"No hay peligro de que salga posando en biquini"

La primera estampa del cambio institucional vasco es esta mujer de sonrisa f¨¢cil y mirada aguamarina, que llega al restaurante acelerada, con algo de retraso y el rubor subi¨¦ndole por las mejillas. Guapa, elegante, madre de cuatro hijos, cercana al Opus Dei y declarada conservadora, Arantza Quiroga ha sobrevivido a la polvareda de sus palabras: "Nunca utilizar¨ªa el preservativo", y a sus 35 a?os se ha convertido en la nueva presidenta de la C¨¢mara vasca. Ella misma crey¨® haber embarrancado en la escandalera, pero el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, no tuvo en cuenta su adhesi¨®n p¨²blica a la doctrina vaticana, refractaria al P¨®ntelo, p¨®nselo.

Dice que la religi¨®n le ayuda a ser mejor y a preocuparse por los dem¨¢s, y que ya sabe que eso no es patrimonio de los creyentes. "La diferencia es que yo creo en la vida eterna y ellos, no", apostilla, divertida, con una sonrisa triunfal. Desde tan ventajista posici¨®n, trata de compaginar sus responsabilidades familiares y pol¨ªticas con una marcada inclinaci¨®n por el principio de autoridad. De hecho, sus hijos -ocho a?os, el mayor-, empiezan a emularla repitiendo eso de "tonter¨ªas, las justas. Y punto". Aunque la prudencia y la sencillez que predica san Mateo parecen guiar sus pasos pol¨ªticos -merece la pena detenerse en las ¨²ltimas palabras de su mensaje: "S¨¦ muy bien cu¨¢ndo se trata de pedalear y cu¨¢ndo hay que ganar carreras para el l¨ªder"-, Arantza Quiroga niega ser persona fr¨¢gil. "Doy una imagen equivocada, soy pragm¨¢tica, me gusta mandar y tengo mucho genio. Si me enfado, soy implacable". Eso no disuelve una timidez cong¨¦nita que le lleva a sonrojarse varias veces a lo largo de la comida.

La presidenta de la C¨¢mara vasca dice que su fragilidad es solo aparente

Cuando en la pasada campa?a los candidatos del PP se ba?aron en La Concha donostiarra, ella acept¨®, obediente, sumergirse en el agua, pero lo hizo completamente vestida. "Es que antes que de fr¨ªo, me habr¨ªa muerto de verg¨¹enza. No, no hay peligro", asegura, "de que pueda aparecer en una revista posando en biquini". ?Hay que creerla cuando sostiene que de jovencita no ten¨ªa ¨¦xito con los chicos? "Yo llevaba escrito en la frente que quer¨ªa un marido, no un novio", explica. En contraste con las relaciones establecidas entre su partido y los socialistas -"no hay amor, s¨®lo sexo", enfatiz¨®, en su d¨ªa, Basagoiti-, la ex concejal de Ir¨²n siempre tuvo claro que deb¨ªa aplicar sus amores a proyectos solventes. Y, sin embargo, el d¨ªa que pudo votar, desech¨® la papeleta del PNV que le ofreci¨® su madre y eligi¨® la del PP, una opci¨®n "maldita" en aquella ¨¦poca. Dice que su militancia en el PP les ha acarreado a sus padres los sinsabores que hasta entonces se hab¨ªan ahorrado con ella.

Tres a?os despu¨¦s, con la carrera de Derecho terminada, ya estaba militando bajo la presi¨®n terrorista que le ha arrebatado varios amigos. Piensa que el cambio es "un lehendakari no sectario, y libertad para nacionalistas y no nacionalistas". Aspira a conservar siempre libre la mirada y a estar abierta a nuevos horizontes. Ahora que ocupa el segundo cargo institucional de Euskadi, sigue pensando que, si pudiera, vivir¨ªa un tiempo fuera de Espa?a, para abordar nuevos retos y volver a empezar. "Hemos venido a este mundo a sufrir, pero hay que procurar endulzarlo", dice. Y se pide la mousse de chocolate.