?De qu¨¦ va Feij¨®o?
El acceso a la presidencia de la Xunta de Alberto N¨²?ez Feij¨®o, un momento absolutamente decisivo en su historia personal, ser¨¢ tambi¨¦n un momento hist¨®rico para Galicia. ?ste era el pensamiento subyacente -que a veces emerg¨ªa expl¨ªcitamente- de su m¨¢s que bueno discurso de investidura, presidido por las buenas intenciones, el tono conciliador y la altura de miras. Para que acabe siendo, si no hist¨®rico por lo menos memorable, es de esperar que el fondo siga a la forma y que, ya investido el candidato y pisando terrenos m¨¢s firmes que el alambre electoral, (se) aclarase m¨¢s en los aspectos te¨®ricos.
Por ejemplo, en el Parlamento de Galicia el candidato del PP citaba a ?lvaro Cunqueiro, Vaclav Havel, Couceiro Freijomil, Vicente Risco, Ram¨®n Pi?eiro y a los Irmandi?os (los hist¨®ricos, no los de Beiras). En el mismo d¨ªa y momento hist¨®rico, la FAES, el organismo que agrup¨® a todas las fundaciones del partido, a sus presupuestos y sus subvenciones, privadas y p¨²blicas, colgaba en internet el n¨²mero 95 de sus Papeles. All¨ª, bajo el t¨ªtulo de Las paradojas de la "normalizaci¨®n" del gallego, se deslizan afirmaciones como que "gallego y castellano ya no son (nunca lo fueron) lenguas aparte", o "cuando todo empez¨®, no exist¨ªa el gallego. Lo que hab¨ªa era una suma de variantes ling¨¹¨ªsticas galaicas
El presidente avisa que por las buenas es muy bueno y por las malas, el que lo busca lo encuentra
[?variantes de qu¨¦?, ?del castellano, del lat¨ªn, del indoeuropeo?] que, por comodidad, llam¨¢bamos gallego".
Evidentemente, las citas tienen el valor que tienen: m¨¢s o menos el mismo que las pegatinas en las prestaciones de un coche. Un tuneo superficial con intenciones identificativas. Y del galleguismo, como de Obama, se aprovecha todo. Tampoco los "papeles" que difunde la FAES reflejan el pensamiento oficial de la fundaci¨®n, como se cuida de especificar su p¨¢gina web (aunque es de esperar que los an¨¢lisis sobre reforma laboral o pensiones sean m¨¢s serios), y si esa serie de prejuicios, lugares comunes o medias verdades con un barniz de cr¨ªtica endofilol¨®gica que es Las paradojas no se difundiesen con ese marchamo, ser¨ªan lo que son, una de las conferencias que su autor, el profesor de Literatura Espa?ola Andr¨¦s Freire (efectivamente, un gallego, como manda la tradici¨®n) prodiga en ambientes negacionistas o, como escribe el propio Freire, del "movimiento de liberaci¨®n ling¨¹¨ªstica".
Pero con todas las salvedades que se quieran, ese "contrato con la ciudadan¨ªa" con el que Alberto N¨²?ez Feij¨®o ejemplifica su futura visi¨®n de gobierno, deber¨ªa tener alguna cl¨¢usula especificando qu¨¦ entiende el presidente y/o el PP de Galicia del objeto del contrato, es decir Galicia como pa¨ªs y no como mera entidad territorial que le toca administrar. Algo m¨¢s concreto que ese brindis al sol y a la anglolatr¨ªa (la extendida devoci¨®n popular al conocimiento del ingl¨¦s) que es lo de la ense?anza triling¨¹e, que todos suscribir¨ªamos ya, pero me temo que nuestros hijos y ojos no ver¨¢n. Cierto es que Feij¨®o ha dado pistas. Por ejemplo, de la elecci¨®n de Manuel Ruiz Rivas como portavoz parlamentario del PP -o, para ser justos, de su concreto desempe?o en el debate de investidura- se desprende que el nuevo presidente pretende dejar recado de que por las buenas es muy bueno, pero por las malas, el que lo busca lo encuentra.
Tambi¨¦n en la elecci¨®n de su gobierno hay trazas para la conjetura. El perfil de sus miembros: cuarenta y pico, con la Administraci¨®n como h¨¢bitat. El detalle anecd¨®tico de que la mitad de los conselleiros nacieron fuera de Galicia (sin que ello prejuzgue o menoscabe el "galleguismo" que les exige su cargo). El hecho, ¨¦ste preocupante, de que casi otra mitad (no la misma) sea incapaz de expresarse en gallego (biling¨¹ismo cordial is here to stay?). Todas evidencian que lo que Feij¨®o busca son m¨¢s manos que cabezas, con perd¨®n, y que la representaci¨®n de la instituci¨®n la va a asumir ¨¦l pr¨¢cticamente en solitario. De hecho, la primera promesa del conselleiro de Econom¨ªa e Industria, la de poner 1.000 euros para ayudar a comprar un coche, la ha convertido el presidente en pedirle al ministerio que los ponga ¨¦l.
En caso de duda existencial, los de mi generaci¨®n busc¨¢bamos referencias en el cine. Posiblemente estemos ante la ambig¨¹edad calculada de El paciente ingl¨¦s, la pel¨ªcula favorita de Feij¨®o. El protagonista, el conde L¨¢szl¨® Alm¨¢sy, era en la pantalla un rom¨¢ntico preso de una pasi¨®n imposible, mientras en la realidad fue agente de la Abwehr, el servicio de inteligencia del ej¨¦rcito nazi, asesor de Rommel en ?frica, quiz¨¢ agente doble, y desde luego homosexual. Hoy en Hungr¨ªa le consideran un patriota. O quiz¨¢s estemos ante el m¨¦todo que utilizaba para conquistar a su amada Henri de Toulouse-Lautrec en Moulin Rouge, el film sobre la vida del pintor que dirigi¨® John Huston. Lautrec, deforme y enano desde los 14 a?os, invitaba a la dama a la ¨®pera con el siguiente argumento: "No se preocupe, ciertas princesas de Java se hac¨ªan acompa?ar en p¨²blico por un orangut¨¢n, para que as¨ª resaltara su belleza".
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