Fincas muy mejorables
En uno de sus post en El voto con botas -un blog imprescindible-, Ferm¨ªn Bouza daba cuenta de c¨®mo en las encuestas del CIS previas a las ¨²ltimas elecciones se anunciaba ya la derrota del bipartito. A la pregunta "Despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones, ?cree usted que ser¨ªa deseable un cambio de gobierno en Galicia?", casi la mitad de los votantes del BNG y la cuarta parte de los del PSdeG respond¨ªan afirmativamente. Esa cifra da la magnitud de la desafecci¨®n de los votantes de izquierda y nacionalistas con el gobierno de coalici¨®n. Porque esos votantes se autoubicaban a s¨ª mismos a la izquierda: es decir, su descontento no iba en el sentido de que se hubiesen escorado a la derecha sino en el desasosiego por lo insuficiente del cambio.
Para cristalizar, la opini¨®n p¨²blica necesita que sus referentes pol¨ªticos acierten
Es un dato que conviene tener en cuenta en estos momentos. No hay que dejarse impresionar por las apariencias, si uno levanta el dedo para saber la direcci¨®n del viento creo que podr¨¢ percibir que la gente de izquierdas y nacionalista se encuentra con ¨¢nimo vindicativo. Nada que ver con los largos a?os de la era Fraga en la que el des¨¢nimo era cerval. La gente se ha dado cuenta de que hay partido, y de que lo pueden ganar los unos o los otros. La pasividad y ese pesimismo que lo impregnaba todo, como una sustancia viscosa que se adher¨ªa a los cuerpos hasta hacerlos tristes y mortecinos, se han ido quedando por el camino. La sociedad gallega se ha hecho fluida y se ha empoderado, si uno quiere usar ese horrendo palabro que proviene del ingl¨¦s. Le ha cogido gusto a la cosa de mandar a los gobiernos a hacer pu?etas.
Por supuesto, est¨¢ el hecho de que los medios de comunicaci¨®n se mueven en su mayor¨ªa en una l¨®gica que se compadece poco con los procesos de decantaci¨®n ideol¨®gica y pol¨ªtica que han tenido lugar en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Con pocas excepciones la prensa en Galicia es conservadora, tiende a dar voz a la derecha y contribuye a que cristalicen sus opiniones. Dado que, como indican diversas encuestas, sus lectores est¨¢n m¨¢s a la izquierda, a veces se ve obligada a extra?as maniobras de diversi¨®n. Tarde o temprano tal vez pague ese desajuste pero, por el momento, son los gobiernos los que lo hacen. El bipartito -seg¨²n public¨® un informe elaborado por la revista Tempos Novos- se gast¨® m¨¢s de 52 millones de euros en comprarla. No parece que le haya ido muy bien.
Pero la opini¨®n p¨²blica, para cristalizar, tambi¨¦n necesita que sus referentes pol¨ªticos acierten. Y es una verdad apod¨ªctica, absoluta e incontrovertible, que PSdeG y BNG son fincas manifiestamente mejorables. No sobra en ellas el talento. En estos momentos las dos organizaciones est¨¢n sentadas en el div¨¢n, haci¨¦ndose el psicoan¨¢lisis a la b¨²squeda de sus errores. Uno de ellos podr¨ªa expresarse as¨ª: cuando llegaron al gobierno no ten¨ªan ninguna idea concreta de qu¨¦ hacer. Tal vez una o dos pinceladas de programa aqu¨ª y all¨¢ pero, en conjunto, poca cosa. Adem¨¢s, mientras gobernaron no condescendieron a explicar ni sus aciertos ni sus errores -cabe que no supieran distinguirlos-. El p¨²blico suele agradecer que se le d¨¦ algo a cambio de sus entradas.
De modo que, si la oposici¨®n tiene que hacer su papel, no puede tumbarse a la bartola, a esperar c¨®modamente que la Armada Invencible de N¨²?ez Feij¨®o sea derrotada por los elementos. No tengo ni la menor idea de si la gente que forma el nuevo Gobierno es tan lista y bien formada como dicen -una foto de Repelentes Ni?os Vicente educados en colegio privado-, o si se trata s¨®lo de una bola que el tiempo se encargar¨¢ de refutar. Pero de lo que estoy seguro es de que conviene que PSdeG y BNG se estrujen el cerebro si han de ser una oposici¨®n que se oponga. La pr¨®xima estaci¨®n que se les avecina son las elecciones municipales. Es de general asentimiento la idea de que se pueden llevar un batacazo: podr¨ªa ser que a alguien se le ocurriera pensar que los candidatos fuesen simp¨¢ticos, tuviesen ideas y no dieran el aspecto de ser material de derribo.
No cabe duda de que, si la gente ha de animarse a ir a votar, siempre est¨¢ bien que los candidatos pretendan encandilarla, y ofrecerles -que s¨¦ yo- alguna propuesta. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia, nos dec¨ªan de ni?os, y es de suponer que los unos y los otros podr¨ªan renovar sus listas, organizar sus transiciones, incluso ir despidiendo a alguna gente, despu¨¦s de agradecerles sus servicios prestados. Los partidos pol¨ªticos, cu¨¢ndo quieren caer bien, y atraer a la gente, suelen hacer cosas as¨ª. C¨®mo se ve no son grandes cosas, ni es necesaria mucha inteligencia para hacerlas. S¨®lo hay que querer y, eso s¨ª, no dejarse llevar por esa extra?a l¨®gica interna de los partidos. En realidad, podr¨ªan fijarse en N¨²?ez Feij¨®o. Tal vez sea un espejismo de la derecha, pero parece estar haci¨¦ndolo como cualquiera que tuviese sentido com¨²n le dir¨ªa que lo hiciese. Y no se crean: eso, a veces, es un gran logro.
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