Monogamia contra el sida
Nueve pa¨ªses del sur de ?frica con tasas de prevalencia del VIH en adultos superiores al 15% inician una campa?a bautizada 'Un solo amor'
La han bautizado One love campaign (Un solo amor). Pretende fomentar la monogamia y luchar contra una de las causas por las que el sur del continente africano es el epicentro de la pandemia del VIH-sida: mantener m¨²ltiples parejas sexuales al mismo tiempo, un fen¨®meno que se explica por la vigencia de sociedades patriarcales que refrendan la poligamia; por tradiciones mal entendidas, como el que los hombres se acuesten con sus cu?adas en caso de enviudar ¨¦stas, o por pr¨¢cticas modernas, como las de j¨®venes que mantienen relaciones con hombres mayores, sugar daddies (pap¨¢s de az¨²car) a cambio de dinero, ropa o comida, o las de adolescentes que se inician en el sexo por presi¨®n del grupo.
Las relaciones m¨²ltiples crean una red sexual que hace circular el VIH
El programa quiere fomentar una mejor comunicaci¨®n entre las parejas
La campa?a se ha iniciado en nueve pa¨ªses: Malaui, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Zimbabue, Zambia, Sur¨¢frica, Mozambique y Tanzania. En cada uno, con tasas de prevalencia de VIH en adultos mayores del 15% (frente al 1% de media global), varias ONG realizaron encuestas para documentar las razones para mantener m¨²ltiples y simult¨¢neas parejas. Sue Goldstein, responsable de investigaci¨®n de Soul City en Sur¨¢frica, una ONG para la prevenci¨®n del sida a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, explica que de las entrevistas se deduce que todav¨ªa no se entiende el riesgo que supone el VIH: "Y estamos hablando de una emergencia, con 300.000 personas muertas al a?o en nuestro pa¨ªs".
Las razones aducidas para las parejas m¨²ltiples son diversas. "La gente identifica a una persona como su pareja principal, pero luego tiene varios amantes", explica Goldstein. "Para los hombres puede ser porque hay actos sexuales que no pedir¨ªan a su mujer, a la que deben respetar como madre de sus hijos. Y para las mujeres, porque sus hombres no las satisfacen, pero no lo verbalizan por temor a ser acusadas de infieles. El VIH est¨¢ tambi¨¦n ligado a desigualdad entre sexos".
Por eso, la campa?a insiste en el uso del preservativo, aboga por una mejora en la comunicaci¨®n de las parejas, lo que en las zonas rurales puede ser complicado. "En algunas lenguas africanas no existen t¨¦rminos para definir cl¨ªtoris o vagina si no es en t¨¦rminos despectivos y se hace dif¨ªcil hablar con normalidad", explica la investigadora.
Para movilizar a las comunidades rurales, Soul City ha reclutado como socio al Consejo de L¨ªderes Tradicionales, que puede estimular el cambio de comportamiento que la campa?a pretende. "A veces las cuestiones culturales son err¨®neas", dice Goldstein. "Hay l¨ªderes que aseguran que la costumbre de hombres de acostarse con las viudas de sus hermanos no tiene que ver con la tradici¨®n. ?ste exige que el cu?ado se responsabilice de la mujer e hijos de su hermano si ¨¦ste muere, pero no tiene por qu¨¦ haber sexo".
La campa?a no est¨¢ en contra de la poligamia. Las ONG prefieren no hacer juicios morales. En estos casos lo que se promueve es que, si todos los miembros de la relaci¨®n son VIH negativo, permanezcan fieles. Y, si alguno es positivo, que todos usen cond¨®n. La poligamia est¨¢ presente en Suazilandia, donde su rey, Mswati III, tiene 14 esposas, y en ¨¢reas de Sur¨¢frica, donde el que con toda probabilidad ser¨¢ elegido presidente en las elecciones de esta semana, Jacob Zuma, est¨¢ casado tres veces (cuatro si sumamos un divorcio).
Gwynneth Wong, jefa de misi¨®n de Acci¨®n contra el Hambre en Lesoto y Suazilandia dice que "en muchos casos la tradici¨®n supone la aceptaci¨®n social de pr¨¢cticas modernas". As¨ª, hombres que se acuestan con varias mujeres con las que no se casan aluden a la poligamia como justificaci¨®n. La tradici¨®n es, para Wong, una de las causas del bajo ¨ªndice de uso de preservativo: "Exigirlo a tu marido es muy dif¨ªcil, puesto que sospecha que eres infiel y eso se replica en las otras parejas sexuales". La columnista del peri¨®dico Mail and Guardian Nikiwe Bikitsha asegura que la poligamia crece en Sur¨¢frica por la renuencia de los varones a casarse hasta la treintena, lo que deja a las mujeres con escasas oportunidades de matrimonio.
No todas las relaciones m¨²ltiples y simult¨¢neas se explican por la tradici¨®n. Tanto o m¨¢s importantes son las relaciones en las que j¨®venes se acuestan con hombres mayores a cambio de dinero, ropa o comida o adolescentes que se inician en el sexo por presi¨®n de sus compa?eros. "No es s¨®lo la pobreza la que explica el sexo por dinero, hay una presi¨®n en el grupo para tener determinados objetos de consumo", explica Wong, con m¨¢s de cinco a?os de experiencia en la zona. La multiplicidad de este tipo de relaciones supone la creaci¨®n "de una red sexual invisible que posibilita la transmisi¨®n r¨¢pida del VIH una vez el virus entra en ella", tal y como rezan los folletos de la campa?a. El virus se transmite con mayor virulencia en las primeras semanas de infecci¨®n. La tasa de prevalencia del VIH entre las personas involucradas con m¨²ltiples parejas es del 36% en hombres de entre 20 y 24 a?os y del 21% en las mujeres de la misma edad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.