"Si Ir¨¢n consigue la bomba, hay peligro de efecto domin¨®"
El relevo del egipcio Mohamed El Baradei, que dejar¨¢ en noviembre el cargo de director general del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), ha abierto un nuevo y fundamental frente de batalla entre Occidente y los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. La lucha por el control de la estrat¨¦gica agencia -encargada, entre otras cosas, de vigilar el programa nuclear iran¨ª- acab¨® en tablas en la primera votaci¨®n, en marzo. Occidente y los pa¨ªses industrializados apoyaron al candidato japon¨¦s, Yukiya Amano; los dem¨¢s respaldaron al surafricano Abdul Samad Minty. Ninguno logr¨® el qu¨®rum de dos tercios. El fracaso de ese proceso abri¨® un plazo de un mes para nuevas candidaturas. Ahora hay cinco competidores, entre ellos el espa?ol Luis Ech¨¢varri (Bilbao, 1949), que dirige la Agencia para la Energ¨ªa Nuclear de la OCDE.
"El OIEA prepara informes para que la pol¨ªtica tome sus decisiones"
"Las votaciones de marzo, efectivamente, han reflejado una divisi¨®n que hay que superar para que la agencia desarrolle una pol¨ªtica consistente", observa Ech¨¢varri, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Par¨ªs. "Nuestra candidatura trata precisamente de definir un papel para la agencia que beneficie a todo tipo de pa¨ªses". En juego est¨¢ la eficacia de un organismo que ha sido uno de los epicentros de la escena pol¨ªtica internacional en esta d¨¦cada, y objeto de grandes fricciones.
La candidatura de Ech¨¢varri intenta buscar una mediaci¨®n entre los bloques enfrentados. Entre el mundo anglosaj¨®n, que quiere una direcci¨®n de perfil t¨¦cnico, y los pa¨ªses que creen en un perfil pol¨ªtico. La interpretaci¨®n del papel de direcci¨®n que dio El Baradei le vali¨® al egipcio un premio Nobel para la Paz -en 2005, junto con la agencia- y la vibrante animadversi¨®n de la Administraci¨®n Bush. El Baradei, encargado por la ONU de la b¨²squeda de armas de destrucci¨®n masiva en el Irak de Sadam Husein, no aval¨® las acusaciones estadounidenses y no se atuvo al papel exquisitamente t¨¦cnico al que Washington quer¨ªa limitarle.
La herencia de El Baradei deja sobre la mesa la dicotom¨ªa t¨¦cnico-pol¨ªtica. "No creo en esa divisi¨®n", se pronuncia Ech¨¢varri. "El cargo implica los dos perfiles. Es t¨¦cnico, porque tiene que manejar una instituci¨®n con un alto perfil t¨¦cnico. Eso no significa que no tenga que tener la capacidad pol¨ªtica de entender lo que pasa en el mundo. El director debe tener las dos visiones, pero no tiene que entrar en discusiones pol¨ªticas globales. La funci¨®n del OIEA son las inspecciones y preparar los informes para que la pol¨ªtica tome sus decisiones".
El propio recorrido profesional de Ech¨¢varri avala su perfil de candidato de mediaci¨®n. Ingeniero industrial de formaci¨®n, cuenta con una larga trayectoria en el sector, en el Consejo de Seguridad Nuclear espa?ol y, desde 1997, como director de la Agencia Nuclear de la OCDE. Este ¨²ltimo cargo a?ade experiencia pol¨ªtica a su perfil t¨¦cnico.
As¨ª, a la divisi¨®n entre quienes ven el OIEA como una herramienta para impulsar el desarme y quienes -los que ya poseen armas nucleares- lo ven como un guardi¨¢n contra la proliferaci¨®n, Ech¨¢varri opone una plataforma que pretende responder a los intereses de todos. "No veo por qu¨¦ hay que hacer una contraposici¨®n. Est¨¢ en el inter¨¦s de todos una cooperaci¨®n t¨¦cnica que facilite el acceso a la energ¨ªa nuclear de manera transparente y segura a los pa¨ªses que lo quieran. Y la no proliferaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ en el inter¨¦s de todos, no s¨®lo de las grandes potencias. Ambas funciones son pilares de la misi¨®n de la agencia".
M¨¢s contundente se muestra el candidato espa?ol sobre Ir¨¢n y Corea del Norte, los asuntos que definir¨¢n la pr¨®xima direcci¨®n. "El riesgo es que Corea del Norte e Ir¨¢n desaten una carrera nuclear. Si Ir¨¢n consigue el arma, hay peligro de efecto domin¨® en la regi¨®n", alerta Ech¨¢varri. "Ambos pa¨ªses han subvertido el Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP). Corea, al haberse aprovechado de ser miembro del tratado para tener acceso a mucha tecnolog¨ªa e informaci¨®n y luego salirse del pacto y hacer pruebas con armas nucleares. Ir¨¢n, por haber desarrollado un programa nuclear clandestino durante much¨ªsimos a?os". "Ambos tienen derecho a las actividades nucleares", aclara Ech¨¢varri, "incluyendo el enriquecimiento del uranio. Pero deben estar sujetos a las normas de transparencia. Son dos pa¨ªses que se han automarginado porque han tomado actitudes inaceptables dentro de la legislaci¨®n internacional".
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