...Y Michelle, tambi¨¦n
Corrieron r¨ªos de tinta sobre sus atl¨¦ticos b¨ªceps. ?Debe una Primera Dama mostrar tanto hombro y tanto brazo? Huelga decir que hubo respuestas para todos los gustos y debemos informar de que la Primera Dama sigue presumiendo de torneados brazos. Se intent¨® fabricar una crisis diplom¨¢tica cuando la esposa del presidente puso su brazo afectuosamente sobre la reina de Inglaterra. El mismo palacio de Buckingham quit¨® peso al asunto y se neg¨® a entrar en qui¨¦n abraz¨® primero a qui¨¦n.
Definida como la "nueva Jacqueline Kennedy", Michelle Obama no ha perdido el tiempo en sus primeros 100 d¨ªas en la Casa Blanca. Resulta casi imposible que cada semana no est¨¦ su nombre y figura en alguna revista en los quioscos de EE UU. Fue portada de The New Yorker. La multimillonaria y famosa estrella de televisi¨®n Oprah Winfrey rompi¨® la tradici¨®n y comparti¨® la cubierta de su revista del mismo nombre con la mujer de su amigo Obama. Pero el trabajo de Primera Dama no tiene contrato, as¨ª que cada esposa ha hecho lo que ha querido o podido.
Si Hillary Clinton trat¨® en vano de instaurar un sistema sanitario universal en el pa¨ªs y Nancy Reagan se dedic¨® a luchar contra las drogas, Michelle -como todo el mundo gusta llamarla, sintiendo as¨ª que puede ser su vecina o su amiga- parece tener una agenda propia, y no descuidar su funci¨®n de progenitora hasta visitar a las tropas que parten a Irak y Afganist¨¢n o hincar la rodilla para plantar un huerto ecol¨®gico en la mism¨ªsima Casa Blanca y abogar por una dieta m¨¢s sana. Sin olvidarse de pasear al perro Bo, conocido planetariamente.
Ella misma gusta presentarse no como una celebridad que aparece en la revista Vogue -aunque haya aparecido-, sino como una mujer pegada a la tierra, conocedora de los problemas que vive el ciudadano medio estadounidense. Que son muchos. Antes de dejar su hogar en Chicago y trasladarse a Washington, Michelle Obama ganaba un sueldo muy superior al de su marido. Marido que por cierto conoci¨® siendo su becario. Michelle ha renunciado ahora a la mujer profesional y competente que sol¨ªa ser. O quiz¨¢s no. Quiz¨¢s, s¨®lo al sueldo.
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