La pr¨®spera coalici¨®n pirata
Una mafia internacional facilita informaci¨®n y medios a los secuestradores somal¨ªes de barcos
Hace tres meses, una avioneta fletada por armadores saud¨ªes sobrevol¨® la cubierta del petrolero Sirius Star en aguas del ?ndico y dej¨® caer en paraca¨ªdas un cilindro met¨¢lico de color rosa con los cerca de dos millones y medio de euros de rescate pagados por la liberaci¨®n del buque, secuestrado en noviembre de 2008.
Los ocho piratas somal¨ªes al cargo del carguero y de sus 25 tripulantes durante las negociaciones recogieron el bot¨ªn, contaron los billetes y saltaron a la lancha del abordaje de regreso a casa, felices, dispuestos a celebrar el ¨¦xito en su guarida de Puntland, al norte de Somalia: la isla Tortuga del siglo XXI.
Los delincuentes no pudieron disfrutar de la vida de lujos y har¨¦n imaginados, pues el oc¨¦ano se hab¨ªa soliviantado por aquellas latitudes y olas tremendas, inmanejables, volcaron la embarcaci¨®n.
Un ej¨¦rcito de unos 1.500 hombres lleva a cabo los distintos abordajes
El bot¨ªn se blanquea en los Emiratos y en otros lugares de Oriente Pr¨®ximo
Cinco piratas murieron ahogados y en los bolsillos de sus cad¨¢veres, envueltos en pl¨¢sticos, fueron encontrados 150.000 euros: la parte al¨ªcuota del bot¨ªn. Los tres sobrevivientes del revelador naufragio, filmado de cerca por la marina norteamericana, tambi¨¦n perdieron el efectivo ca¨ªdo desde el aire en billetes de 100 y 50 d¨®lares, la moneda preferida por los cuatreros del mar.
Capturado el pasado 25 de noviembre, mientras navegaba con una carga de dos millones y medio de barriles de crudo, el superpetrolero ha sido la presa m¨¢s grande de los delincuentes, siempre al acecho de la ruta del golfo de Ad¨¦n, cruzado anualmente por 20.000 buques. Aunque inicialmente reclamaron cerca de 18 millones de euros, el regateo redujo el bot¨ªn a los dos millones y medio del cilindro rosa.
La tormenta que hizo capotar la lancha enlut¨® Puntland, pero ni la muerte de diez vecinos, ahogados o a manos de los marines de Estados Unidos y Francia, tuvo efectos disuasorios sobre los 1.500 piratas divididos en grupos, la mayor¨ªa entre 25 y 35 a?os, seg¨²n el experto keniano Andrew Mwangura. Ayer, estos bandidos del mar capturaron un carguero alem¨¢n de grano de 31.000 toneladas y a sus 17 tripulantes.
Los mercantes pueden evitarles surcando la larga y costosa ruta por Sur¨¢frica o mediante el alquiler de una patrullera de Yemen hasta aguas seguras: 15.000 euros diarios.
El negocio del abordaje, que ha encarecido el precio de los seguros mar¨ªtimos, es tan pr¨®spero -m¨¢s de 150 millones de euros anuales en un pa¨ªs castigado por el hambre- que los ataques se duplicaron durante el primer trimestre de este a?o: 102 contra los 53 del mismo periodo de 2008, seg¨²n la Oficina Mar¨ªtima Internacional (OMI).
?Y la negociaci¨®n? La negociaci¨®n del bot¨ªn, en efectivo o por transferencia bancaria, no s¨®lo es acordada en turbios despachos de abogados de Londres, sino tambi¨¦n en oficinas establecidas en pa¨ªses ¨¢rabes por gente patibularia. Parte del bot¨ªn obtenido llega directamente a los refugios del norte de Somalia, pero una buena tajada se blanquea en cuentas de los emiratos ¨¢rabes y otros lugares de Oriente Pr¨®ximo.
"Hay evidencias de que sindicatos establecidos en el Golfo (P¨¦rsico), varios en Dubai, juegan un papel significativo en la pirater¨ªa", declar¨® Chistopher Ledger, director de la firma de seguridad Idarat Maritime, al diario The Independent.
Las camarillas mafiosas, muy bien organizadas, mueven enormes cantidades de dinero y disponen de tecnolog¨ªa capaz de interceptar comunicaciones y rastrear el cargamento, la nacionalidad, la ruta, e incluso las defensas de los barcos, a fin de preparar su secuestro.
Esos c¨®mplices en la sombra llegaron a experimentar con una pintura, inventada por un alem¨¢n, que dificulta la localizaci¨®n de las lanchas pirata por los radares de largo alcance de los mercantes, seg¨²n el rotativo londinense.
El problema es internacional y las armadoras y tripulaciones tratan de manejarlo con los medios a su alcance. Los piratas del oc¨¦ano ?ndico son la punta del iceberg del problema, porque los grandes tiburones, los padrinos, operar¨ªan desde Dubai, Nairobi o Mombasa: expatriados somal¨ªes o extranjeros de fortuna, disfrazados de hombres de negocios.
Todos ellos tienen su papel en las negociaciones entre los delegados de los delincuentes y de las armadoras: entre la legi¨®n de abogados, mediadores, parientes, clanes tribales, traductores, funcionarios corruptos, t¨¦cnicos en GPS y esp¨ªas implicados en un fen¨®meno complejo. Y la pirater¨ªa no s¨®lo centrifuga el dinero del rescate del barco, sino la minuta de los muchos actores relacionados con el delito.
Las cantidades acordadas con los secuestradores oscilan entre los 200.000 euros de los pesqueros peque?os hasta los dos millones y medio si los armadores son pudientes y sus cargas valiosas, como la transportada, el 25 de septiembre del 2008, por un buque ucraniano: 33 carros de combate de fabricaci¨®n rusa y un arsenal de armas ligeras. "Las negociaciones puertas adentro suelen ser tensas", reconoci¨® James Wilkes, director de la compa?¨ªa de control de riesgos Gray Page. Tensas, pero siempre fruct¨ªferas para los africanos del AK-47 y sus c¨®mplices.
Todos cobran en la negociaci¨®n
Cada participante en el proceso negociador tiene una funci¨®n que cumplir: los mediadores regatean, los abogados garantizan tratos sin vulneraciones legales, los funcionarios corruptos saltan sobre las trabas administrativas y el hombre del malet¨ªn se acompa?a de gente armada, pues alguno fue atacado y muerto al saberse que trasladaba el pago de un rescate.
Todos cobran: los mediadores, cerca de 100.000 euros, los abogados, m¨¢s de 300.000, seg¨²n la complejidad del caso, y las empresas de seguridad, entre 150.000 y 300.000 euros, si la operaci¨®n es peligrosa y son requeridos sus servicios. El proceso arranca cuando los piratas se apoderan de la documentaci¨®n y tel¨¦fonos sat¨¦lites del buque para hablar con los propietarios, de viva voz o por mensajes de texto.
La factura telef¨®nica puede dispararse hasta los 50.000 euros, pues se establecen contactos internacionales a tres o cuatro bandas. Cada uno de los piratas -en ocasiones pertrechados con m¨¢quinas de detecci¨®n de billetes falsos porque han sido timados en alguna ocasi¨®n- recibe la misma cantidad.
Siempre temerarios, dispuestos a jugarse la vida porque apenas valoran la que llevan, salen a la caza de un bot¨ªn que les permitir¨¢ un bienestar imposible para el resto de sus compatriotas y la victoriosa entrada en las tribus que atesoran las mujeres m¨¢s bellas de Somalia, por cuya liberaci¨®n los j¨®venes corsarios tambi¨¦n pagar¨¢n rescate.
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