Las siete vidas del Espanyol

Sopla fuerte y sin denuedo el Espanyol cuando la necesidad aprieta. Tras darse de bruces con la cruda realidad, la de que su objetivo era preservar la categor¨ªa y no aspirar a cotas europeas, el Espanyol ha dejado de ser un equipo chico, acomplejado y de personalidad ausente. Lo sufri¨® el Sporting, que se las promet¨ªa muy felices hace unos pocos meses pero que se ha anclado en zona de descenso tras no encontrar anoche respuesta alguna al primitivo pero eficaz f¨²tbol directo del Espanyol.

La propuesta del Sporting era bien di¨¢fana. Se presiona en campo propio, con la defensa adelantada y las l¨ªneas apretujadas. Un duelo en apenas 25 metros, sin espacios y sin tiempo para pensar. Justo lo que reclama Iv¨¢n de la Pe?a para cobrar protagonismo y decidir los partidos. Pero al ejercer la presi¨®n en su propia casa, al Sporting le restaron muchos metros por cubrir para cercar el marco opuesto. Una distancia insalvable porque el Espanyol, antes que nada, se abriga de maravilla. Y en El Molin¨®n, encima, solvent¨® su martirio, su deficiencia principal. Marc¨® goles.

Sin florituras, el Espanyol se decidi¨® por la v¨ªa del pelotazo con Iv¨¢n Alonso como receptor. Hasta que se cambiaron los protagonistas, que no la t¨¢ctica. El primer patad¨®n fue de Lo Pelat al movimiento de Luis Garc¨ªa, que la baj¨® al suelo y la cedi¨® atr¨¢s hacia Mois¨¦s Hurtado. ?ste, levant¨® la cabeza y solt¨® otro zapatazo hacia el lado opuesto, donde apareci¨® Nen¨¦ y se invent¨® un gol tan pl¨¢stico como impensado. Una volea con el empeine al palo opuesto, al ¨²nico hueco que exist¨ªa. Rom¨¢n y Callej¨®n, dos sustitutos, remataron la faena en dos contragolpes.

A pesar de Tamudo, que no marca ni a la de tres, y de Kameni, que se enreda en regates in¨²tiles, el Espanyol apale¨® al Sporting y azuz¨® sus sue?os de la salvaci¨®n, a un punto. M¨¢s cerca que nunca.