?No es ya hora de actuar?
Carta abierta a las autoridades deportivas de Espa?a y el mundo:
?No ha llegado el momento de entrar en acci¨®n? Ya basta. ?Cu¨¢ndo empezaremos a atacar el problema de ra¨ªz en vez de reaccionar con una caza de brujas sobre aqu¨¦llos que hicieron lo que vosotros quer¨ªais y que dieron sus vidas por tan bello deporte como el ciclismo?
En Australia hemos sufrido la muerte de un ciclista cuya vida hab¨ªa quedado destrozada por haber ido demasiado lejos para conseguir el ¨¦xito para su pa¨ªs. Jobie Dajka era un buen chico, quiz¨¢ con problemas. Hoy yace muerto y la prensa sensacionalista se alimenta de su carro?a.
?No sab¨¦is que el problema no reside en las elecciones efectuadas por los ciclistas de forma individual? ?No est¨¢is al tanto de que estos chavales crecen institucionalizados desde ni?os y se les ense?a que s¨®lo hay un objetivo, el de ganar a toda costa? ?Y no sab¨¦is que tanto vosotros como vuestros colegas corren prestos a su lado para adularles cuando obedecen lo que se les manda, cuando acatan la disciplina del grupo y consiguen triunfos para vuestros pa¨ªses?
?Pero por qu¨¦ tan pocos est¨¢is preparados para hacer algo m¨¢s que reaccionar matando al mensajero? ?Crucificar a los chavales! Sab¨¦is perfectamente que es el sistema que administr¨¢is el que les fuerza a hacer lo que hacen.
Jobie se suma a la lista de los muertos, como Marco Pantani y Jos¨¦ Mar¨ªa Chava Jim¨¦nez, abandonados despu¨¦s de que no pudieran soportar el peso de las contradicciones impuestas sobre ellos por el sistema. Un orden establecido que les exige que vuelen a lo m¨¢s alto mientras que al mismo tiempo les condiciona con la amenaza de dispararles en cualquier momento. Son libres como p¨¢jaros para planear en el cielo y alcanzar la gloria. Como los p¨¢jaros, libremente sacrificados con el fin de garantizar la integridad y la protecci¨®n del gobierno o la imagen de una empresa.
Jobie se suma a la lista de aqu¨¦llos a quienes destrozaron la vida, o que van camino de hacerlo, debido a las decisiones que los de m¨¢s arriba "en la cadena alimenticia" tomaron por ellos. En Australia, mi pa¨ªs de origen, me viene a la mente Martin Vinnicombe. En estos momentos, en mi pa¨ªs de adopci¨®n, Espa?a, Alejandro Valverde, otro joven que nos proporciona tantas alegr¨ªas, se enfrenta al mismo destino.
Al menos Espa?a ha cogido el toro por los cuernos, a pesar de todas las inmerecidas cr¨ªticas. Por fin tenemos una investigaci¨®n, la Operaci¨®n Puerto, que no busca culpabilizar a los ciclistas, sino que se ocupa de los camellos y traficantes, los directores, que se sienten muy protegidos dentro del sistema. Deber¨ªa aplaudirse al tribunal espa?ol por el paso dado. Por primera vez estamos tratando el problema de verdad, pero algunos todav¨ªa no lo entend¨¦is. Segu¨ªs con la cantinela de que Espa?a no hace lo suficiente y quer¨¦is colgar a los ciclistas por hacer lo que el sistema espera de ellos. Por ser libres como los p¨¢jaros y crear ese brillo luminoso del que os gusta tanto empaparos, dej¨¢is que se hundan en la miseria de la sociedad s¨®lo porque no encontr¨¢is el valor suficiente para tratar el problema desde el origen.
?Cu¨¢ntos chavales m¨¢s tienen que morir para que abr¨¢is los ojos? ?Cu¨¢ndo nos ayudar¨¦is a amar la bicicleta de nuevo y valorar todo lo que nos aporta?
Martin Hardie es profesor de Derecho. Universidad de Deakin (Geelong, Australia).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.