Elogio un¨¢nime en el Congreso

"Es un artista consagrado", asegura Joan Ridao (ERC). "Es un conservador que rompe clich¨¦s", explica Joan Herrera (ICV). "Me ha gustado su dominio de la escena, del ritmo y de los gestos para interpretar un discurso", a?ade Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa (PP). "?Qu¨¦ carisma!", se admira Ana Torme (PP). "Tiene un buen manejo de la ret¨®rica", concluye Jos¨¦ Antonio Alonso (PSOE). A casi todos, Nicolas Sarkozy les dej¨® con la boca abierta en el Congreso. Por la forma, como queda dicho, y tambi¨¦n por el fondo, porque dijo, precisamente, lo que todos quer¨ªan escuchar y lo que halaga los o¨ªdos de los partidos: en¨¦rgico en la lucha contra ETA y el crimen organizado, dispuesto a desbloquear infraestructuras de conexi¨®n y firme defensor de la presencia de Espa?a en el G-20.

El presidente franc¨¦s, seg¨²n uno de los portavoces, transmite energ¨ªa en cada uno de sus gestos. Incluso en el protocolario apret¨®n de manos.

Tambi¨¦n lo transmiti¨®, seg¨²n varios diputados de a pie, en la interpretaci¨®n de un discurso que llevaba escrito, pero que se salt¨® a la torera para hacerlo a su manera, moviendo cada m¨²sculo de su cuerpo en los sucesivos bamboleos con que enfatiza cada frase. Y entremedias, alg¨²n gesto de complicidad a su esposa, Carla Bruni, que sigui¨® la sesi¨®n en lugar preferente de la tribuna de invitados.

Todos le aplaudieron en pie al acabar, despu¨¦s de interrumpirle en varias ocasiones, con distinto grado de intensidad, desde la unanimidad cuando mencion¨® la lucha contra el terrorismo a la tibieza o indiferencia de la bancada del PP cuando habl¨® del cambio clim¨¢tico y la izquierda le aplaudi¨®.

Sin auriculares

Zapatero y Rajoy le escucharon atentos, sin auriculares de traducci¨®n simult¨¢nea. En los saludos protocolarios a su llegada, el presidente franc¨¦s fue significativamente efusivo en p¨²blico con el ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, y luego, dentro del Congreso, con el portavoz socialista, Jos¨¦ Antonio Alonso. Con ambos colabor¨® estrechamente cuando era ministro del Interior. Tras marcharse Sarkozy, los portavoces, en un corrillo al que se sum¨® activamente Rajoy, se quedaron hablando de tacones, vestidos y fotos en las portadas de los peri¨®dicos. La de ayer es la tercera vez en tres a?os que un jefe de Estado interviene en el hemiciclo y la primera de uno de lengua no espa?ola. Antes lo hicieron el mexicano Felipe Calder¨®n y la argentina Cristina Fern¨¢ndez.

Por la tarde, visit¨® el Congreso el presidente colombiano, ?lvaro Uribe, y no hubo ni alfombra roja ni tantos diputados ni tantos honores y elogios.