Aclaraci¨®n

He le¨ªdo el art¨ªculo publicado el pasado d¨ªa 15 en su peri¨®dico por Juan Arias sobre Benedicto XVI bajo el t¨ªtulo ?Para qu¨¦ quiso ser Papa? En ¨¦l se incluyen unas afirmaciones sobre hechos hist¨®ricos y otras muchas como juicios de valor sobre ¨¦l y sobre la Iglesia.

En la medida en que le conozco y le he seguido tratando desde nuestros a?os de estudio en M¨²nich hasta la ¨²ltima carta suya que he recibido con fecha d¨ªa 2 de este mes de abril, me permito mostrar mi disconformidad con el retrato que hace de su persona y rechazar como falsos ciertos hechos que Juan Arias enumera. No s¨®lo no aspir¨® a ser Papa, ni us¨® el c¨®nclave para obtener votos, ni se apoder¨® de las reuniones de los cardenales reunidos en Roma, ni les prohibi¨® hablar con los medios de comunicaci¨®n ni cre¨® una red mundial de apoyo a su candidatura en secreto, como afirma Arias. Lo contrario es la verdad: quiso volverse a Alemania y permaneci¨® en Roma hasta el final s¨®lo por fidelidad a los ruegos de Juan Pablo II enfermo.

Tengo una carta suya de un mes antes de ser elegido, en respuesta a otra m¨ªa invit¨¢ndole a venir a Salamanca. Me dec¨ªa en ella que no pod¨ªa aceptar mi invitaci¨®n porque se acercaba el final en Roma y se preparaba para el retorno a Alemania, donde por fin podr¨ªa cumplir la ilusi¨®n del profesor que hab¨ªa sido siempre, y quer¨ªa concluir al final de su vida, como clave o s¨ªntesis de su teolog¨ªa: escribir un libro sobre Jesucristo que fuera para nuestra ¨¦poca lo que en su d¨ªa hab¨ªa sido El Se?or de R. Guardini. Ya Papa se esforz¨® por publicar lo que ten¨ªa parcialmente preparado: Jes¨²s de Nazaret. I: Desde el bautismo a la transfiguraci¨®n.

?stos son los hechos. Lo dem¨¢s son juicios, derivados de otras perspectivas o intereses ajenos a la intenci¨®n de Benedicto XVI.