'El Tigre' pierde pegada

Cuando debut¨® en el Masters, en 1995, siendo todav¨ªa un amateur, Tiger Woods dej¨® boquiabierto a medio mundo con su potencia de drive. Aquel joven de 19 a?os consigui¨® mandar la bola desde el tee a una media de 284 metros de distancia. Dos a?os despu¨¦s, cuando en su primera temporada de profesional destroz¨® todos los r¨¦cords en Augusta, su pelota aterriz¨® todav¨ªa m¨¢s lejos, a un promedio de 295 metros. Aquel Woods incontrolable, una fuerza de la naturaleza, era el mejor pegador del mundo. El de ahora, un gigante con la rodilla izquierda recauchutada, ha bajado a la tierra. Su drive ya no es el de antes. Se ha vuelto humano. Este a?o, El Tigre ha mandado la bola a una media de 256 metros de distancia, su peor registro con el driver en Augusta junto al de las ediciones de 2003 y 2007.

Woods, con su nueva rodilla, ha ganado estabilidad en el golpeo, pero puede que ahora fuerce menos su cuerpo para no machacar otra vez la articulaci¨®n. "Me ha dolido la rodilla durante los ¨²ltimos diez a?os. As¨ª que es agradable tener finalmente una pierna sana. Yo me siento fuerte. La estabilidad es algo que no he tenido en a?os. Por eso es maravilloso hacer el swing y no notar que todos los huesos se mueven", ha dicho Woods. El estadounidense comprim¨ªa en su rodilla toda la potencia y la velocidad del cuerpo al girar. Un martilleo continuo. Hasta que el ligamento cruji¨®.

Para mantener su bienestar actual, Woods ha perdido pegada. Sus mejores marcas con el drive en Augusta coinciden con sus victorias: adem¨¢s de la bestialidad de 1997, en 2001 envi¨® la bola a 274 metros de media y en 2002 y 2005 a 267. De ah¨ª que este a?o, mucho m¨¢s flojo desde el tee, haya perdido el rastro de los mejores. Para alguien capaz de acelerar la pelota hasta los 200 kil¨®metros por hora, el drive es agua bendita.

Estados Unidos esperaba escribir otra historia de h¨¦roe americano, como la de Ben Hogan en 1950, cuando gan¨® el Open de Estados Unidos un a?o despu¨¦s de un grave accidente de tr¨¢fico que casi le deja paral¨ªtico.

Woods ha estado 253 largos d¨ªas de baja. Su rodilla, cuatro veces operada, ya no es la de aquel adolescente que pegaba m¨¢s duro que nadie, sobre todo en el interminable campo de Georgia. Ahora le superan chavales como Anthony Kim y Rory McIlroy, cuerpos en su plenitud adolescente. Como el de Tiger Woods hace una d¨¦cada.