Soutullo y los ecos en soledad
El compositor presenta su ¨²ltima obra en Vigo y A Coru?a
Dicen que la poes¨ªa no puede transformar el mundo. Pero el mundo est¨¢ compuesto de millones de almas abiertas a la poes¨ªa, dispuestas a trabajar por su propia transformaci¨®n. La belleza, como el amor, como la solidaridad, tiene un poder curativo, y, al atravesarnos de parte a parte, act¨²a sobre nosotros provocando un efecto domin¨®. F¨ªjense, si no, en el compositor Eduardo Soutullo. Un d¨ªa ley¨® estos versos de Oliver Wendell Holmes, m¨¦dico y escritor estadounidense que en el XIX alcanz¨® notoriedad pero que hoy ha ca¨ªdo en el olvido: "All the echoes listen,/ But in vain.../ They hear no answering strain" ("Todos los ecos escuchan,/ Aunque en vano.../ Pues no oyen ning¨²n sonido en respuesta") Y a partir de ellos, movido y conmovido por ellos, escribi¨® un tr¨ªptico sinf¨®nico, empleando esos versos como t¨ªtulos de cada una de sus piezas. La que ayer estren¨® en Vigo y hoy reinterpreta en A Coru?a la Sinf¨®nica de Galicia (OSG) es la ¨²ltima. As¨ª, la poes¨ªa pas¨® de la superrealidad a Wendell, y de Wendell a Soutullo. Y ahora ¨¦ste nos la transmite transformada en compases.
Cre¨® esta trilog¨ªa conmovido por unos versos de Wendell Holmes
No es f¨¢cil ubicar a este gallego en el panorama de la m¨²sica actual
No es f¨¢cil ubicar a este gallego en el panorama actual, m¨¢xime cuando ¨¦l mismo reh¨²ye cualquier clasificaci¨®n: "Aparte de haber desechado la recreaci¨®n mim¨¦tica de formas del pasado (clasicismo, romanticismo, ...), tambi¨¦n he descartado siempre cualquier t¨¦cnica basada en la serializaci¨®n, el c¨¢lculo, la combinatoria u otro proceso que coarte mi intuici¨®n y mi libertad", dice.
Algunos cr¨ªticos lo han incluido dentro del espectralismo franc¨¦s, una corriente generada en los 60 por los integrantes del Ensemble L'Itin¨¦raire y que, en efecto, influy¨® decisivamente en Soutullo (sobre todo G¨¦rard Grisey). Pero ¨¦l se siente "m¨¢s pr¨®ximo a la est¨¦tica del post-espectralismo y del neo-modal", y reconoce su deuda con "Olivier Messiaen, Toru Takemitsu, Magnus Lindberg, Marc-Andr¨¦ Dalbavie, C¨¦sar Camarero y David del Puerto". Es un tipo de m¨²sica "muy envolvente, de atm¨®sfera, pero m¨¢s intuitiva y tradicional", ya que uno de los objetivos de este conjurador es "crear una v¨ªa de encuentro con el p¨²blico".
Basta con escuchar apenas un fragmento de su arriesgada tentativa para darse cuenta de que lo ha conseguido. Tal vez por eso Soutullo no ha parado de cosechar premios en este ¨²ltimo lustro tan fruct¨ªfero para ¨¦l. Por ejemplo: All the echoes listen, la primera parte del tr¨ªptico que acaba de concluir, obtuvo el Primer Premio en el Concurso Internacional de Composici¨®n Ciutat de Tarragona 2005. Y el compositor Tom¨¢s Marco Arag¨®n, Premio Nacional de M¨²sica, la defini¨® como "una de las m¨¢s relevantes partituras orquestales producidas hasta ahora por el siglo XXI espa?ol".
En esta parte final, They hear no answering strain, Soutullo ha echado mano "de una plantilla orquestal m¨¢s numerosa que las de las dos obras anteriores", incluyendo al completo las secciones de cuerda y de viento de la OSG, adem¨¢s de emplear timbales, tres percusionistas, arpa y celesta. Al igual que en las otras dos obras del tr¨ªptico, el inter¨¦s por la t¨ªmbrica y los colores orquestales (que incluye el uso de diversos tipos de sordinas en los metales o de arcos de contrabajo en vibr¨¢fono y cr¨®talos), no excluye una utilizaci¨®n expl¨ªcita del tematismo. Los motivos y temas expuestos en las dos primeras obras del tr¨ªptico reaparecen desarrollados en ¨¦sta junto a otros nuevos, "articulando el conjunto como un todo".
Wendell Holmes escribi¨®: "El ruido de un beso no retumba tanto como el de un ca?¨®n, pero su eco perdura mucho m¨¢s". Y tambi¨¦n: "Lo que est¨¢ delante y detr¨¢s nuestra apenas tiene importancia comparado con lo que reside dentro de nosotros". Y esos son, precisamente, los ecos que a¨²llan o musitan en vano tanto en su poema como en el tr¨ªptico de Soutullo: los de la vida, los de la naturaleza, es decir, los nuestros. Los ecos en soledad que nos buscan sin hallarnos. Los ecos que nos llaman sin respuesta. Los ecos de nuestro castillo interior cada vez m¨¢s vac¨ªo, cada vez m¨¢s ruinoso.
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