La misteriosa conjura boliviana
La oposici¨®n pide que Interpol investigue el supuesto compl¨® para asesinar al presidente Evo Morales
Una explosi¨®n atronadora quebr¨® el silencio de Santa Cruz. Despu¨¦s, los balazos restallaron en el hotel Las Am¨¦ricas, en el centro de la capital del oriente boliviano. No hubo gritos. Solo disparos durante 20 minutos.
Horas m¨¢s tarde, en esa ma?ana del 16 de abril, el presidente de Bolivia, Evo Morales, aterrizaba en Cuman¨¢ (Venezuela) para participar en la cumbre bolivariana. "Me informan que esta madrugada ha habido un tiroteo donde han ca¨ªdo tres extranjeros y dos detenidos", anunci¨® en el mismo aeropuerto, escoltado por el venezolano Hugo Ch¨¢vez y el cubano Ra¨²l Castro. Era una trama, dijo, "de la derecha" para atentar contra ¨¦l y el vicepresidente. "Metieron bomba y bala. Resistieron".
Unos testigos dicen que los extranjeros fueron tiroteados a sangre fr¨ªa
Los cad¨¢veres acribillados de Eduardo R¨®zsa Flores, h¨²ngaro-boliviano; ?rpad Magyarosi, h¨²ngaro, y Michael Dwyer, irland¨¦s, yac¨ªan todav¨ªa en la cuarta planta del hotel, desnudos o en calzoncillos. El comando de ¨¦lite se hab¨ªa llevado consigo a La Paz a dos supervivientes: el boliviano-croata Mario Tadic Astorga y a otro h¨²ngaro, Elod Toaso.
Arrancaba as¨ª una de las tramas m¨¢s confusas y tenebrosas de la reciente historia boliviana. No era la primera vez que Evo Morales denunciaba una conjura para asesinarlo. Pero esta vez hab¨ªa tres extranjeros muertos.
Inmediatamente despu¨¦s del asalto, la polic¨ªa hall¨® un arsenal de fusiles y explosivos en el recinto ferial de la ciudad. El comando "de la ultraderecha fascista", dijeron las autoridades, era tambi¨¦n autor del atentado, dos d¨ªas antes, contra la casa del cardenal de Santa Cruz, Julio Terrazas.
El vicepresidente, ?lvaro Garc¨ªa Linera, apunt¨® las bater¨ªas contra los dirigentes de la rica regi¨®n autonomista, basti¨®n de la oposici¨®n a Evo Morales. Las protestas de los cruce?os quedaron ahogadas cuando la televisi¨®n h¨²ngara emiti¨® una entrevista grabada meses antes por Eduardo R¨®zsa, en la que el jefe de los supuestos mercenarios anunciaba que iba a Santa Cruz para ayudar en la defensa de la ciudad y de la autonom¨ªa regional ante un eventual ataque del Gobierno.
El perfil inaprensible de R¨®zsa encaja perfectamente en esta intriga. Hijo de h¨²ngaro y de boliviana, de 40 a?os, estudi¨® Letras en Budapest y Mosc¨². Trabaj¨® para los servicios secretos h¨²ngaros y fue periodista en la guerra de Croacia, donde acab¨® empu?ando las armas, recibi¨® honores y fue acusado de matar a un fot¨®grafo suizo. Se hab¨ªa convertido al islam. Su blog es un escaparate de lo abigarrado de sus creencias: defiende con ardor la causa palestina y a Ir¨¢n, detesta el comunismo y el liberalismo, y cree que Hugo Ch¨¢vez trae "aire fresco". Su amigo Ilich Ram¨ªrez, el famoso terrorista Carlos, lamenta en una p¨¢gina web la muerte de R¨®zsa y rechaza que sea "un sicario de la extrema derecha".
La entrevista de R¨®zsa derrumbaba la tesis del magnicidio ("no me interesa echar a Evo Morales", dice), pero reforzaba la idea de que alguien, en Santa Cruz, pretend¨ªa organizar una especie de "autodefensas" frente a los grupos de choque oficialistas.
Las piezas, sin embargo, no acaban de encajar. La evidencia pericial, el informe de la aseguradora del hotel y el testimonio del administrador contradicen la versi¨®n oficial. El comando dinamit¨® las puertas de las habitaciones 456, 457 y 458 antes de abrir fuego, sin que los hu¨¦spedes tuvieran ocasi¨®n de reaccionar. Todo apunta a que R¨®zsa, Magyarosi y Dwyer fueron v¨ªctimas de una ejecuci¨®n extrajudicial.
Y lejos de ser "el asalto en flagrancia" que esgrime el Gobierno, se trat¨® de una operaci¨®n de precisi¨®n. El circuito de c¨¢maras de vigilancia fue anulado. Alguien accedi¨® al sistema inform¨¢tico del hotel y borr¨® las grabaciones desde el martes 14, d¨ªa en que los extranjeros llegaron al hotel. Tambi¨¦n eliminaron los registros de Internet. Todo ello sin orden judicial. "Es una operaci¨®n de inteligencia de alto nivel, en el m¨¢s puro estilo cubano", dice un experto que pide el anonimato. La fiscal¨ªa cruce?a no pudo intervenir en ning¨²n momento.
Parece ya descartado, adem¨¢s, que el grupo atentara contra el cardenal Terrazas. La noche del ataque, ninguno sali¨® del hotel. "Si quer¨ªan investigar, ?por qu¨¦ liquidaron a esta gente, en lugar de tomarla presa?", se pregunta el presidente del Senado, el opositor ?scar Ortiz. Los l¨ªderes de Santa Cruz, con el gobernador Rub¨¦n Costas a la cabeza, denuncian un montaje del Gobierno contra el movimiento autonomista en un a?o en el que Evo Morales intentar¨¢ ser reelegido en los comicios de diciembre.
Un documento recibido este jueves por el diario La Raz¨®n, firmado por un "comandante Gonzalo" que dice ser parte del grupo, asegura que la seguridad del Estado boliviano contact¨® a R¨®zsa en Espa?a en agosto de 2008.
La oposici¨®n ha exigido la intervenci¨®n de Interpol -que ya ha ofrecido su ayuda- para garantizar una investigaci¨®n fiable. Mientras, el viernes, el Gobierno enviaba un contingente de 1.500 soldados a Santa Cruz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.