?Sali¨® EE UU de la recesi¨®n en marzo?
La recesi¨®n de la econom¨ªa norteamericana comenz¨® en diciembre de 2007. Ya ha completado, pues, 16 meses de duraci¨®n, por lo que es momento de empezar a preguntarse cu¨¢nto tiempo m¨¢s tiene de vida.
?Por qu¨¦ a los 16 meses? Porque todo lo que supere esa cifra convertir¨¢ la contracci¨®n econ¨®mica actual en la m¨¢s larga de las experimentadas por la econom¨ªa de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, ya que las que siguieron a las dos fuertes subidas del precio del petr¨®leo, en 1973-1975 y en 1981-1982, tuvieron exactamente esa duraci¨®n de 16 meses.
La mayor¨ªa de las opiniones que se expresaban hasta hace poco descartaba por completo la posibilidad de que en esta ocasi¨®n la recesi¨®n se limitara a un periodo de menos de dos a?os. Sin embargo, el ambiente se ha tornado ligeramente m¨¢s optimista a lo largo del mes pasado y eso permite que las opiniones que aventuren una salida de la recesi¨®n no demasiado lejana empiecen a parecer menos descabelladas.
Tambi¨¦n ha crecido el n¨²mero de quienes creen que, sin que pueda descartarse por completo, una depresi¨®n econ¨®mica resulta extremadamente improbable.
Argumento de autoridad
A mediados del mes de marzo, el Presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, hizo una afirmaci¨®n p¨²blica muy importante: que la econom¨ªa de Estados Unidos hab¨ªa evitado una depresi¨®n econ¨®mica. Bernanke no es infalible, pero la suerte ha querido que estuviera situado al frente del banco central norteamericano una de las personas mejor situadas para gestionar el reciente caos. El principal argumento para suscribir el diagn¨®stico de Bernanke es que la oferta monetaria de Estados Unidos ha estado creciendo a un ritmo del 10% desde hace 12 meses y del 15% en los ¨²ltimos 6 (simplificando mucho, la oferta monetaria es la suma de las monedas y billetes en circulaci¨®n, las cuentas corrientes, las libretas de ahorro y las imposiciones a plazo que hay en los bancos y cajas de ahorro).
Si algo aprendieron en Estados Unidos durante la Gran Depresi¨®n es que una de sus m¨¢s llamativas caracter¨ªsticas fue la ca¨ªda de un 33% en la oferta monetaria. Algo que tambi¨¦n sucedi¨® en menor medida durante un episodio del siglo XIX mucho menos conocido y al que suele aludirse como "la otra Gran Depresi¨®n": entre 1875 y 1879 la oferta monetaria se redujo en un 9%.
Las autoridades monetarias norteamericanas, conscientes de lo peligroso de una disminuci¨®n de la oferta monetaria, han intentado evitarla por todos los medios a su alcance y, por ahora, lo han conseguido. Seguro que ten¨ªan presente la conclusi¨®n de Milton Friedman de que durante las contracciones econ¨®micas de mediana gravedad la oferta monetaria crece o como mucho se reduce durante uno o dos meses.
Una oferta monetaria que crece a tasas de entre el 10% y el 15% parece evitar por lo tanto uno de los peores s¨ªntomas asociados a las depresiones econ¨®micas. Lo que en los momentos de desorientaci¨®n actual no es poca cosa.
Duraci¨®n de las crisis
Con el paso de los a?os y la mejora de los instrumentos de gesti¨®n econ¨®mica, las crisis en Estados Unidos han ido reduciendo su duraci¨®n e intensidad. Hasta la Primera Guerra Mundial, la duraci¨®n media de las recesiones se situaba en 22 meses, y eso a pesar de que en el periodo de c¨®mputo, 1854-1919, se hab¨ªan producido dos tan prolongadas que llegaron a alcanzar tres a?os de duraci¨®n una y cinco la otra. Entre la primera y la segunda guerra mundial (y a pesar de que el golpe m¨¢s duro de la Gran Depresi¨®n dur¨® tres a?os y medio largos) la duraci¨®n media de las recesiones se situ¨® en 18 meses. Teniendo esto en cuenta, ?es demasiado optimista pensar en una duraci¨®n de 20 meses para la recesi¨®n actual? Si la utiliz¨¢ramos como hip¨®tesis de trabajo, eso situar¨ªa el final de la recesi¨®n norteamericana en alg¨²n momento del verano pr¨®ximo. Pero puede que ese final se produzca incluso antes: durante la primavera actual.
?Por qu¨¦ marzo?
Si en marzo ha mejorado algo el estado de ¨¢nimo general ha sido gracias a que muchos de los indicadores econ¨®micos que se han ido publicando se?alaban o bien una mejor¨ªa o bien una reducci¨®n del ritmo de deterioro. Entre los primeros est¨¢n, por citar algunos, las ventas de viviendas unifamiliares nuevas o la cartera de pedidos de bienes duraderos y, entre los segundos, las encuestas a los gerentes de compras o los diferentes ¨ªndices de confianza de los consumidores. En suma, parece como si, tanto en Estados Unidos como en gran parte de Europa, se estuviera estabilizando el consumo privado.
La recuperaci¨®n de las Bolsas en marzo ha sido una consecuencia y, a la vez, una causa de la mejora en el estado de ¨¢nimo. Es bien sabido que las Bolsas crean opini¨®n y que su evoluci¨®n condiciona en numerosas ocasiones el consumo. De entre todas ellas, con un 42%, la que m¨¢s ha subido es la Bolsa china, que fue curiosamente la que m¨¢s temprano anunci¨® la recesi¨®n con una fuerte ca¨ªda. No es extra?o que en esta ocasi¨®n vaya tambi¨¦n por delante de las dem¨¢s gracias a la mayor credibilidad de que en estos momentos goza el plan de est¨ªmulo econ¨®mico del gobierno chino.
Los mercados de cr¨¦dito siguen congelados
Es cierto que los mercados de cr¨¦dito siguen congelados y que eso es algo incompatible con la recuperaci¨®n econ¨®mica. Pero, ?cuidado!, aunque los mercados de cr¨¦dito siguen inactivos, las grandes empresas solventes se est¨¢n financiando en los mercados de renta fija, captando recursos como si no hubiera ma?ana y haciendo que los datos del primer trimestre hayan marcado un r¨¦cord por el volumen de dinero captado.
La clave para que se descongelen los mercados de cr¨¦dito es el llamado plan "p¨²blico-privado" del secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner, junto con las "pruebas de esfuerzo" a que se est¨¢ sometiendo a los principales bancos de EE UU y que deber¨ªan estar concluidas a finales de abril.
Si el plan Geithner funciona y las subastas de activos t¨®xicos son un ¨¦xito (aunque sea moderado) se iniciar¨¢ el c¨ªrculo virtuoso de recuperaci¨®n de los precios de esos activos, algo que en parte ya est¨¢ sucediendo con la ca¨ªda (tambi¨¦n en marzo) del coste de avalar las emisiones de empresas con peor cr¨¦dito (hay que tener en cuenta que los activos t¨®xicos m¨¢s extremos estaban hechos de puros avales). No es casual que la mejor¨ªa de precio se produjera justamente la v¨ªspera del anuncio del Plan Geithner, lo que es en s¨ª mismo un s¨ªntoma de que el plan va a funcionar.
Las pruebas de esfuerzo, por su parte, permitir¨¢n conocer a finales de este mes cu¨¢les de los bancos norteamericanos necesitan una ampliaci¨®n de capital a la que, si no acude el sector privado, tendr¨¢ que acudir el p¨²blico, pero esta vez ya sin que al presidente Obama le puedan acusar, desde posiciones populistas, de regalar dinero a los bancos o, desde la derecha republicana, de que est¨¢ haciendo "socialismo financiero".
?Cu¨¢ndo se sabr¨¢?
La fecha de comienzo y fin de las recesiones de EE UU las fija el National Bureau of Economic Research, un instituto de an¨¢lisis econ¨®mico de car¨¢cter privado. El problema, habida cuenta de la elevada ansiedad existente, es que suele hacerlo con much¨ªsimo retraso. A veces, de casi dos a?os, por lo que, aunque la recesi¨®n se hubiera terminado en el mes de marzo, no es probable que se vaya a certificar p¨²blicamente su fin hasta el oto?o de 2010. Una pista para orientarse hasta entonces ser¨¢ observar que los datos econ¨®micos malos, cuando se publiquen, no llevan su serie hist¨®rica por debajo del peor momento anterior. Eso querr¨¢ decir que Estados Unidos est¨¢ en la senda de salida y que Europa, con suerte, les seguir¨¢ seis meses m¨¢s tarde.
Juan Ignacio Crespo es Director europeo en Thomson Reuters.
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