El transg¨¦nico tropieza
Nuevos estudios cient¨ªficos en EE UU y Europa arrojan dudas sobre la seguridad y la eficiencia de los cultivos gen¨¦ticamente modificados - Alemania es el sexto pa¨ªs de la UE en prohibirlos - Espa?a lidera la producci¨®n en el continente con un 75% del total
La aparici¨®n de nuevos estudios sobre los posibles efectos adversos para el medio ambiente del cultivo de transg¨¦nicos est¨¢n sembrando dudas en la comunidad internacional. Dos informes sobre da?os a sendas especies de insectos han servido a Luxemburgo y Alemania para vetar formalmente en su territorio el cultivo de estos productos. Adem¨¢s, un reciente estudio en EE UU alerta del fracaso en las pretensiones sobre el aumento de la productividad, argumento sobre el que en parte se ha basado la defensa de los transg¨¦nicos, especialmente en pa¨ªses en desarrollo, como una soluci¨®n para contribuir a la erradicaci¨®n del hambre.
Alemania agit¨® la pol¨¦mica el martes al anunciar que se convierte en el sexto pa¨ªs de la Uni¨®n Europea en prohibir en su territorio el cultivo de organismos modificados gen¨¦ticamente (OMG). Se une as¨ª a Austria, Grecia, Francia, Hungr¨ªa y Luxemburgo (m¨¢s Italia y Polonia, que tampoco los permiten de hecho porque tienen moratorias) en prohibir el cultivo de ma¨ªz MON 810, ¨²nico OMG cuya siembra se permite en la UE y del que Espa?a acapara el 75% de la producci¨®n, con casi 80.000 hect¨¢reas.
La UE no considera concluyente ninguno de los informes que se han presentado
La falta de acuerdo hace que cada pa¨ªs miembro act¨²e unilateralmente
Desde que la UE autoriz¨® el cultivo, importaci¨®n y consumo del MON 810 en 1998 (mediante la Directiva 2001/18/CE), los pa¨ªses han podido acogerse a la "cl¨¢usula de salvaguardia", un procedimiento que la ley reserva por el que un pa¨ªs puede alegar nuevos conocimientos cient¨ªficos sobre riesgos medioambientales o sanitarios para "restringir o prohibir provisionalmente en su territorio el uso o la venta de dicho OMG".
Los pa¨ªses que se acogen a esta cl¨¢usula tienen que remitir los informes sobre los que basan su decisi¨®n a la Comisi¨®n Europea, que encarga a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) los an¨¢lisis y evaluaciones, y ser¨ªa de acuerdo con ¨¦stos que la Comisi¨®n Europea podr¨ªa obligar al pa¨ªs a levantar la prohibici¨®n. Hasta ahora, la EFSA no ha encontrado suficiente base cient¨ªfica en ninguno de los informes; en la ¨²ltima ocasi¨®n, en febrero, tanto la EFSA como la agencia francesa se pronunciaron negativamente sobre los informes presentados por Francia, afirmando que no encontraban riesgo alguno medioambiental o sanitario en la producci¨®n del MON 810. Los informes presentados por Alemania y Luxemburgo, publicados en 2008, a¨²n no han sido transmitidos a la EFSA, afirm¨® ayer Josep Casacuberta, miembro del panel de transg¨¦nicos de la agencia: "Cuando se publica un nuevo art¨ªculo, la comunidad cient¨ªfica lo debate; ahora habr¨¢ que ver estos nuevos informes pero, por ahora, no ha habido ninguno que haya aportado datos concluyentes sobre riesgos al medio ambiente o a la salud".
Los estudios, publicados en la revista Archives of Environmental Contamination and Toxicology, hablan de los da?os producidos a la pulga de agua Daphnia Magna y a la mariquita Adalia Bipunctata. Ambos realizados en laboratorio, para la primera especie constata, en una alimentaci¨®n realizada exclusivamente a base de ma¨ªz MON 810, un aumento del riesgo de mortalidad y de las capacidades de maduraci¨®n sexual. En el caso de la mariquita, el estudio se realiz¨® en estados de inmadurez (larvas) y observa, en determinadas concentraciones, un aumento de la mortalidad. No obstante, ambos estudios se muestran muy cautos en sus conclusiones y sugieren la necesidad de nuevas investigaciones.
El MON 810 est¨¢ modificado gen¨¦ticamente mediante la introducci¨®n de una prote¨ªna que repele el taladro, un insecto de la plaga que m¨¢s afecta al ma¨ªz y que se encuentra sobre todo en Espa?a y m¨¢s concretamente en la zona del Delta del Ebro, donde hay m¨¢s hect¨¢reas de cultivo (un tercio de todo el que se produce en la UE); este OMG est¨¢ patentado por la multinacional Monsanto. Seg¨²n Pere Puigdemont, investigador del Grupo de ?tica de las Ciencias y las Nuevas Tecnolog¨ªas de la UE, el Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) junto con la Universidad de L¨¦rida, han realizado investigaciones para vigilar el impacto del cultivo de MON 810 sobre otros insectos. "No se han podido demostrar efectos adversos, m¨¢s bien al contrario, ya que no es necesario usar tantos insecticidas y eso favorece a la biodiversidad", afirma el investigador.
No son de la misma opini¨®n las organizaciones ecologistas, que estiman que el cultivo de los transg¨¦nicos est¨¢ suponiendo "un gran experimento con la Humanidad, ya que no conocemos la capacidad real de extensi¨®n y multiplicaci¨®n de este gen", afirma Tom Kucharz, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n.
Dejando a un lado el riesgo de da?os medioambientales o sanitarios, resulta interesante el estudio Failure to yield, de Doug Gurian-Sherman, de la Union of Concerned Scientist, una reconocida organizaci¨®n americana de cient¨ªficos preocupados por temas ambientales. En ¨¦l, Gurian-Sherman trata de desmitificar las pretensiones de aumento de productividad que desde el principio han girado en torno a los transg¨¦nicos. El informe asegura que, tras 20 a?os de investigaciones y 13 de comercializaci¨®n en EE UU, los OMG que toleran herbicidas no han conseguido un incremento de la productividad y que ¨¦ste ha sido marginal en los resistentes a insectos (como el MON 810).
Pese a las promesas de las industrias, el autor de Failure to yield asegura que el incremento en el rendimiento se ha debido a los avances en las t¨¦cnicas agr¨ªcolas m¨¢s que a las propiedades de los transg¨¦nicos. El informe dice que el ma¨ªz BT (como se conoce la modificaci¨®n gen¨¦tica del MON 810) ha conseguido incrementar la productividad alrededor del 3 o 4% en ese pa¨ªs tras 13 a?os de cultivos. El informe concluye que la productividad tambi¨¦n puede incrementarse a trav¨¦s de t¨¦cnicas de car¨¢cter ecol¨®gico y pide a las autoridades que fomenten este tipo de cultivos, sobre todo en pa¨ªses en desarrollo.
La empresa que posee la patente del MON 810, la multinacional Monsanto, recibi¨® la autorizaci¨®n para comercializarlo en Europa en 1998 y ahora est¨¢ en tr¨¢mites para obtener una pr¨®rroga por otra d¨¦cada. "Es un proceso complejo", asegura Jaime Costa, director de Asuntos Regulatorios de la empresa, "entregamos los informes a finales de 2007 y estamos pendientes de su respuesta".
La multinacional se defiende de sus muchos detractores asegurando que la regulaci¨®n europea es muy estricta y que se cumple con todos los estudios y seguimientos exigidos. Costa apela a la seguridad del producto con un dato. "Entre los a?os 2003 y 2007 hubo 62 alertas y notificaciones de seguridad alimentaria por presencia de micotoxinas en el ma¨ªz: 43 fueron de cultivo convencional, 19 ecol¨®gico y ninguna se produjo en ma¨ªz transg¨¦nico".
En Monsanto, la decisi¨®n de Alemania ha causado "sorpresa", y no descartan tomar "medidas jur¨ªdicas" contra la prohibici¨®n. Costa esgrime: "Estamos preocupados porque se est¨¢n haciendo las cosas al margen de la estricta regulaci¨®n existente". El directivo de la empresa defiende que "no puede ser en Europa, donde se cultiva el 0,3% del ma¨ªz a escala mundial, donde primero se noten efectos adversos y no en Estados Unidos u otros pa¨ªses donde se cultiva de forma masiva".
Pere Puigdemont estima que la decisi¨®n alemana, un pa¨ªs que apenas cultiva el producto (alrededor de 3.600 hect¨¢reas), "est¨¢ motivada por presiones pol¨ªticas, porque no hay base cient¨ªfica que justifique la prohibici¨®n". Es cierto que, aunque la EFSA (y en algunos casos las de los propios pa¨ªses, como la agencia francesa el pasado mes de febrero) ha concluido que no exist¨ªan da?os, la agencia es tan s¨®lo un ¨®rgano consultivo y tendr¨ªan que ser los pa¨ªses miembros, a trav¨¦s de un acuerdo, los que obligasen a levantar la cl¨¢usula, algo que hasta ahora han impedido las posiciones enfrentadas.
El secretario de Estado de Medio Rural y Marino, Josep Puxeu, fue duro esta semana en relaci¨®n al veto de los pa¨ªses de la UE: "A Francia, como exportador, le encantar¨ªa que Europa tuviera que aprovisionarse exclusivamente en su mercado". Sobre Alemania, Puxeu afirm¨® que "no tienen la plaga" y "est¨¢n suficientemente dotados con su producci¨®n".
El sector agr¨ªcola tambi¨¦n est¨¢, por su parte, dividido. Carlos Ferrer, presidente de la Asociaci¨®n de j¨®venes agricultores (ASAJA) de Huesca y vicepresidente de la Asociaci¨®n de Productores de ma¨ªz, es partidario de los OMG: "Si tenemos que competir con los productos de fuera queremos jugar con las mismas oportunidades". Ferrer dice que su asociaci¨®n no entra en temas cient¨ªficos, "porque las investigaciones las tiene que hacer quien corresponda". No obstante, a?ade: "No podemos quedarnos en el vag¨®n de cola de la biotecnolog¨ªa y dejar de ser competitivos".
No son de la misma opini¨®n los colectivos de agricultura ecol¨®gica. V¨ªctor Gonz¨¢lvez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica, aplaude la decisi¨®n de Alemania, de la que espera que "haga al Gobierno entender que no es una cuesti¨®n de progresismo, es una cuesti¨®n de dudas y hay que aplicar el principio de precauci¨®n". Gonz¨¢lvez dice que su asociaci¨®n no cuenta con datos sobre cultivos pero que en los ¨²ltimos a?os se han dividido "por tres o cuatro".
La principal queja de los productores ecol¨®gicos viene por la cuesti¨®n de la llamada "coexistencia" entre los cultivos de OMG y ecol¨®gicos. El problema est¨¢ en la posible dispersi¨®n del polen del ma¨ªz transg¨¦nico a cultivos ecol¨®gicos, polinizando estos ¨²ltimos y por lo tanto, imposibilitando su catalogaci¨®n como tales. Puigdemont asegura que se ha demostrado que 25 metros de separaci¨®n son suficientes para que no exista riesgo de mezcla, pero los ecologistas denuncian que no hay garant¨ªas. En este sentido, muchos pa¨ªses tienen ya regulada la distancia que debe existir entre las diferentes plantaciones, algo que Espa?a a¨²n no ha hecho, pese a haberlo anunciado repetidas veces desde 2005. El secretario de Estado de Medio Rural, Josep Puxeu, declar¨® esta semana que el Gobierno espa?ol "pide a la Uni¨®n Europea que adopte una posici¨®n para el cultivo, porque si hay alg¨²n problema de coexistencia defina cuales son las reglas del juego". Este peri¨®dico trat¨®, repetidas veces y en balde, de preguntar por la regulaci¨®n en Espa?a.
La confusi¨®n sobre los transg¨¦nicos viene, en parte, de la contradicci¨®n existente entre las restricciones al cultivo y el silencio sobre la importaci¨®n y el consumo, lo que es otra gran preocupaci¨®n para los agricultores. El presidente de ASAJA critica: "Quieren ponernos trabas al cultivo cuando Europa importa al a?o 50 millones de toneladas de soja transg¨¦nica, que si no la tuvi¨¦ramos no habr¨ªa ganado". Puxeu tambi¨¦n se pronunci¨® en este sentido: "No quiero entrar en el terreno cient¨ªfico, pero tantos y tantos productos como el pan, las levaduras, los vinos, los quesos, la insulina de los diab¨¦ticos est¨¢n elaborados con productos transg¨¦nicos, que parece que estuvi¨¦ramos demonizando los avances de la biotecnolog¨ªa".
La incertidumbre que generan estos productos provoca, por ejemplo, que casi la totalidad de la producci¨®n del MON 810 se dirija a la elaboraci¨®n de piensos y que la mayor¨ªa de las empresas se abstengan de utilizarlo para consumo humano, pese a estar autorizado. La normativa de la UE obliga a la etiquetaci¨®n de los productos elaborados con transg¨¦nicos como tales; algo que resulta insuficiente para las organizaciones ecologistas: "Pedimos que se controlen tambi¨¦n los animales alimentados con transg¨¦nicos", dice Kucharz.
La lucha contra los transg¨¦nicos, liderada desde siempre por las organizaciones ecologistas aunque apoyada por otros grupos, ha tomado esta semana m¨¢s fuerza, motivada por la decisi¨®n de Alemania. Embajadas y consulados de Espa?a en varios pa¨ªses de Europa fueron el jueves escenario de protestas y hoy est¨¢ prevista una manifestaci¨®n en Zaragoza, a la que ya se han sumado muchos colectivos, como las asociaciones de consumidores. La Uni¨®n de Consumidores (UCE) lament¨® recientemente que, mientras que la mayor parte de los pa¨ªses del entorno comunitario tienden a prohibir la producci¨®n de OMG, "en Espa?a se siguen cultivando a gran escala". La Confederaci¨®n de consumidores y usuarios se expres¨® en la misma l¨ªnea y reclam¨® "m¨¢s investigaciones, transparentes y p¨²blicas".
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