BOB VUELVE A FUMAR

Algo pasa con Bob. En Par¨ªs se le vio en el escenario fuera de su guarida —la esquina bajo el teclado— y se pus¨® con la guitarra (?el¨¦ctrica!) al frente de la banda. Como siempre, los foros dylanitas bullen: que si quiere volver a las ra¨ªces, que si se ha enamorado y le apetece exhibirse, que si? Tambi¨¦n su nuevo disco provocar¨¢ sesudos debates. Y esta vez, nada m¨¢s lejos. Dylan, a punto de los 68, ha grabado 45 minutos de divertimento, canciones de rhythm & blues vacil¨®n, sonidos de la frontera (el acorde¨®n de David Hidalgo, de Los Lobos) y baladas de taberna. Con la garganta repleta de nicotina, Bob se muestra dolido ("la vida es dura si t¨² no est¨¢s conmigo") y juguet¨®n, plet¨®rico y en deuda con sus ¨ªdolos, los viejos bluesmen, hasta completar un disco para escuchar con el cigarro en la boca.