La expulsi¨®n de los moriscos en 1609 fue una cuesti¨®n de identidad pol¨ªtica
Los historiadores revisan las causas del mayor ¨¦xodo que ha sufrido Espa?a
El 9 de abril de 1609 Felipe III firm¨® el decreto de expulsi¨®n de los moriscos, el mayor ¨¦xodo que ha sufrido Espa?a. Alrededor de 300.000 espa?oles se vieron obligados a abandonarlo todo por el mero hecho de ser cristianos nuevos. Ayer se cumplieron 400 a?os de esta expulsi¨®n y la efem¨¦rides ha servido a los historiadores para ahondar en las causas que llevaron al rey a tomar tan dr¨¢stica decisi¨®n. Algo que tan s¨®lo un siglo m¨¢s tarde, en el XVIII, los historiadores calificaron como "la ruina de Espa?a".
"Fue una decisi¨®n pol¨ªtica identitaria de representaci¨®n del poder. No es una casualidad que ese mismo d¨ªa, el 9 de abril de 1609, se firmara la tregua con los protestantes holandeses tras la Guerra de los Doce A?os. Con este gesto Felipe III le estaba diciendo al mundo: Hemos pactado con los herejes protestantes, pero somos tan cat¨®licos que somos capaces de expulsar al 4,30% de nuestra poblaci¨®n -Espa?a a principios del siglo XVII ten¨ªa siete millones de habitantes- por ser moriscos", explica Manuel Pe?a D¨ªaz, profesor de Historia Moderna de la Universidad de C¨®rdoba y director de la revista Andaluc¨ªa en la Historia que edita el Centro de Estudios Andaluces. Esta publicaci¨®n ha recogido en su n¨²mero de este mes un art¨ªculo del mismo Pe?a D¨ªaz y una entrevista con el hispanista franc¨¦s Bernard Vincent, uno de los grandes especialistas en el tema y autor de varios libros sobre este ¨¦xodo.
Salieron 300.000 personas que supon¨ªan el 4,30% de la poblaci¨®n
"La expulsi¨®n de los moriscos fue una manera de mostrar que la monarqu¨ªa espa?ola era la campeona del mundo cristiano", dice tambi¨¦n Vincent en la entrevista.
La expulsi¨®n de estos antiguos musulmanes, oficialmente convertidos al catolicismo pero que en su mayor¨ªa segu¨ªan conservando sus costumbres, afect¨® especialmente a Sevilla que, con 7.000 moriscos, era la poblaci¨®n espa?ola con mayor n¨²mero de estos cristianos nuevos. De Andaluc¨ªa se vieron obligados a salir unos 32.000. La salida de 300.000 personas es como si actualmente, con poco m¨¢s de 46 millones de habitantes en Espa?a, se expulsara a casi dos millones.
"Para justificar el decreto, la monarqu¨ªa los acus¨® de herejes y aleg¨® que los moriscos supon¨ªan un peligro para el pa¨ªs por la posibilidad de que se aliasen con los otomanos de Estambul o con los berberiscos del Norte de ?frica; pero la realidad es que su salida es la consecuencia de un fracaso pastoral. La Iglesia no fue capaz de convertirlos totalmente y por eso apoyo la decisi¨®n del monarca", comenta Pe?a D¨ªaz.
Seg¨²n el historiador la maurofilia estaba muy extendida en el pa¨ªs y exist¨ªa una corriente de los moriscos que buscaba una s¨ªntesis con la espiritualidad cristiana. Prueba de ello son los libros pl¨²mbeos que aparecieron en el Sacromonte de Granada en el siglo XVI y que conten¨ªan textos cristianos tanto en ¨¢rabe como en lat¨ªn, aunque al final resultaron ser falsificaciones para apoyar esta necesidad de acercamiento.
"Una de las formas que los cristianos ten¨ªan de detectar a los moriscos era por la higiene. Los acusaban de que se lavaban una vez a la semana, los viernes, y que incluso lo hac¨ªan en diciembre; frente a los cristianos que hu¨ªan el ba?o. Parece ser que el tiempo le ha dado la raz¨®n a los moriscos y que sus costumbres son ahora las nuestras. Ellos cocinaban con aceite de oliva, mientras que los cristianos lo hac¨ªan con tocino; com¨ªan muchas frutas y verduras, usaban perfumes y vest¨ªan ropas de colores vivos", dice el historiador.
El origen del flamenco y de los verdiales malague?os puede estar, seg¨²n el historiador, en los moriscos que para evitar el ¨¦xodo se unieron a los gitanos n¨®madas llevando consigo sus cantes y bailes.
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