El pol¨ªtico Cerd¨¤
La Diputaci¨®n de Barcelona revisa en una exposici¨®n la personalidad p¨²blica del urbanista que la presidi¨®
Durante siete meses de 1873, Ildefons Cerd¨¤ (Centelles, 1815-Santander, 1876) fue presidente en funciones de la Diputaci¨®n de Barcelona. Eran tiempos convulsos -se hab¨ªa proclamado la ef¨ªmera primera Rep¨²blica y la tercera guerra carlista pon¨ªa en jaque las nuevas pol¨ªticas progresistas-, por lo que este ingeniero civil hijo de propietarios rurales de ideolog¨ªa liberal tuvo que centrarse en la defensa b¨¦lica sin poder aplicar las muchas reformas administrativas que ten¨ªa en la cabeza, como dividir la provincia en 10 regiones, ni poner en marcha las diferentes obras p¨²blicas, especialmente carreteras y l¨ªneas f¨¦rreas, que so?aba y planeaba.
Del Cerd¨¤ pol¨ªtico habla la exposici¨®n que hasta el 30 de junio puede visitarse, con entrada gratuita, en la sede de la Diputaci¨®n de Barcelona (Rambla de Catalunya, 126). Se trata de una exposici¨®n de peque?o formato que tiene como comisaria a Teresa Navas y cuenta con un interesante cat¨¢logo que ampl¨ªa y pone en contexto los muchos datos que, de manera did¨¢ctica y amena, pueden verse en la sala.
Destacan, en este punto, una clara cronolog¨ªa que contextualiza la vida del urbanista con los principales acontecimientos hist¨®ricos del momento, y tambi¨¦n un entretenido audiovisual realizado con antiguas postales tratadas como si fueran dioramas que permite hacerse una idea de c¨®mo era la provincia de Barcelona en la ¨¦poca en la que la conoci¨® Cerd¨¤: un territorio hermoso pero, en general, mal comunicado, en plena industrializaci¨®n y crecimiento aunque a¨²n sin planes racionales de modernizaci¨®n.
Esta primera aproximaci¨®n a la vida y obra del urbanista que dise?¨® el Eixample de Barcelona, de cuyo plan se celebra este a?o los 150 a?os de su aprobaci¨®n, pone el foco en sus ideas reformadoras y cient¨ªficas respecto a la mejora de las comunicaciones (estaba fascinado con el ferrocarril, al que ve¨ªa como un instrumento para mejorar la calidad de vida de los trabajadores); el higienismo (la mortalidad en Barcelona era mayor que la de Londres); la organizaci¨®n territorial y, por supuesto, sus ideas liberales, que se comprometi¨® a defender incluso de manera activa al afiliarse durante sus a?os de estudiante en Madrid a la Milicia Nacional, cuerpo civil dedicado a la defensa de los principios de la revoluci¨®n liberal, a la que se mantendr¨ªa vinculado toda su vida.
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