Arenas en 'Good bye, Lenin!'

En la estupenda pel¨ªcula Good bye, Lenin!, una mujer que vive en la Alemania comunista queda en coma en la v¨ªspera de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. Cuando despierta, pocos meses m¨¢s tarde, la familia y el entorno de la mujer, fervorosa militante comunista, empiezan a construir con mil artima?as una ficticia realidad para hacerle creer que nada ha cambiado, que la democracia y el libre mercado no han barrido el mundo en el que se cri¨® y en el que tiene una fe infinita. Todos quer¨ªan evitar a toda costa que un cambio tan traum¨¢tico terminase por da?ar a¨²n m¨¢s la salud de la mujer. La pel¨ªcula termina con el fallecimiento de la enferma. Pero sabiendo la verdad.

En la sesi¨®n de investidura de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n como nuevo presidente de la Junta, el l¨ªder del PP, Javier Arenas, actu¨® de forma parecida a los protagonistas de la pel¨ªcula. Quiso hacer creer que nada hab¨ªa cambiado en Andaluc¨ªa en las ¨²ltimas semanas y que Gri?¨¢n no obliga a repensar estrategias o discursos. De todo lo ocurrido a lo largo de los dos d¨ªas de investidura, el discurso realmente conocido fue el de Arenas.

El l¨ªder del PP mantuvo el argumentario que le sirvi¨® para hacer oposici¨®n a Chaves y se empe?¨® en preguntar continuamente por el pasado: San Telmo, comisiones de investigaci¨®n, trasvases, elecciones separadas, habitaciones individuales en los hospitales, un ordenador por cada dos ni?os en las aulas... Todo previsible.

Como previsible era que volviera a negar a Gri?¨¢n la legitimidad de ser presidente de la Junta, una mercanc¨ªa que nadie, o casi nadie, ha comprado, y que fue una de las pocas novedades respecto a los debates que ha mantenido en los ¨²ltimos meses con Manuel Chaves. En ese mantra de que nada ha cambiado, Arenas confundi¨® al menos tres veces a Gri?¨¢n con Chaves. Si fue un lapsus, como sostuvo de forma solemne en la C¨¢mara, demuestra que la obsesi¨®n por Chaves es mayor de lo que se pensaba. Si fue intencionado, ¨¦l sabr¨¢ qu¨¦ persigue.

La r¨¦plica de Gri?¨¢n ("dice lo mismo desde hace 15 a?os" o "no sea perezoso intelectualmente") sirvi¨® para conocer por d¨®nde pueden discurrir los duelos en el futuro. Si Arenas quiere un debate de altura, lo habr¨¢. Si opta por la dial¨¦ctica del cuerpo a cuerpo, tambi¨¦n lo habr¨¢, como ayer pudo comprobar y sufrir.

Fue interesante o¨ªr a Arenas decir que Gri?¨¢n ser¨¢ un pol¨ªtico tutelado por Chaves. Lo dice quien en su etapa pol¨ªtica en Madrid ejerci¨® un control f¨¦rreo del PP en Andaluc¨ªa, organizaci¨®n que dirig¨ªa con el mando a distancia.

La dificultad para Arenas es presentarse, 16 a?os despu¨¦s de su llegada a Andaluc¨ªa para liderar la derecha, como la alternativa ilusionante capaz de articular un proyecto competitivo con el del PSOE. Cuando se celebren las elecciones de 2012, Arenas sumar¨¢ 19 a?os como aspirante y en su curr¨ªculum pesar¨¢n las tres derrotas electorales acumuladas ante Chaves.

En la encuesta publicada el pasado 28-F, D¨ªa de Andaluc¨ªa, por EL PA?S, el 52% de los ciudadanos opinaba que Arenas no deber¨ªa volver a repetir como candidato del PP a la Junta. En l¨®gica pol¨ªtica, este porcentaje, con el paso de los a?os, tender¨¢ a crecer, no a disminuir.

El patio pol¨ªtico andaluz, se quiera reconocer o no (v¨¦ase el nuevo Gobierno), ha cambiado. Y el PP afronta ahora el reto de adaptarse a los nuevos tiempos. La gesti¨®n de recursos humanos que Arenas ha hecho en el PP andaluz ha propiciado que, con los a?os, los dirigentes m¨¢s valiosos que inicialmente le rodearon se hayan ido aburridos de las deslealtades o de las mutaciones en las preferencias del l¨ªder. Otros, directamente, han sido defenestrados o padecen un arrinconamiento incomprensible.

?El resultado? A la vista est¨¢.