El virus mata el sue?o de M¨¦xico
La gripe golpea al pa¨ªs cuando intentaba capear la crisis y mejorar su imagen en el exterior - Naciones latinoamericanas restringen los viajes a la capital
La imagen no tiene desperdicio. Un grupo de polic¨ªas federales armados hasta los dientes presenta ante la opini¨®n p¨²blica a El Caramuelas, uno de los jefes del temible cartel de Los Zetas m¨¢s buscado por la justicia mexicana y por la DEA, la agencia antidrogas norteamericana. Llama la atenci¨®n que en este pa¨ªs tan concentrado hasta ahora en su lucha vital contra el narcotr¨¢fico, la captura de un sujeto tan principal apenas ocupe un rinc¨®n en los principales diarios. La respuesta est¨¢ en la misma fotograf¨ªa: tanto los aguerridos federales como el dichoso Caramuelas llevan tapadas nariz y boca con las mascarillas azules contra la gripe.
El virus ha llegado en el peor momento. M¨¦xico no disfrutaba de una situaci¨®n c¨®moda, pero despu¨¦s de unos meses de espanto -el atentado narcoterrorista de Morelia, el sospechoso accidente a¨¦reo del secretario de Gobernaci¨®n, los cientos de muertos provocados por el narcotr¨¢fico-, el pa¨ªs empezaba a levantar cabeza. La reciente y c¨¢lida visita de Barack Obama -justo unos d¨ªas antes de conocerse la alerta sanitaria- no report¨® al pa¨ªs medidas r¨¢pidas ni concretas, pero s¨ª insufl¨® al Gobierno de Felipe Calder¨®n una buena dosis de ox¨ªgeno para insistir en sus proyectos m¨¢s acuciantes: la lucha contra el narcotr¨¢fico, la limpieza de una polic¨ªa tradicionalmente corrupta, la articulaci¨®n de una pol¨ªtica econ¨®mica que amortiguara los efectos de la crisis mundial, la obtenci¨®n por parte de EE UU de una reforma m¨¢s humana de su ley migratoria...
Se trataba de lograr de EE UU una reforma migratoria m¨¢s humana
Los ciudadanos carecen de informaci¨®n clara sobre c¨®mo actuar
Los empresarios se preguntan si deben seguir con sus negocios cerrados
"Me ha impactado el sosiego y respeto de la gente", dice el embajador espa?ol
Todo eso ha quedado ya sepultado bajo millones de mascarillas azules y un manto muy pesado de miedo y de tristeza. Las im¨¢genes de M¨¦xico que recorren el mundo no pueden ser m¨¢s desoladoras. Miles de turistas a medio broncear huyendo del para¨ªso de Canc¨²n. Un presidente angustiado pidi¨¦ndole de t¨² a t¨² a sus conciudadanos que se queden encerrados en sus casas durante los cinco d¨ªas del puente de mayo. La imagen de un ni?o pobre vecino de un pueblo pobre fotografiado imp¨²dicamente y hasta la saciedad por reporteros de mil pa¨ªses que lo acusan sin demasiadas pruebas de ser el propagador del virus. Un Gobierno federal cuyas medidas son halagadas por la OMS, pero cuya torpeza informativa y su falta de coordinaci¨®n con los gobiernos estatales est¨¢ volviendo a poner en los labios de los mexicanos una vieja pregunta que causa enojo y desaz¨®n: ?Nos estar¨¢n diciendo la verdad?
Basta escuchar cualquier emisora de radio, asomarse a las cartas al director de los diarios o a los chats de Internet para constatar que la poblaci¨®n est¨¢ desconcertada. "Dijeron 20 muertos y ahora son s¨®lo ocho". "Dijeron que la influenza porcina se cura, pero no deja de morir gente". "Dijeron que no se iba a cerrar el aeropuerto, pero cada vez son m¨¢s los pa¨ªses (Ecuador, Per¨², Argentina, Cuba, Nicaragua...) que no dejan que sus aerol¨ªneas hagan escala en el aeropuerto del Distrito Federal". Los responsables de importantes empresas tampoco disponen de informaci¨®n clara para saber c¨®mo actuar. "Yo cerr¨¦ las instalaciones el primer d¨ªa y mand¨¦ a todo el mundo a su casa", confi¨® ayer el principal responsable de una empresa muy conocida en M¨¦xico. "Quer¨ªa colaborar. Pero ahora me encuentro que los datos de fallecidos son mucho menores de los que se hab¨ªan comunicado inicialmente. ?Merece la pena seguir con la empresa cerrada? Me falta una informaci¨®n que necesito de forma urgente para tomar la mejor decisi¨®n". Y tambi¨¦n desde la parte m¨¢s baja de la pir¨¢mide hay mucha gente que ya lanza gritos de angustia. Son miles las familias que, s¨®lo en el Distrito Federal, viven cada d¨ªa de las propinas de la gente a la que sirven en bares, restaurantes, puestos callejeros de tacos. Tambi¨¦n ellos empiezan a sospechar -ante la falta de credibilidad oficial- que las medidas puedan ser desproporcionadas.
El Gobierno de M¨¦xico, sabedor de que en su pa¨ªs conviven los contrastes m¨¢s fuertes, estaba intentando desde hace meses -aunque con m¨¢s voluntad que acierto- ofrecer al mundo la cara amable. Que las historias espeluznantes del narcotr¨¢fico se vieran ensombrecidas por la decisi¨®n in¨¦dita de enfrentarlos. Que no se vieran los 40 millones de pobres, pero s¨ª unas carreteras que cada vez son mejores y llegan a m¨¢s sitios, una juventud cada vez m¨¢s preparada, unos empresarios cada vez m¨¢s emprendedores. La imagen de M¨¦xico como pa¨ªs moderno era vital para que la tan ansiada reforma migratoria de Estados Unidos pudiera sobreponerse al veto de la xenofobia y de la derecha m¨¢s recalcitrante. Pero ahora ya podr¨¢n utilizar el virus como combustible de su intolerancia.
Si algo hay de positivo dentro de la pesadilla que est¨¢ viviendo M¨¦xico es la calidad c¨ªvica de los mexicanos. Ni una escena de p¨¢nico, ni una conversaci¨®n destemplada. Lo resaltaba ayer el embajador de Espa?a en M¨¦xico, Carmelo Angulo: "Me ha impactado el sosiego de la gente. El talante respetuoso, ordenado y c¨ªvico de la poblaci¨®n". Un ejemplo para todos. Tambi¨¦n, c¨®mo no, para sus gobernantes.
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