Inmigraci¨®n y venta de armas, los temas clave
De cada 10 mexicanos, uno vive y trabaja al otro lado de la frontera. Seg¨²n los ¨²ltimos estudios, hay m¨¢s de 12 millones de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, la mitad de ellos, sin papeles. Esto quiere decir que, aunque Barack Obama hable con Felipe Calder¨®n de la pol¨ªtica migratoria, para el nuevo presidente de Estados Unidos ese problema es, sobre todo, un asunto interno.
El 90% de las armas que el Ej¨¦rcito de M¨¦xico o la Polic¨ªa Federal confiscan al narcotr¨¢fico procede de Estados Unidos. Fueron vendidas a la mafia de la droga en algunas de las cientos de armer¨ªas legales abiertas junto a los 3.000 kil¨®metros de frontera que separa a los dos colosos. Obama sabe que, si quiere ayudar a su vecino del sur, tiene que empezar porque sus paisanos dejen de lucrarse vendiendo armas de ¨²ltima generaci¨®n y endiablado poder a los sicarios mexicanos.
Pero el presidente estadounidense tambi¨¦n sabe que, cualquier intento de limitar la adquisici¨®n privada y la tenencia de armas en Estados Unidos, provocar¨¢ una fuerte reacci¨®n interna. El de las armas es, por tanto, otro complicado asunto interno...
De esas evidencias y de otras similares surge -y con bastante raz¨®n- la desconfianza ante la visita de Obama. Una cosa es lo que el nuevo presidente quiera hacer y otra muy distinta lo que pueda o le dejen hacer. Las relaciones de Estados Unidos con M¨¦xico son sin lugar a dudas la mejor piedra de toque para conocer hasta qu¨¦ punto la pregonada magia del presidente Barack Obama se basa efectivamente en poderes especiales u obedece simplemente a un habilidoso juego de manos.
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