Astronautas muy melosos
Un mono blanco y tejido mosquitero para visitar las colmenas de abejas de Mel Muria, en El Perell¨® (Tarragona)
Ya lo avisaba Virgilio en las Ge¨®rgicas: instalada la primavera, las colmenas bullen de actividad. Mayo es el momento ¨¢lgido. Las abejas cuadruplican su n¨²mero, hasta 40.000 por colmena. Y es la mejor excusa para empaparse de un mundo superestructurado gr¨¢vido de sorpresas.
Desde 1881, cinco generaciones avalan la firma Mel Muria en El Perell¨® (Tarragona), primer pueblo productor de miel de Catalu?a. En esta zona pr¨®xima al Mediterr¨¢neo tradicionalmente se compaginaron las faenas agr¨ªcolas con la crianza de abejas.
La visita guiada es una conmoci¨®n indiscutible. Comienza, despu¨¦s del audiovisual, con la explicaci¨®n de los rudimentos de la cultura ap¨ªcola. C¨®mo, por ejemplo, las abejas exploradoras informan de la ubicaci¨®n del mejor n¨¦ctar mediante una danza que tiene en cuenta el ¨¢ngulo que forma el sol, la planta n¨¦ctar y la colmena. Y es que conocer a las abejas es admirarlas. Merced al acristalamiento del patio de luces, hasta los m¨¢s aprensivos pueden curiosear enjambres a medio metro de distancia. Luego llega la degustaci¨®n y el paso por el museo, donde no falta el centenario cazaenjambres.
Humo sedante
Pero lo mejor est¨¢ por venir. Un s¨¦quito de coches parte seguidamente desde Mel Muria hacia las colmenas situadas a cuatro kil¨®metros, en plena campi?a. Son los ni?os los que m¨¢s disfrutan a la hora de enfundarse una especie de mono blanco de astronauta que se prolonga en una m¨¢scara de tejido mosquitero. Inmersos en un silencio sepulcral, el apicultor abre la colmena y acerca a los visitantes los panales rebosantes de abejas enfrascadas en su traj¨ªn, previamente sedadas con el ahumador.
Lo primero que llama la atenci¨®n de los panales son las celdillas hexagonales de cera, de una exactitud asfixiante. Se ve la miel. El polen. No hace falta mirada infantil para sentirse deslumbrado por el reparto de tareas, por la tipolog¨ªa de obreras y z¨¢nganos, improductivos ¨¦stos salvo para copular con la reina; para vislumbrarla se precisa un golpe de suerte. Ni un atisbo de aprensi¨®n hacia aguijones manifiestamente defensivos.
De regreso a la tienda, se impone comprar la miel de romero, de calidad excepcional, y hacerse una foto con la fuente de miel.
Localiza d¨®nde dormir y d¨®nde comer en Tarragona
![Un grupo de ni?os con trajes de apicultor, en Mel Muria.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZQCITSTTMWUS5LPOFPL64Z6BWA.jpg?auth=7fbeefcf196b5dd569d81c88f2821645fec8bd26a8c11d0b1ed758a87396a1ca&width=414)
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