Aqu¨ª hay empleo, por orden del se?or alcalde
La explosi¨®n del paro lleva a inventar trabajos subsidio contracualquier estrategia coherente - Algunos pol¨ªticos ponen parches sin medidas de fondo que creen aut¨¦ntica econom¨ªa de futuro
Con el r¨¦cord hist¨®rico ya de cuatro millones de parados en Espa?a, las administraciones buscan soluciones express debajo de las piedras. Gobiernos aut¨®nomos y ayuntamientos se han lanzado a crear puestos de trabajo para desempleados, sobre todo para ese mill¨®n que ya no cobra prestaci¨®n alguna, a cuenta de las arcas p¨²blicas.
De parados que hacen encuestas en las playas, a otros que trabajan en obras o cuidan a personas mayores, el abanico de planes incluye unos empleos m¨¢s productivos que otros, con m¨¢s l¨®gica econ¨®mica que otros, pero que, en general, levantan ampollas en los discursos del pensamiento liberal. Son tareas de tiempo limitado, a veces de apenas seis meses, y de productividad desigual. Pero paran el golpe de la exclusi¨®n social en un momento en que ya un mill¨®n de desempleados ha dejado de cobrar cualquier prestaci¨®n. ?Son empleos artificiales? Depende. ?Pan para hoy y hambre para ma?ana? Tambi¨¦n depende. Si la ortodoxia hace agua con los bancos y las empresas, ?por qu¨¦ no habr¨ªa de aflojar el pu?o con los ciudadanos?
Alrededor de un mill¨®n de personas en Espa?a ya no cobran subsidio
No todos los contratos que se firman son igual de productivos
Para algunos empresarios hay medidas que son s¨®lo cataplasmas
Los ayuntamientos tratan de evitar la exclusi¨®n social de los m¨¢s d¨¦biles
El municipio c¨¢ntabro de Pi¨¦lagos, con 20.000 habitantes, ha visto dispararse la tasa de paro de la poblaci¨®n activa unos seis puntos, hasta el 8,48% (a¨²n muy baja) en un solo mes, de enero a febrero. Su alcalde, Jes¨²s ?ngel Pacheco, entre otros planes, ha pedido subvenciones para dar trabajo a una cincuentena de parados de distinta cualificaci¨®n para todo un rosario de funciones: 15 para arreglar caminos y 12 para la limpieza de r¨ªos. Adem¨¢s, seis para labores de "participaci¨®n y dinamizaci¨®n social" -realizar¨¢n estudios para la alcald¨ªa sobre las necesidades del pueblo, aclara Pacheco-. Otra decena de t¨¦cnicos para un programa llamado Creciendo juntos que estudiar¨¢ las nuevas necesidades del Ayuntamiento; ocho m¨¢s para tareas de recuperaci¨®n del medio natural. Y, por ¨²ltimo, cuatro educadores y t¨¦cnicos estudiar¨¢n las inquietudes de los j¨®venes y dise?ar¨¢n nuevas actividades. De forma descriptiva, este ¨²ltimo plan se llama La mar de cosas.
Estos nuevos empleos tendr¨¢n una duraci¨®n de cinco meses. ?Vale la pena? El director del Instituto de Estudios Econ¨®micos, Juan Iranzo, responder¨ªa que no. "No puedo estar m¨¢s en desacuerdo con la generaci¨®n de este tipo de empleos artificiales, porque desincentiva la creaci¨®n de puestos de trabajo reales en la econom¨ªa competitiva y malgastan recursos que se deber¨ªan destinar a proyectos de infraestructuras de energ¨ªa o agua, por ejemplo", sostiene.
Pero el alcalde c¨¢ntabro explica sin remilgos la finalidad de sus proyectos: "Estamos de acuerdo en que esto no es una mina, que no estamos fabricando coches, pero van dirigidos a personas que han dejado de cobrar el paro y dan un respiro a muchas familias durante unos meses, mientras la econom¨ªa se recupera. As¨ª evito que muchos dejen de pagar el alquiler, o las hipotecas".
Muchas veces no son empleos de alto valor a?adido, pero se ajustan a los sectores m¨¢s castigados por la crisis.
La creaci¨®n de empleo para parados ha sido una constante de los ayuntamientos desde hace a?os, pero la novedad es que ahora se prima a aquellos que han dejado de cobrar la prestaci¨®n por desempleo. El Gobierno de Castilla-La Mancha anunci¨® la semana pasada que impulsar¨ªa 11.000 contratos -de al menos tres meses de duraci¨®n y un sueldo m¨ªnimo, de 865 euros mensuales- para parados sin prestaci¨®n, con el fin de que volviesen a cotizar y a recuperar sus derechos. Las funciones: obras, jardiner¨ªa y asistencia social; y el coste p¨²blico: entre 30 y 32 millones de euros.
"Nosotros ten¨ªamos una urgencia (58.000 de los parados castellano-manchegos no tienen ya cobertura) y pod¨ªamos hacer dos cosas: concederles un subsidio o darles la oportunidad de un trabajo y una cotizaci¨®n, y optamos por esto ¨²ltimo porque genera un retorno a la comunidad", explica la consejera de empleo de Castilla-La Mancha, Mari Luz Rodr¨ªguez. Es a lo que su presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, se refer¨ªa cuando hablaba de lograr "que no haya lunes al sol". "Claro que tiene l¨®gica econ¨®mica dar trabajo a la gente mientras salimos del paso", remacha la consejera.
?ste no es un debate de economistas versus pol¨ªticos, ni de populismo frente a realismo.
La eficiencia econ¨®mica tambi¨¦n requiere dosis de justicia social para ser viable, aclara Ant¨®n Costas, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Barcelona. "No estoy en contra de este tipo de planes, porque es necesario hacer algo. La sociedad no puede tener sensaci¨®n de injusticia, no pueden ver que s¨®lo se ayuda a los bancos. Es pol¨ªtica y socialmente necesario tomar este tipo de medidas, para contener la presi¨®n social".
Los economistas tienden a teorizar muchas veces "en vac¨ªo", sin considerar si todas esas ideas brillantes que se les ocurren en sus servicios de estudios puede traducirse a la realidad, opina Costas. "Las soluciones que se les ocurren a los economistas, no s¨®lo deben ser l¨®gicas, tambi¨¦n deben ser realistas y aplicables", resume.
La anomal¨ªa no es ¨²nica en Espa?a. El an¨¢lisis de la secci¨®n Focus del ¨²ltimo n¨²mero de The Economist tambi¨¦n hac¨ªa referencia a esta tendencia en su ¨²ltimo n¨²mero, el 18 de abril. El art¨ªculo, La maldici¨®n de los pol¨ªticos, advert¨ªa de que la crisis -se refer¨ªa s¨®lo a la financiera- pod¨ªa eternizarse porque los remedios "m¨¢s eficientes" resultaban "pol¨ªticamente intragables". Y pon¨ªa varios ejemplos. Con los votantes soliviantados por los excesos de los banqueros americanos, el Gobierno de Barack Obama prefiere poner en marcha una serie de seguros para los activos bancarios depreciados -cuando los economistas prefieren ayudas transparentes, frente a los "subsidios encubiertos", m¨¢s eficientes- porque desatan menos recelos que las ayudas entre los ciudadanos, precisamente por no ser tan transparentes.
"No es demagogia, la sensaci¨®n de justicia es necesaria para el buen funcionamiento de la econom¨ªa, porque nadie acepta ning¨²n sacrificio para ayudar a salir de la crisis si siente que todo el coste del problema recae sobre sus hombros sin compartirlo con los dem¨¢s", remacha Costas.
La cuesti¨®n, al final, estriba en qu¨¦ tipo de empleos se busca crear con los recursos p¨²blicos, porque no tiene la misma utilidad un empleo de encuestador que una persona que construye una nueva infraestructura b¨¢sica para la ciudad.
La consejera catalana de Trabajo, Mar Serna, sostiene que su objetivo pol¨ªtico es vincular la formaci¨®n a la empleabilidad futura a trav¨¦s de los ayuntamientos en sectores "estrat¨¦gicos" como las energ¨ªas renovables, la rehabilitaci¨®n o el cuidado a las personas dependientes, que se espera que generar¨¢n puestos de trabajo cuando pase la crisis. "Muchos alcaldes te piden fondos para peque?as obras y ¨¦se no es el objetivo. Pero, por ejemplo, si te piden recursos para formaci¨®n en biomasa puedes acabar creando una cooperativa", apunta.
Catalu?a invirti¨® 115 millones de euros el a?o pasado en la promoci¨®n por el empleo e impuls¨® la contrataci¨®n de cerca de 13.000 personas. De ¨¦stos, unos 3.000 desempe?aron trabajos forestales, mejora de equipamientos p¨²blicos, actividades de ocio infantil, entre otros. Unos 86.000 desempleados en Catalu?a ya no reciben prestaci¨®n.
Lorenzo Bernaldo de Quir¨®s, asesor del Instituto de Estudios Econ¨®micos y socio de Freemarket International, vaticina cinco millones de parados para este a?o y le parecen un "derroche" de dinero p¨²blico estas iniciativas. "Estos empleos son artificiales, subvencionados, no producen nada para la comunidad. No son productivos y s¨®lo sirven para dar tranquilidad a los pol¨ªticos", protesta este economista.
Tambi¨¦n tira piedras contra el plan de desarrollo local dotado de 8.000 millones que lanz¨® el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con los que pretend¨ªa crear 300.000 empleos este a?o, ya que "s¨®lo sirve para consolidar el desequilibrio de un sector (la construcci¨®n) que necesita un ajuste", seg¨²n De Quir¨®s. "Nuestros hijos pagar¨¢n m¨¢s impuestos".
Cuando se le pregunta por ello, el economista no ve tantas diferencias respecto al fantasma del subempleo encubierto del r¨¦gimen sovi¨¦tico, obsesionado con lograr la ausencia total de paro. Algunas cr¨®nicas sobre la antigua URSS recogen c¨®mo en algunos hoteles varios trabajadores uniformados desempe?aban funciones que en Occidente corresponder¨ªan a un solo puesto o no tendr¨ªa siquiera equivalente, como por ejemplo, varios vigilantes en cada rellano del establecimiento. En 1988 se calculaba que m¨¢s de 10 millones de sovi¨¦ticos desempe?aban trabajos innecesarios.
Pero esto no es la URSS. El teniente de alcalde de Desarrollo Econ¨®mico de Benic¨¤ssim, Ram¨®n ?lvarez, est¨¢ totalmente en desacuerdo con que este tipo de proyectos sean improductivos. "?C¨®mo va a ser improductivo dar trabajo al alguien, al menos un a?o? Es transitorio, hasta que el mercado cree empleo de futuro".
Algunos proyectos dan sus frutos. Este Consistorio, por ejemplo, cre¨® el a?o pasado un taller de formaci¨®n en jardiner¨ªa para 15 alumnos con discapacidad. Una vez completada la formaci¨®n, ocho de ellos han montado una cooperativa y han dado trabajo al resto. "Nosotros les ayudamos a constituirse legalmente, y a presentarse ante las empresas, y ya tienen varios contratos", explica ?lvarez.
Pone m¨¢s ejemplos. De las 10 mujeres a las que formaron como auxiliares de geriatr¨ªa durante todo el a?o pasado, con un sueldo de unos 900 euros mensuales, se ha logrado posteriormente el "pleno empleo".
El reto de los gobiernos, central, aut¨®nomos y municipales, es tener la amplitud de miras suficientes para actuar tanto en el corto como en el largo plazo. La consejera de Trabajo e Igualdad de la Junta de Extremadura, Pilar Lucio, defiende esta direcci¨®n y asegura que su plan de Apoyo al Empleo Local (dotado con 48 millones de euros) con el objetivo de emplear a personas que han perdido el subsidio se combina con medidas de largo plazo. "Tenemos la obligaci¨®n de pensar en las medidas estrat¨¦gicas que ayuden a cambiar el modelo econ¨®mico y en soluciones que pal¨ªen las situaciones extremas. Una comunidad socialista no puede dejar que haya personas sin ninguna cobertura, aunque paralelamente aprobemos tambi¨¦n ayudas para las empresas para que, por ejemplo, conviertan de temporales a fijos a sus trabajadores", se explaya Lucio. Los grandes ayuntamientos tambi¨¦n impulsan sus planes. El de Barcelona acaba de renovar el Pacto por el Empleo que, entre otras medidas, impulsar¨¢ la creaci¨®n de 4.000 puestos de trabajo en servicios log¨ªsticos, de asistencia social y construcci¨®n, con un presupuesto de 22 millones de euros. Y el presupuesto municipal de empleo del Ayuntamiento de Madrid, muy centrado en la formaci¨®n, alcanza los 36,1 millones de euros.
Una particularidad de todos estos planes estriba en que no se selecciona al personal por su capacitaci¨®n, sino que priman las cargas familiares y la situaci¨®n de carest¨ªa, lo que deja claro que no son empleos generados por la l¨®gica del mercado laboral. "No, no lo son, pero es que son trabajos b¨¢sicos, no estamos seleccionando a todos esos fen¨®menos que nos han llevado a la situaci¨®n de crisis en la que estamos", responde molesto el teniente de alcalde de Benic¨¤ssim. S¨ª concibe las cr¨ªticas que hacen las patronales y una parte de los economistas, pero "es que ellos hablan de otras cosas, de ratios, de rentabilidad, de empresa, y aqu¨ª hay que hacer tambi¨¦n pol¨ªtica para la gente", corroborando, con otras palabras, el imperativo de justicia social del que habla el catedr¨¢tico Ant¨®n Costas y al que se debe el pol¨ªtico.
Y es que, preguntado por la utilidad de estos planes de empleo p¨²blicos, el presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, Juan Rosell, responde lac¨®nico: "Son cataplasmas", para reivindicar acto seguido una profunda reforma laboral -de nuevo, la reforma- que abarate el despido para facilitar la creaci¨®n de empleo. Rosell tambi¨¦n reclama, incluso en la actuaci¨®n crisis, m¨¢s control del gasto p¨²blico: "Los empresarios podemos decir estas cosas porque no nos presentamos a las elecciones". Exactamente.
"Esto me abre puertas"
Elena Ballard no est¨¢ ahora preocupada por el fantasma del "pan para hoy, hambre para ma?ana". Ingeniera Forestal, de 28 a?os, llevaba nueve meses en paro y hab¨ªa agotado ya su subsidio cuando se inscribi¨® al plan de limpieza de bosques que puso en marcha el Gobierno catal¨¢n tras los vendavales del mes de enero.
Ahora forma parte del equipo de coordinaci¨®n de los 74 grupos que arreglan las zonas de bosques afectadas por aquel temporal para evitar los riesgos de incendio. Cobra unos 2.000 euros brutos al mes.
La dicha de tener un trabajo acorde a su formaci¨®n durar¨¢ s¨®lo tres meses. "S¨ª, es un contrato corto, pero bueno, estoy bastante contenta porque me permite conocer a gente del sector, aprender y tener experiencia, as¨ª que yo creo que me abre puertas". El empleo del sector privado tampoco es para ella garant¨ªa de estabilidad. En su ¨²ltimo trabajo, en una consultor¨ªa de ingenier¨ªa, acumul¨® dos contratos temporales hasta que la compa?¨ªa ten¨ªa que hacerla fija. Entonces miraron la cartera de pedidos, no vieron suficiente trabajo, y prescindieron de ella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.