No es racista lo que se define como tal
La primera p¨¢gina de EL PA?S del 25 de abril sorprende al lector con una nota que lee como sigue: "El primer brote de racismo en la crisis". Cuando se va al texto en p¨¢gina 27, resulta que es la protesta l¨®gica y razonable de unos trabajadores espa?oles que se opon¨ªan a que la empresa contratara a nuevos trabajadores pag¨¢ndoles un sueldo menor.
El hecho de que estos ¨²ltimos no fueran espa?oles parece haber llevado al redactor del t¨ªtulo a la conclusi¨®n err¨®nea de que la causa de la oposici¨®n era la raza de los inmigrantes a los cuales se les pagaba menos. Pero nada hay en el texto que permita deducir que esta oposici¨®n fuera una expresi¨®n racista o que la raza fuera un elemento en la justa protesta de los trabajadores.
Puesto que esta situaci¨®n ser¨¢ una constante a partir de ahora, es importante que la prensa no deforme la informaci¨®n a?adiendo le?a al fuego.
Esta situaci¨®n en la que el empresariado intenta aprovechar las vulnerabilidades de los inmigrantes, ofreci¨¦ndoles menores salarios y peores condiciones de trabajo, crear¨¢ gran resistencia (l¨®gica y justa) por parte de los trabajadores espa?oles. La misma protesta (tambi¨¦n l¨®gica y justa) aparece cuando se le exige a los barrios obreros que absorban (en las escuelas y en la disponibilidad de servicios) los costes de la integraci¨®n de los inmigrantes que tienen culturalmente mayores dificultades de integraci¨®n.
Catalogar a estas protestas autom¨¢ticamente como racistas es negar la justicia de su causa. Ni que decir tiene que esta situaci¨®n es un caldo de cultivo para el racismo, aprovechado por las fuerzas xen¨®fobas que intentan capitalizar sobre este hecho.
Ahora bien, la oposici¨®n que aquellos trabajadores de Vizcaya mostraron a que se trajeran trabajadores inmigrantes a los que se pagaba menos no puede, en s¨ª, definirse como racista.
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