Dos crisis por el precio de una
La mayor¨ªa de los analistas coinciden en que el Pa¨ªs Vasco camina, como el resto de las econom¨ªas de su entorno, por la senda de una importante crisis econ¨®mica y buena parte de la argumentaci¨®n pol¨ªtico-econ¨®mico, como vimos en la campa?a electoral, se devana sobre el falso debate de si aqu¨ª estamos mejor o peor que otros y si la crisis nos afectar¨¢ m¨¢s o menos que a los dem¨¢s.
El riesgo de esta discusi¨®n est¨¦ril no es que la raz¨®n la puedan tener unos u otros, sino que focaliza el debate social en lo accesorio y se aleja de los ejes centrales que giran en torno a las causas, el an¨¢lisis sereno de la situaci¨®n real y los instrumentos de los que disponemos para salir de la misma. De la mano de nuestros bancos y entidades financieras que operan globalmente, estamos inevitablemente inmersos en la crisis financiera internacional y nuestras empresas tienen serias dificultades de cr¨¦dito. A pesar de que el peso econ¨®mico de la construcci¨®n es relativamente bajo (alrededor del 9% del PIB) y que la productividad de la econom¨ªa vasca es de las m¨¢s altas de Europa, nuestras empresas est¨¢n sufriendo como las que m¨¢s la ca¨ªda de la demanda de productos y servicios, consecuencia del par¨®n inmobiliario que es particularmente intenso en Espa?a. Por ¨²ltimo, la ca¨ªda de las expectativas y el consiguiente frenazo del consumo y la inversi¨®n, tanto internos como externos, est¨¢n poniendo en serias dificultades a buena parte de nuestras empresas industriales que dependen de sectores econ¨®mico muy ligados al ciclo econ¨®mico, como la automoci¨®n y sus industrias auxiliares.
Aun sin la crisis mundial, el tejido productivo vasco habr¨ªa tenido que adaptarse
?Qu¨¦ podemos hacer? ?De qu¨¦ instrumentos disponemos para atajar esta situaci¨®n? Ya que no contamos con instrumentos monetarios ni de regulaci¨®n financiera, que est¨¢ en manos de otras administraciones, pongamos en marcha todas nuestras competencias para aprovechar al m¨¢ximo la pol¨ªtica impositiva (con el peque?o margen con el que contamos) y, muy especialmente, el presupuesto p¨²blico para estimular la demanda interna y compensar en la medida de lo posible la demanda privada.
Pero no nos equivoquemos, no se trata de utilizar el presupuesto p¨²blico para mantener el nivel de vida ahora que las cosas vienen mal dadas -todos tendremos que apretarnos solidariamente el cintur¨®n-, ni tampoco de incrementar autom¨¢ticamente el d¨¦ficit porque disminuyen los ingresos. Se trata de realizar una pol¨ªtica ad hoc que abandone la inercia de las pol¨ªticas presupuestarias de los ¨²ltimos a?os y cambie completamente el marco de prioridades, para que nos permita invertir adecuadamente en preparar nuestro futuro. En rom¨¢n paladino: gastar menos en algunos ¨¢mbitos para intensificar el esfuerzo en otros.
Ahora m¨¢s que nunca se trata de realizar una pol¨ªtica intensiva y proactiva de promoci¨®n empresarial para, por un lado, evitar que proyectos empresariales viables y competitivos de largo plazo naufraguen como consecuencia de los avatares coyunturales de la crisis econ¨®mica, y por otro, enfrentar de verdad el gran reto estructural de la econom¨ªa vasca que no es otro que la diversificaci¨®n de nuestro tejido productivo hacia sectores m¨¢s innovadores e intensivos en las personas y su conocimiento.
Aqu¨ª es donde realmente nos hace da?o el zapato, ya que, incluso aunque la econom¨ªa internacional no hubiera entrado en crisis, el tejido productivo vasco habr¨ªa tenido que enfrentar su particular crisis estructural para poder competir de modo sostenible en los mercados globales. Muchas de los productos que fabricamos en Euskadi son de escaso contenido tecnol¨®gico y escasa diferenciaci¨®n, y un pa¨ªs como el nuestro, peque?o, con una poblaci¨®n cada vez m¨¢s cualificada y con mayores aspiraciones, s¨®lo puede ser competitivo si es capaz de buscar los nichos adecuados en los que aplicar todo su potencial innovador. Ya no vale s¨®lo con hacer bien las cosas, porque muchos las hacen igual de bien y pueden hacerlas m¨¢s baratas. La clave est¨¢ en hacer cosas diferentes y/o hacerlas de modo muy singular, ya que ¨¦sta es la ¨²nica manera de que el precio no sea la ¨²nica clave de la competitividad.
La gravedad de la situaci¨®n, exige que el nuevo Gobierno tome medidas de amplio calado, que deber¨ªan empezar por una reforma institucional que dote al departamento de promoci¨®n econ¨®mica (o como se quiera denominar) de una gran capacidad de maniobra y liderazgo. La creaci¨®n de una vicepresidencia para esta materia, como ya se hizo en situaciones anteriores, podr¨ªa ser la f¨®rmula, pero lo importante es que este ¨¢mbito est¨¦ bien dotado de personas y recursos econ¨®micos extraordinarios que pongan encima de la mesa un verdadero plan de est¨ªmulo y diversificaci¨®n del tejido empresarial vasco.
Por si alguno no se hab¨ªa enterado, en el Pa¨ªs Vasco, a falta de una, tenemos dos graves crisis encima de la mesa. La de todos que, aunque nos ha llegado algo m¨¢s tarde, nos va afectar con fuerza y dramatismo como a los dem¨¢s, y la propia que, m¨¢s lentamente, pero sin tregua, nos obliga a innovar o morir. S¨®lo si somos capaces de conjugar ambos retos saldremos reforzados. Espero que el nuevo Gobierno sea capaz de tomar las decisiones trascendentes que precisamos.
I?aki Barredo es economista y socio de Naider.
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