Y un huevo

El gran enigma de Espa?a en estos momentos es la naturaleza de un agasajo en el que el regalador se ha pasado veinte pueblos. ?sa es la expresi¨®n de admiraci¨®n agrimensora que emplea la esposa del se?or Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, para referirse al obsequio navide?o que le hizo llegar ?lvaro P¨¦rez, sin duda m¨¢s conocido como El Bigotes.

En este pa¨ªs, y para abreviar, tan pronto te ponen en un ed¨ªculo como te inmortalizan a cinco columnas y en negrita con un alias vulgar, de rompesquinas. Creo que no se est¨¢ haciendo justicia con este personaje. Veinte pueblos son muchos pueblos. Revela una generosidad catastral, un desenfreno geopol¨ªtico, un frenes¨ª topogr¨¢fico, que contrasta con la avaricia algebraica con que le responde el poderoso Camps: "Yo tambi¨¦n te quiero un huevo". ?Un huevo? ?Veinte pueblos por un huevo! Al margen de lo que dicte la justicia, estamos ante un claro episodio de sadismo minimalista.

Nuestro hombre se desvive por suministrar trajes planchaos, a la medida, con entretelas, para que los jefes pol¨ªticos vayan como pimpollos, sin aquellas arrugas autogestionadas que introdujo la izquierda en la primavera de la transici¨®n para sabotear el protocolo. Est¨¢ claro que, en materia de dise?o textil, el fin justifica los medios. Y ah¨ª est¨¢ El Bigotes, un Maquiavelo de la prestancia, construyendo el poder traje a traje. Tal vez los agasajos navide?os tengan parecida naturaleza. ?Qu¨¦ aguinaldo puede excitar hoy al entorno del poder? Hablan de una pulsera. No. Tiene que ser algo m¨¢s. Algo misterioso. ?lvaro P¨¦rez consigui¨® ese tesoro tras pasarse "veinte pueblos" de la Tierra Media. Ah¨ª est¨¢ la clave. Sin querer, la esposa de Camps revel¨® el enigma. Lo que le quemaba en la mano era el anillo del Se?or de los Anillos. El Anillo del Poder. El Anillo ?nico. No sabemos d¨®nde lo encontr¨® El Bigotes. Pero eso explica que estuviese tantos a?os invisible y en primera l¨ªnea.