POP: UN ENIGMA PLANETARIO
"?D¨®nde hab¨ªais estado?". As¨ª terminaba Jeff Tweedy uno de los primeros conciertos de Wilco en Espa?a. El m¨²sico no daba cr¨¦dito a lo que acababa de presenciar. Dos mil personas procedentes de un pa¨ªs en el que jam¨¢s pens¨® que su banda podr¨ªa siquiera inspirar descargas ilegales le vitoreaban como a un dios renacido. Cinco a?os y un disco regulero despu¨¦s, los de Chicago son una banda clave para entender qu¨¦ le gusta al p¨²blico espa?ol m¨¢s o menos independiente.
Las giras de Micah P. Hinson o Death Cab For Cutie por Espa?a son tan geogr¨¢ficamente exhaustivas como habituales —bueno, desde que los Cutie salieron en The O. C. y vendieron millones de discos, ya no lo son tanto—. Franz Ferdinand han tocado aqu¨ª cuatro veces en cinco meses. Los estadounidenses Marah celebran sus navidades con un concierto en Barcelona (tienen un disco en directo grabado en Matar¨®). Redd Kross reaparecen, tras a?os de silencio, con un directo grabado en Madrid. Los ingleses The Wave Pictures tocan en mayores salas aqu¨ª que en su tierra, y la prensa les ama (la de all¨¢ les ignora). Black Crowes son el reclamo de un evento que parece haber cambiado de fechas s¨®lo para contar con ellos, mientras en el Reino Unido, donde s¨ª entienden sus letras, son meros teloneros de Stereophonics.
"Lo l¨®gico es que las bandas anglosajonas sean m¨¢s populares en su pa¨ªs natal, ya sea por sustrato cultural, por idioma o por estrategia de la compa?¨ªa. Pero a veces, en casos extra?os y poco explicables, sucede lo contrario. Lo que yo he visto con Placebo en Espa?a no lo vi jam¨¢s en el Reino Unido, por ejemplo. Llevamos grupos que tenemos como secundarios que son constantemente reclamados en otros territorios", comenta Dean James, antiguo manager del emporio brit¨¢nico de la m¨²sica en directo Mean Fiddler y actual capo de Mama Group, corporaci¨®n que controla, entre otras, la franquicia Barfly. Abel Su¨¢rez, de Primavera Sound, cree que la democratizaci¨®n del ADSL, con sus blogs y sus myspaces, ha desbancado en cierto modo a la promoci¨®n que hace el sello del artista o las loas que le dedique la prensa especializada. Esto ha llevado a cierta globalizaci¨®n del gusto y del ¨¦xito, aunque, claro, siempre queda un rinc¨®n para los felices accidentes. "Debido a que nosotros o no entendemos o no valoramos de igual manera las letras de los grupos de fuera, hay anglosajones que alucinan con que nos gusten seg¨²n qu¨¦ grupos, porque a ellos sus letras no les dicen nada", comenta.
"Un ejemplo es el de los estadounidenses The Extraordinaires, absolutamente desconocidos en su pa¨ªs y hasta hace poco aqu¨ª", comenta Su¨¢rez. "Nos gustan mucho y decidimos traerlos al pasado Primavera Club. Era su primera vez en Europa. Intentaron hacer m¨¢s bolos en otros pa¨ªses y no consiguieron casi nada. Adem¨¢s, el a?o pasado montamos un showcase de bandas catalanas en el festival SXSW de Austin y los llamamos para que ejercieran de banda americana invitada. Los tipos alucinaban porque era la primera vez que les ped¨ªan tocar en el festival y hab¨ªa sido gracias a unos barceloneses". La misma sorpresa se debi¨® llevar Morrissey al ver que hab¨ªa tortas por contratarle en Espa?a, un pa¨ªs en el que no vend¨ªa ni media docena de discos. "Exceptuando a gente como U2 o Springsteen, el ¨²nico grupo que conozco que llena salas del mismo tama?o por todo el mundo es Belle and Sebastian, un ejemplo extra?o hasta ahora, pero creo que vamos hacia eso. Antes sab¨ªas por las ventas a qu¨¦ lugar y salas pod¨ªas llevar a una banda. Ahora no. Los grupos venden m¨¢s entradas que discos y el volumen de gente que accede a la nueva m¨²sica es mayor que antes, por lo que el pastel se reparte de manera m¨¢s equitativa. Menos mal que nos queda Jap¨®n", sentencia James. n
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EE UU
La reina del cabaret punk angelino Amanda Palmer narra en Oasis c¨®mo una ni?a que se ha quedado embarazada tras ser violada es feliz porque Oasis le ha mandado una foto autografiada y ver¨¢ a Blur en octubre. El tema, aparte de una reflexi¨®n salvaje sobre la adolescencia, refleja el estado mental britpopero que a¨²n impregna West Hollywood, lugar donde hay quien recuerda a los Bluetones.
M?XICO
Muchos explican el espectacular ¨¦xito de Morrissey all¨ª por lo sentimental de la idiosincrasia de un pa¨ªs de cruce. En pocos lugares, y a pesar de lo complicado que se lo pone la gen¨¦tica, se imita tanto su look. Lo emo tambi¨¦n arrasa entre su parroquia y cuando uno piensa en la letra de Last night I dreamt that somebody love me empieza a entenderlo todo, a ponerse a llorar y a odiar a sus padres.
VENEZUELA
La dulce Russian Red agot¨® en 30 minutos las entradas para su presentaci¨®n en el pa¨ªs en el que Alejandro Sanz no pudo actuar. Vestida por el dise?ador local Isaac L¨®pez, confirm¨® que lo suyo all¨ª es algo serio. Pop de aires folk cantado en ingl¨¦s desde Madrid. ?C¨®mo no se le ocurri¨® antes a un promotor venezolano que eso era lo que estaba esperando su pa¨ªs?
ARGENTINA
El rock all¨ª es algo muy serio y la pasi¨®n que genera no tiene igual. Pink Floyd a¨²n logran portadas, los Stones llenan cinco estadios y Axl Rose concede su ¨²nica entrevista en siglos a una radio bonaerense. Hasta Iron Maiden (en la foto) llen¨® en un mismo a?o el estadio de Ferro y el de V¨¦lez. Los c¨ªnicos dicen que esto pasa porque los argentinos siempre van al campo de f¨²tbol, haya o no partido.
ESPA?A
Es dif¨ªcil no hacerse el esnob al hablar de Wilco y Espa?a: sus mejores discos se grabaron antes de que pisaran el pa¨ªs. Hoy, la banda de Chicago que lidera Jeff Tweedy act¨²a aqu¨ª cada dos por tres, es cabeza de cartel en festivales y mantiene una parroquia fiel y entregada tras editar tanto su ¨¢lbum m¨¢s avantgarde como el m¨¢s conservador. A medio paso de radioheadizarse. Cuidado, Jeff.
JAP?N
Richey Edwards, desaparecido guitarrista de los Manic Street Preachers, fue un icono ¨¦tico y est¨¦tico all¨ª. Al esfumarse, Occidente pens¨® que quiz¨¢ no fueran tan malos. Pero Jap¨®n perdi¨® el inter¨¦s. Amantes del rock de fuegos artificiales, siempre prefirieron a los del inicio, aquellos de los que se mofaba media industria. Menswear y Dodgy tambi¨¦n arrasaron all¨ª, pero culpar de ello a Richey ser¨ªa injusto.
MONGOLIA
La MTV insiste con Spice Girls o Mariah Carey, tratando de abrir los gustos musicales del pa¨ªs al d¨®lar occidental. Pero nada, no hay manera. T Ariunaa, "la Madonna mongola", sigue copando las listas de una naci¨®n enamorada del pop palomitero y boy bands como Camerton, pero que hace o¨ªdos sordos a lo for¨¢neo para concentrarse en fabricar r¨¦plicas locales. La escena est¨¢ viva en Mongolia.
IRLANDA
Cuando le preguntamos a Josh Ritter por qu¨¦ triunfaba all¨ª m¨¢s exageradamente que en ning¨²n otro pa¨ªs, el m¨²sico estadounidense, que ofrece un perfecto cruce entre el cantautor que huele a establo y la ligereza pop de Paul McCartney, respondi¨®: "La ¨²nica explicaci¨®n que se me ocurre tiene que ver con las patatas. Irlanda es un pa¨ªs patatero y yo provengo de Idaho, el Estado de la patata".
FRANCIA
La rep¨²blica ha recuperado relevancia cool gracias a Kitsun¨¦ o al tektonic, pero sus gustos siguen dif¨ªcilmente descodificables. Que Ben Harper, que es al rock contempor¨¢neo lo que el m¨®dem de 56 k a la conexi¨®n de Internet, sea a¨²n un h¨¦roe en el pa¨ªs del gratin dauphinois se antoja casi tan raro como el ¨¦xito, tambi¨¦n all¨ª, de los espa?oles Sunday Drivers (conocidos como los Wilco de Toledo).
AUSTRALIA
Sorprende la relaci¨®n de Ben Folds con la ciudad australiana de Adelaida, a donde se mud¨® y a la que dedica canciones. Lo curioso es que Adelaida es como el Lepe australiano. Pero al estadounidense esto, como casi todo, le importa un pito: "Cuando el resto de australianos se r¨ªen de que viva en Adelaida, les respondo que Australia es la Adelaida del mundo occidental. Y se callan de golpe".
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