El peligroso peso de la fama

Hace un a?o, Tom Daley gan¨® un campeonato de Europa de salto de trampol¨ªn cuando s¨®lo ten¨ªa 13 a?os, convirti¨¦ndose en el campe¨®n europeo m¨¢s joven de la historia de ese deporte. Esta semana, cuando le falta menos de un mes para cumplir los 15 a?os, Daley ha decidido abandonar su escuela en Devon, en el suroeste de Inglaterra. El constante acoso escolar al que se ha visto sometido desde que se ha hecho famoso, le ha llevado a tomar una decisi¨®n tan dr¨¢stica.

Algunos de sus compa?eros le han amenazado con romperle las piernas, pero ¨¦l asegura que no se trata tanto de un acoso violento como de una burla constante. "Primero pens¨¦ que ya se cansar¨ªan y alg¨²n d¨ªa dejar¨ªan de hacerlo, pero desde que volv¨ª de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, la cosa ha ido a peor", ha declarado el joven prodigio, Daley no consigui¨® ninguna medalla en Pek¨ªn, pero se convirti¨® en una de las grandes atracciones para los medios brit¨¢nicos durante los Juegos.

"Desde que volv¨ª de los juegos de pek¨ªn la cosa ha ido a peor", dice el joven

"No es algo violento. No es algo que me preocupe. Pero son constantes peque?os comentarios y se ha convertido en algo muy molesto", asegura en unas declaraciones a los medios brit¨¢nicos. "Antes eran sobre todo los chicos m¨¢s mayores pero ahora tambi¨¦n se han sumado los m¨¢s peque?os, que copian lo que ven hacer a los dem¨¢s", a?ade. "Desde luego no voy a dejar de hacer algo que me encanta simplemente porque la escuela est¨¦ llena de gente inmadura", explica. Por eso ha decidido de acuerdo con su padre y entrenador que lo mejor es dejar el colegio. "Son cosas que pasan", explica, resignado.

Tom ten¨ªa un reducido grupo de amigos en la escuela que le apoyaban y proteg¨ªan. Muchas veces se quedaba en clase durante la hora del recreo y otras veces sal¨ªa al patio con sus amigos y buscaban alg¨²n rinc¨®n tranquilo, alejado del resto de alumnos. Pero el acoso ya no s¨®lo se produc¨ªa en el patio, sino tambi¨¦n en el interior del colegio. "Tengo muchos admiradores fuera de la escuela, pero dentro me odian", se lamenta.

Los padres de Tom han culpado al colegio por no poner remedio a una situaci¨®n que han denunciado muchas veces. La directora, Katrina Borowski asegura que se toma "muy en serio el bienestar de los alumnos".