Rep¨²blica o Victoria

"?C¨®mo puede ser que, tras 30 a?os de democracia, una estatua siga haciendo el saludo fascista en la principal calle de Barcelona?", se preguntaba ayer en los Jardinets de Gr¨¤cia, frente a la figura que alza el brazo a esa altura de la Diagonal, Josep Cruanyes, de la Comissi¨® de la Dignitat. Esta agrupaci¨®n y la Asociaci¨®n de Actores de Catalu?a convocaron a varios centenares de personas, entre ellas decenas de escritores y artistas, para reclamar la sustituci¨®n de esta figura femenina que encarna la victoria franquista de 1939 por otra estatua muy similar, pero de simbolog¨ªa opuesta: la alegor¨ªa de la Rep¨²blica que acompa?aba originariamente al obelisco que se erigi¨® en 1936, frente al Palau Robert, para honrar la memoria del barcelon¨¦s que fue presidente de la I Rep¨²blica, Francesc Pi i Margall.

La estatua original, que retir¨® Franco, subsiste en la plaza de Llucmajor

Piden un paso m¨¢s al Consistorio barcelon¨¦s, que ya ha acordado la retirada de la estatua franquista, obra de Frederic Mar¨¨s, escultor catal¨¢n que vivi¨® a?os pr¨®speros en la posguerra, cuando recibi¨® encargos oficiales, abri¨® el museo que lleva su nombre y restaur¨® las tumbas reales de Poblet. Los d¨ªas est¨¢n contados, pues, para la estatua, que se ha convertido casi en el ¨²ltimo monumento del franquismo que queda en las calles de la ciudad, tras la retirada del dedicado a los ca¨ªdos, en 2003, y el de Primo de Rivera, en febrero pasado. Pero el Ayuntamiento no ha aclarado si repondr¨¢ la escultura original, de Josep Viladomat.

?sta se puede contemplar en una rotonda de la plaza de Llucmajor dise?ada por Albert Viaplana en 1990. Entonces se colocaron all¨ª la escultura y el medall¨®n con la efigie de Pi i Margall, retirados del obelisco en 1939. Sobrevivieron hasta los a?os setenta olvidados en un almac¨¦n municipal, junto a otras piezas, dedicadas a personalidades como Pau Claris, el doctor Robert o Francesc Layret, y desterradas del espacio p¨²blico tras la entrada de las tropas rebeldes.

La Comissi¨® de la Dignitat quiere que la plaza de Llucmajor no sea la ¨²ltima parada del periplo y reclama que las obras dedicadas al padre del federalismo vuelvan al coraz¨®n de una ciudad donde s¨®lo este monumento y el pabell¨®n de la II Rep¨²blica en la exposici¨®n de Par¨ªs de 1937, reconstruido en la periferia, constituyen los pocos espacios republicanos que hay.

La reclamaci¨®n culmin¨® un acto en el que escritores, como Gemma Lienas y Enric Cassesses, y actores, como Carles Canut, recordaron el inicio, hace 70 a?os, de una persecuci¨®n cultural que, opinaron, no ha remitido del todo. "Se ha creado un falso conflicto con el catal¨¢n", alert¨® el pol¨ªtico y escritor Ignasi Riera, residente en Madrid. "Es necesario que los j¨®venes tengamos conciencia del pasado para proteger la lengua", a?adi¨® Enric Rodr¨ªguez, un medi¨¢tico actor veintea?ero que, junto a dos veteranos compa?eros, Carles Arquimbau y Carme Sansa, condujo un acto, apoyado por el Departamento de Cultura y el Ayuntamiento, al que acudi¨® el secretario general de ERC, Joan Ridao. Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, l¨ªder del PP local, critic¨® el respaldo municipal a la reivindicaci¨®n.