumpli¨® su misi¨®n sin disparar un tiro. La paradoja es que, desaparecido el enemigo, es ahora cuando la organizaci¨®n, a cuyo n¨²cleo duro ha vuelto Francia y a la que se han incorporado Albania y Croacia, ha de librar combates incluso lejos del Viejo Continente, en defensa de unos intereses que son estadounidenses, pero tambi¨¦n occidentales.

?se es el caso de la abrupta guerra de Afganist¨¢n contra los talibanes que proteg¨ªan a los terroristas de Al Qaeda, hoy refugiados en el territorio fronterizo con el tambaleante Pakist¨¢n. Y a eso ha ido tambi¨¦n Obama: a allegar m¨¢s tropas para redoblar la ofensiva, a lo que Espa?a, Francia, Alemania y Reino Unido ya han accedido con el pr¨®ximo env¨ªo de 5.000 soldados, pero no sin cautelas, porque de ellos 3.000 -450 espa?oles, a sumar a los casi 800 que ya hay en el pa¨ªs centro-asi¨¢tico- s¨®lo permanecer¨¢n hasta agosto, para facilitar la celebraci¨®n de elecciones presidenciales. Rodr¨ªguez Zapatero, si bien ha saludado la nueva visi¨®n de Washington, que mira de aunar negociaci¨®n pol¨ªtica y presi¨®n sobre el terreno, ha dejado claro que no aumentar¨¢ la presencia militar espa?ola permanente en Afganist¨¢n. Obama, por su parte, ha logrado disipar, mediante promesas sobre la presencia de sus generales en puestos de relieve, el escollo de la oposici¨®n turca al nombramiento del primer ministro dan¨¦s, Anders Fogh Rasmussen, como nuevo secretario de la organizaci¨®n. Ankara se negaba porque el escandinavo defendi¨® en aras de la libertad la publicaci¨®n de unas vi?etas juzgadas por algunos musulmanes ofensivas contra Mahoma.

Hay una tentaci¨®n comprensible, pero extremadamente peligrosa para el porvenir de la OTAN. ?Estados Unidos, Canad¨¢ y Europa, polic¨ªa del planeta? Eso ser¨ªa la ant¨ªtesis de lo que la propia Alianza predica. ?India, Jap¨®n y China, s¨®lo de mirones? La OTAN no podr¨¢ actuar sola si no quiere que la acusen de ser el brazo armado del mundo desarrollado. Y est¨¢ Rusia, con renovadas aspiraciones hegem¨®nicas regionales y con la que se quiere revitalizar relaciones. A esos interrogantes habr¨¢ de responder, si pretende un futuro activo y respetable, esa dama que a los 60 parece querer disfrutar de una segunda juventud.