A pocos portales de distancia
Una ni?a y su supuesto agresor conviven en la misma calle de Carabanchel - Hay dos denuncias contra el sospechoso, que ha roto la orden de alejamiento
En una calle de apenas 400 metros, de peque?as casas amarillas de dos plantas, en Carabanchel, viven una ni?a de 12 a?os y un hombre de 40 con dos investigaciones judiciales abiertas porque supuestamente ha abusado de ella. El pasado 30 de marzo fue detenido por una segunda agresi¨®n sexual a la peque?a y por haber roto la orden de alejamiento que pesaba sobre ¨¦l desde marzo de 2008. Durmi¨® dos noches en el calabozo y el 3 de abril pas¨® a disposici¨®n judicial. Tras declarar, sali¨® libre. Y se fue a casa. A la calle de su supuesta v¨ªctima.
"Este es un barrio tranquilo, aunque convivimos gitanos, inmigrantes y de t¨®", comenta un vecino en un bar de la zona. Carabanchel, con 257.599 habitantes, 60.000 de ellos inmigrantes, es el segundo distrito (tras Puente de Vallecas) con m¨¢s paro, seg¨²n datos de enero: 15.587 personas. "Esto es como un pueblo", asegura el parroquiano, "aqu¨ª nos enteramos de todo". Pero parece que de este caso nadie sabe nada. Las investigaciones empezaron a principios de 2008, cuando un ni?o le cont¨® a su madre que C. V. C., entonces de 39 a?os y que vive con sus padres, le hab¨ªa llevado con otra menor a su casa y les hab¨ªa puesto pel¨ªculas pornogr¨¢ficas.
Un examen forense de la peque?a no deja claro que haya habido agresi¨®n
Es "un caso sensible, complejo y voluminoso", seg¨²n fuentes judiciales
La peque?a cont¨® al Grupo III de la Brigada Provincial de la Polic¨ªa Judicial que el sospechoso le hab¨ªa agredido sexualmente. Varias personas del barrio, que quieren permanecer en el anonimato, aseguran que el padre de la ni?a recibi¨® poco despu¨¦s una paliza del hombre. No existe una denuncia al respecto. "Se junt¨® con otro amigo y le dieron. Es muy violento". Pero no cuentan mucho m¨¢s. Nadie quiere hablar de los supuestos abusos a la peque?a. "Habr¨¢ sido alguien de fuera", dice otro hombre del barrio, que tampoco quiere dar su nombre. Tras la declaraci¨®n de la ni?a, C. V. C. fue detenido. El 10 de marzo de 2008 el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 49 le dej¨® en libertad sin fianza con una orden de alejamiento de 500 metros de la peque?a. En el juzgado le realizaron ex¨¢menes psiqui¨¢tricos a ¨¦l y psicol¨®gicos a la menor. "Hab¨ªa indicios de que este hombre no est¨¢ bien", explica un portavoz judicial.
"Una vez le peg¨® a su padre con una plancha, pero tampoco da muchos problemas", cuenta en voz baja el due?o de un establecimiento cercano. "Es un chico normal", asegura. Un chico que siempre va en una bicicleta, que pasa las horas en el peque?o parque que hay frente a su casa y del que nadie en el barrio sabe decir bien de qu¨¦ vive. El juzgado hab¨ªa ordenado un examen forense de la peque?a que, seg¨²n fuentes judiciales, no deja claro que haya sido v¨ªctima de una agresi¨®n sexual. Este informe, tras una exploraci¨®n en el Hospital de La Paz, result¨® "decisivo" para que el sospechoso saliera en libertad sin fianza.
A pesar de la orden de alejamiento, C. V. C. sigui¨® viviendo en la misma calle y, seg¨²n se ha comprobado ahora, viendo a la ni?a. La segunda denuncia sali¨® de la asociaci¨®n de vecinos donde la peque?a va por las tardes. "Es un apoyo escolar, para que no est¨¦n por la calle", cuenta Lourdes Hern¨¢ndez, presidenta de la asociaci¨®n. Los chavales utilizan los ordenadores y, en una de sus conversaciones de messenger, los educadores vieron que la ni?a chateaba con una persona mayor con una c¨¢mara web. El hombre aparec¨ªa con la cara tapada con la m¨¢scara de la pel¨ªcula de miedo Scary Movie, y le escrib¨ªa frases amenazantes. Era diciembre de 2008.
Los educadores informaron a la Brigada de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica, que llam¨® Operaci¨®n Diablo a las investigaciones porque una de las direcciones electr¨®nicas conten¨ªa esa palabra. Y mientras, desde la asociaci¨®n intentaban averiguar algo preguntando en el entorno de la ni?a.
"Es una cr¨ªa muy maja", dice la presidenta, "yo creo que no se da cuenta de la gravedad del asunto". La madre asegur¨® no saber nada, pero, poco despu¨¦s, la peque?a afirm¨® que C. V. C. hab¨ªa vuelto a abusar de ella. "Al parecer quedaba con ¨¦l y a veces se la llevaba a la Casa de Campo en su bici", cuenta Lourdes Hern¨¢ndez. Seg¨²n cont¨® a la polic¨ªa, la ni?a continuaba yendo a casa del supuesto agresor. En las diligencias que la brigada present¨® al juez, consta que "al menos una vez le introdujo los dedos en la vagina". Los polic¨ªas explican que, f¨ªsicamente, parece m¨¢s peque?a "pero es muy espabilada". La ni?a, que a veces se refiere a C. V. C. como su "novio", confes¨® a los agentes que en alguna ocasi¨®n en que no se "hab¨ªa dejado tocar" le hab¨ªa golpeado con un cintur¨®n. "Si se enfadaba con ella", cuenta el jefe policial de la operaci¨®n, "le dec¨ªa que se bajara de la bici y que no quer¨ªa verla m¨¢s".
Otras tres ni?as declararon antes de la segunda detenci¨®n de C. V. C.: dijeron no haber sido agredidas aunque confirmaron que el hombre las llevaba a su casa para ponerles pel¨ªculas. "A mi sobrina no le ha hecho nada", contaba el martes el t¨ªo de una de ellas mientras miraba con cara asustada a un lado y otro de la calle. "Ha sido todo un mal entendido", aseguraba, "es un buen tipo". "La gente le tiene miedo", dicen en la asociaci¨®n. Este peri¨®dico ha intentado hablar con ¨¦l, pero s¨®lo ha sido posible contactar con su padre. "Esto es todo una mentira", asegur¨®, "mi hijo no tiene nada que ver con menores".
Y el miedo contin¨²a, sobre todo entre los que le denunciaron, porque el sospechoso sigue en el barrio. Despu¨¦s de que la Brigada Tecnol¨®gica le detuviera el pasado 30 de marzo, sali¨® en libertad el 3 de abril. En este caso declar¨® en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 25, que estaba de guardia, por quebrantamiento de la orden de alejamiento y la supuesta agresi¨®n sexual. El juzgado lo dej¨® en libertad sin fianza y se inhibi¨® a favor del 49, que hab¨ªa llevado el caso el a?o anterior. En ninguno de los juzgados han encontrado indicios criminales suficientes para que C. V. C. ingrese en prisi¨®n provisional. La titular del juzgado 49, que presumiblemente se har¨¢ cargo de una investigaci¨®n conjunta, afirma que se trata de "un caso sensible, complejo y voluminoso", seg¨²n fuentes judiciales. Dos investigaciones en sendos juzgados, con estudios psicol¨®gico y psiqui¨¢trico y un informe pericial forense no concluyente. A la peque?a no se le ha hecho otra exploraci¨®n con la segunda denuncia. "La cr¨ªa est¨¢ muy asustada", dice Lourdes Hern¨¢ndez. "Todo esto la est¨¢ sobrepasando".
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