"Si me dejan fluir, seguir¨¦ siendo revolucionario"
"Seguro que soy el ¨²nico cantautor que esta noche no se va a meter con el Partido Popular". Fueron las palabras que Nacho Uriarte pronunci¨® desde el escenario de un garito madrile?o en aquel c¨¦lebre 15 de febrero de 2003, el d¨ªa de la gran manifestaci¨®n en Madrid contra la guerra de Irak. Uriarte, que en aquel entonces compatibilizaba su vocaci¨®n pol¨ªtica con un proyecto como cantautor, tuvo que cruzar entre los manifestantes aquella tarde para llegar hasta el B¨²ho Real, la sala donde por la noche actuaba junto a otros dos grupos.
Tres a?os m¨¢s tarde se presentaba a presidente de Nuevas Generaciones del PP y m¨¢s de uno se agarr¨® los machos pensando qu¨¦ iba a hacer aquel tipo que hab¨ªa dejado Empresariales para hacer Trabajo Social, que hab¨ªa colaborado con ONG, que idolatraba a los cantautores, con esa barba y ese pelo, y esas camisetas.... En fin, que para muchos no respond¨ªa a ninguno de los estereotipos. Algo que tal vez sea una de las claves de su ¨¦xito.
"Ni Acebes me parece m¨¢s duro que Rajoy, ni Rajoy m¨¢s blando que Acebes", dice el joven dirigente popular
En un bar cercano a la calle de G¨¦nova, el l¨ªder de los j¨®venes populares, madrile?o de 29 a?os, apura un trago de cerveza y se pronuncia: "Es revolucionario no responder a los estereotipos. Si me dejan fluir en la estrategia del partido, seguir¨¦ siendo revolucionario; un buen pol¨ªtico siempre tiene que tener un grado de revolucionario; si no, nunca cambiar¨¢ las cosas".
Uriarte sol¨ªa ir desali?ado, pero ya no tanto. Las camisetas han dado paso a camisas rosa de Ralph Lauren. Eso s¨ª, lleva una pulserita electoral de Rajoy que est¨¢ a punto de desintegrarse. Repantingado en la silla, con seguridad y cierta pachorra, se define como un hombre de centro reformista. Pero evita alinearse en alguno de los bandos que conviven en su partido. "Espero que seamos la ¨²ltima generaci¨®n de j¨®venes del Partido Popular a los que la presi¨®n ambiental les obligue a posicionarse con unos o con otros", dice. "Uno puede entenderse bien con Acebes y San Gil, o con Gallard¨®n y Rajoy, y que las diferencias sean m¨¢s personales que ideol¨®gicas. ?ngel Acebes siempre me ha parecido una persona de centro. Ni Acebes me parece m¨¢s duro que Rajoy, ni Rajoy m¨¢s blando que Acebes".
Su amigo Gonzalo Barriga dice que Uriarte siempre tuvo una vocaci¨®n social. En la cafeter¨ªa de la Universidad Cat¨®lica Francisco de Vitoria, Barriga recuerda aquel verano en que coincidieron en las Hurdes, en 1999. Ambos acudieron como voluntarios a ese rinc¨®n de Extremadura y daban clases de apoyo escolar por los pueblos. Era el tiempo de las dudas de Uriarte, que cursaba estudios de Ciencias Empresariales en el Icade. No era lo suyo. Cuando en el a?o 2000, a los 20 a?os, decidi¨® dar un volantazo, dejar la carrera y empezar los estudios de Trabajo Social, algunos de los que le rodeaban no lo entendieron. Pero ¨¦l lo ten¨ªa muy claro: "Cada uno tiene que pelear por aquello en lo que cree. Siempre he tenido un perfil reivindicativo y con inquietudes sociales".
Ten¨ªa Uriarte ocho a?os cuando su padre, ingeniero industrial que trabajaba en banca, falleci¨®. "La figura de su padre es un referente en su vida", cuenta Barriga. "Eso le hizo tener que asumir responsabilidades antes de tiempo. Mientras los dem¨¢s, con 18 a?os, hac¨ªamos el capullo despu¨¦s de haber tomado cinco copas, ¨¦l se re¨ªa, pero no hac¨ªa el capullo". Uriarte estudi¨® con los jesuitas, en El Recuerdo, y se declara deudor de todo lo que aprendi¨® en la Compa?¨ªa de Jes¨²s. A la mayor¨ªa de sus amigos los conoci¨® all¨ª. Hombre de misa de domingo, tiene un t¨ªo que fue misionero en Per¨², lugar del que le trajo una caja peruana, parecida a la caja flamenca, y con la que Uriarte hizo sus primeros pinitos musicales.
Se afili¨® al PP en el a?o 2000. "Se dio cuenta de que desde las ONG no pod¨ªa cambiar las cosas", explica Juan D¨ªaz Alonso, compa?ero de piso, de partido y de mus. Su r¨¢pido tr¨¢nsito le llev¨® a la Secretar¨ªa de Pol¨ªtica Social en 2004 y le aup¨® a la presidencia de la organizaci¨®n juvenil en 2006. Su acompa?ante en este viaje fue ?ngel Gonz¨¢lez, secretario general de Nuevas Generaciones, su mano derecha. "Es un hombre que necesita de sus momentos introspectivos, de estar solo en su despacho, d¨¢ndoles vueltas a las cosas", declara Gonz¨¢lez, sevillano de 29 a?os. "Cuando le vemos entrar ah¨ª, decimos: ya est¨¢ rumiando algo".
Gonz¨¢lez recuerda los nervios de aquel congreso de 2006 en Toledo, cuando ambos fueron elegidos. La confecci¨®n de la lista final de los que integrar¨ªan su equipo fue complicada; cada uno de los presidentes regionales suger¨ªa un nombre y, como siempre, el encaje de bolillos se prolong¨® hasta el ¨²ltimo instante. Fue Gonz¨¢lez quien se qued¨® pasando a limpio los nombres de los secretarios de ¨¢rea en una cartulina blanca. En su discurso frente a la platea, su primer gran momento pol¨ªtico, con Zaplana y Cospedal en las primeras filas, Uriarte empez¨® a leer los nombres de su equipo: "Como secretario de comunicaci¨®n: Sergio Ramos"... Al cabo de unos instantes, Ramos volv¨ªa a aparecer en la cartulina blanca, en otra secretar¨ªa, momento en que Uriarte mir¨® a Gonz¨¢lez de reojo, con cara de pocos amigos. Lleg¨® a un punto de la lista en que aparec¨ªa de nuevo un Sergio de apellido ilegible. "Pues ser¨¢ otra vez Ramos", proclam¨® con sorna ante el auditorio.
Acaba de ser t¨ªo. Y se ha independizado hace un a?o, comparte piso con D¨ªaz Alonso. "No era l¨®gico que vote alguna de las leyes m¨¢s importantes de este pa¨ªs y que no pueda decidir lo que hay en mi nevera", bromea. Desde marzo de 2008 es diputado por Valencia y portavoz adjunto de cooperaci¨®n en el Congreso.
Los conflictos internos de su partido no le preocupan demasiado. "Desde el 1 de marzo se han parado todas las peleas posibles. Son los cl¨¢sicos conflictos internos que se producen cuando los resultados no favorecen". En cuanto a los casos de presunta corrupci¨®n, es taxativo: "En la medida en que se demuestre que algunas personas de nuestro partido han cometido irregularidades en su gesti¨®n, de forma inmediata tenemos que presentarnos los dem¨¢s a la sociedad diciendo que este partido no tolera ese tipo de cosas".
Con vistas al futuro, lo que le tira es la gesti¨®n municipal: "Puestos a so?ar, me veo m¨¢s como alcalde de Madrid que como presidente del Gobierno", manifiesta. Esteban Gonz¨¢lez Pons, secretario de comunicaci¨®n del PP, le describe como un hombre entusiasta. "Representa el presente con m¨¢s rabia que nadie en el PP", dice Pons: "Es el presidente del Gobierno que yo querr¨ªa ver cuando sea un jubilado. Lleva la barba de Rajoy, pero sin canas".
Su mandato al frente de Nuevas Generaciones acaba en noviembre de este a?o. Para celebrar el fin de ciclo tiene claro lo que piensa hacer: celebrar un concierto en el B¨²ho Real.
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