Chelsea y Andorra: peque?itos pero matones
"Los equipos europeos jugaron demasiado a la defensiva, como con miedo. Los ingleses fueron los peores". Guus Hiddink, actual entrenador del Chelsea, en el Mundial de 2002
Se ha visto mucho gran f¨²tbol en Barcelona esta temporada pero, en cuanto a heroicidad, a esp¨ªritu guerrero, destacan dos partidos: el del Chelsea ante el Bar?a en el Camp Nou el martes pasado y el de Andorra contra Inglaterra en septiembre en el Estadio Ol¨ªmpico de Montju?c. El primer tiempo de los andorranos fue sublime. Reconociendo, igual que el Chelsea ante el Bar?a, su condici¨®n de equipo peque?o, de escasos recursos t¨¦cnicos frente a un formidable rival, formaron un muro alrededor de su ¨¢rea que la selecci¨®n inglesa, por m¨¢s posesi¨®n que tuvo, fue incapaz de penetrar.
Los jugadores ingleses, su t¨¦cnico y su afici¨®n admitieron que, enfrentados al Bar?a, eran unos pobres hombres
La euforia que se debi¨® de haber vivido en el vestuario andorrano en el descanso, la inmensa satisfacci¨®n de sobrevivir 45 minutos sin goles, s¨®lo puede ser comparable al j¨²bilo de los jugadores del Chelsea tras salir ilesos contra el Barcelona en la ida de las semifinales de la Champions. Fue una pena que la selecci¨®n inglesa de Fabio Capello lograra marcar dos veces al reiniciarse el partido, pero los jugadores andorranos recordar¨¢n aquel primer tiempo como su particular batalla de El ?lamo, su Stalingrado. Y los c¨¢nticos de los aficionados ingleses cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final de aquel primer tiempo le habr¨¢n sonado a m¨²sica celestial. "What a load of rubbish!", coreaban: "?Qu¨¦ mont¨®n de basura!".
La reacci¨®n de la afici¨®n del Chelsea en el Camp Nou esta semana no podr¨ªa haber sido m¨¢s diferente. Festejaron su 0 a 0 como la epopeya del siglo. Su felicidad se reflej¨® en las declaraciones de los jugadores y de su entrenador, Guus Hiddink, tras el partido. Todos celebraron la "valent¨ªa" que hab¨ªan demostrado. Hiddink habl¨® de "sangre y sacrificio", de la "haza?a" de haber logrado un empate a cero contra "un equipo hermoso que juega un f¨²tbol hermoso". David Rodrigo, el seleccionador de Andorra, dijo cosas por el estilo, aunque se indign¨® ante las declaraciones de su contrincante, Fabio Capello -muy parecidas, por cierto, a las de Pep Guardiola, el entrenador del Bar?a, el mi¨¦rcoles por la noche-. Capello denunci¨® la "actitud defensiva" de Andorra; Guardiola dijo que el Chelsea no vino a jugar al f¨²tbol.
Rodrigo puso en evidencia la ridiculez de las quejas de Capello al responder que si lo hubieran puesto a ¨¦l de entrenador de Inglaterra (poblaci¨®n, 50 millones) hubiera arrasado a la selecci¨®n de Andorra (poblaci¨®n, 80.000). Guardiola tambi¨¦n estuvo rid¨ªculo. ?Qu¨¦ esperaba del Chelsea? ?Qu¨¦ va a hacer un equipillo cuya fuerza reside m¨¢s en el coraje que en la t¨¦cnica ante uno de los grandes equipos de la historia? ?Atacar? ?Ir t¨² a t¨²? Hubiera sido una locura, un suicidio.
Vale. Es verdad que la media de los ingresos anuales de los jugadores andorranos habr¨ªa sido igual a la de los ingleses en un d¨ªa, mientras que los jugadores del Chelsea seguro que ganan m¨¢s que los del Bar?a. Pero el dinero no lo es todo. La mentalidad es lo que cuenta, y en este terreno los jugadores del Chelsea, su entrenador y su afici¨®n tuvieron la sagacidad de reconocer que, enfrentados a los chicos de Pep en un campo de f¨²tbol, eran unos pobres hombres. Fueron incapaces, por supuesto, de crear ni una ocasi¨®n de gol. La ¨²nica que tuvieron fue gracias a un pase de un defensa del Bar?a, M¨¢rquez, que encima tuvo la desgracia de lesionarse y se perder¨¢ la vuelta. Tampoco jugar¨¢ Puyol, sancionado. Una faena para el Bar?a y casi un gol a favor para el Chelsea. Pero, como les gusta decir a los ingleses, la suerte favorece a los valientes. Igual una fina patada de Ballack acaba con Messi o Iniesta a comienzos del partido del mi¨¦rcoles. Puede que gane el Chelsea, posiblemente por penaltis. Ser¨ªa una tristeza para los degustadores del buen f¨²tbol. Pero ojal¨¢, en aquel caso, que Guardiola est¨¦ a la altura; que reconozca el m¨¦rito de una posible victoria del Chelsea. Los triunfos de los peque?os y los mediocres contra los grandes tambi¨¦n se deben celebrar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.