Leer y escribir
La evaluaci¨®n de Primaria de 2007, realizada por un instituto vinculado al Ministerio de Educaci¨®n, ha revelado que los alumnos de sexto, 11-12 a?os, tienen complicaciones para aplicar lo que han le¨ªdo y problemas con la expresi¨®n escrita. El estudio, realizado con 9.500 alumnos, no aprueba ni suspende: procura ir m¨¢s all¨¢, y entender qu¨¦ es lo que saben de media los estudiantes de esa edad y en qu¨¦ est¨¢n fallando. Y fallan en lo que, presuntamente, parece lo m¨¢s elemental: leer y escribir.
Les preguntan sobre comprensi¨®n literal: van bien; lo hacen para enterarse si relacionan nuevos datos con los que ya conocen: no hay problema; ?saben sacar conclusiones sobre lo le¨ªdo?: parece que s¨ª. Patinan cuando les toca ir m¨¢s lejos y deben asimilar las ideas y organizar la informaci¨®n, cuando deben reelaborar lo que han comprendido, y mostrar si de verdad han sabido leer lo que han le¨ªdo porque pueden escribirlo. Si captan, por ejemplo, una iron¨ªa. Hoy el conflicto se produce en el mundo universitario por el Plan de Bolonia, pero la tragedia est¨¢ en otra parte. La escuela est¨¢ fracasando a la hora de transmitir los cimientos sobre lo que se construye todo lo dem¨¢s.
En Espa?a los datos son alarmantes -la tasa de fracaso escolar es del 30,8% (el doble de la media de la Uni¨®n Europea)-, pero los s¨ªntomas de que algo no funciona en la escuela llegan de todas partes. La hip¨®tesis de que la educaci¨®n generalizada podr¨ªa contribuir a acortar las diferencias sociales y culturales, al colocar a todos en el mismo lugar de salida, no parece haber sido convalidada por la realidad. La vieja idea ilustrada que promet¨ªa un futuro mejor a aquellos que osaran aprender tiene el peligro de irse definitivamente al garete. Porque ahora que todos deben ir a la escuela, resulta que no terminan de aprender ni a leer ni a escribir.
Hay seguramente m¨²ltiples razones para explicar este lamentable dato. Contra una de ellas resulta particularmente dif¨ªcil enfrentarse: la educaci¨®n, la formaci¨®n, el desaf¨ªo de saber leer y escribir han perdido prestigio, han perdido glamour. Y lo m¨¢s complicado de todo es convencer de los bienes de leer y escribir a quienes ya leen y escriben pero ni comprenden, ni reelaboran, ni saben expresarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.